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—¡En serio estás considerando lo creo que estás considerando Luke?—Pregunto Carla con un tono más elevado. —de por si veníamos apretados y ahora esto. Ni siquiera agradecerá algo como esto.
—Sabes que no lo hago por eso, no me importa si agradece o no. Nuestros padres nos castigaran si no lo llevamos.
—Está bien, pero conmigo, ni lo pienses.
—Tampoco conmigo. —le dije con seriedad él nunca me dio buena vibra, su forma de actuar con las personas no es muy grata, nosotros somos el grupo mayor de la descripción de mala suerte ahora.
—Bien vamos.
Tomamos nuestras cosas y salimos de la casa, cuando bajamos las escaleras, mire hacia los lados, no esperaba verlo, pero cuando no fue así, mi decepción por no verlo se hizo presente, "¿qué carajos me pasa?, ¿decepcionarme por alguien que apenas conozco?, debo de olvidarlo, jamás volveré a verlo".
Todos comenzaron a jugar entre ellos y a golpearse entre sí, algo que usualmente, he notado les gusta hacer hasta tal punto que son cansones, estaba al lado de ellos y me empujaron haciendo que me me tambaleara, seguido de eso escuche un ruido, como de algo caer en el suelo, más bien en hojas, mire a los chicos que seguían caminando y ahora estaban más lejos, fruncí mi ceño, como no iban a escucharme, mierda, había hojas por donde miraba, toque mi mochila, busque dentro y luego toque mis bolsillos traseros, mierda, el celular, estaba más que segura que lo tenía en la bolsa trasera de mis Jeans, mire hacia los chicos, pero ya no estaban, "¿acaso no me vieron"?, son unos hijos de la..., como sea debo buscarlo, mi madre me mataría por perderlo, y esta vez es más serio por que no fue algo barato, de suerte y muchos días de súplicas me lo compro, busque entre las hojas secas y lo encontré, pero cuando mire hacia enfrente ya no estaban los demás, baje las escaleras de la colina rápido pero con mucho cuidado de no caer, llegue abajo y mire a todos lados, mierda, el auto de los chicos ya no estaban.
Traté de normalizar mi respiración y cerré mis ojos, cuando los abrí nuevamente quería gritar, estaba muy furiosa y frustrada.
—Carajo. —pasé la mano por mi cabello —¿Cómo no me esperaron?, idiotas. Es que tenía que pasar... Es decir con unos jodidos... Dios.
Puse las manos en mi cintura y negué.
—¿Estás perdida otra vez? —escuche y suspiré, sabía quién era, ahora si lo sabía, me gire sobre mis talones y allí estaba él, alto, de piel blanca, cabello negro y ojos pequeños, y con esos pírsines bien pronunciados que le quedan tan bien, era un rostro del cual no podría olvidarme jamás.
—No, no lo estoy. —dije aparentando confianza, pero no tenía nada de eso en mi ahora, mira hacia el lugar donde estaban antes las camionetas, con la esperanza de que regresaran, pero sabía que eso no iba a pasar.
