Capítulo 40

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En la oscuridad de la noche se encontraba un pequeño cachorro en busca de su abuela. No sabía lo que estaba pasando con sus padres en el otro lado de la ciudad. Ni siquiera cuánto tiempo llevaba caminando siguiendo el olor de peonia.

Wen Ning se detiene de golpe a la entrada de un bosque, ¿Por qué su abuelita estaría en un lugar así? No lo sabía, pero si esa era la única manera de poder encontrarlo y llevarlo a casa con él, entraría.

Con su pequeño muñeco que no había soltado en todo su trayecto hasta ese oscuro lugar, aún cuando la luna estaba en su mayor resplandor no era lo suficiente para que sombras hicieran su acto de presencia asustando de esa forma al pequeño cachorro. Lo único que pudo hacer por impulso era solo correr, quería salir de ese lugar lo más pronto posible, llega hasta un campo detectando el olor de peonia.

Se esconde detrás de un árbol al ver cómo una sombra tétrica hacia su aparición.
¿Quién era esa persona?

— Nunca creí que vendrías.

Jin Guangshan solo miraba aquel ser con el ceño fruncido- Solo lo hago para que dejes en paz a mi familia.

— Oh, lo dices por aquel pequeño niño que le prometiste cocinar con él, que ingenuo es —se acerca al Jin rodeándolo— Acaso no entiendes que no debes acercarte a las personas, solo me perteneces, espero y que nadie te haya seguido hasta aquí o si no sería un gran problema

— No te preocupes, nadie sabe que vine hasta aquí.

— Perfecto, ahora mi muñeca, será mejor que me hagas caso a todo lo que te diga sin reclamar nada. Es hora de irnos.

— No iré a ningún lado sin saber antes que mi familia estará a salvó.

— Cumpliré parte de nuestro trato. No lastimaré a tus seres queridos, ni siquiera a ese estúpido alfa tuyo, acaso no sabe que no debería dejarte solo. Si que es un imbécil.

—suelta un gruñido al escuchar como le decía al Jiang.

—suspira frustrado— Con razón madre siempre nos decía que el amor es para los débiles, aquí tenemos la imagen de eso.

— Cállate de una maldita vez.

—suelta una fuerte carcajada— ¿Qué me harás si no lo hago? Recuerda bien que puedo ser yo quien elija el que muera la próxima vez, no lo olvides —extiende su mano— Vámonos mi bella flor.

Guangshan miraba de reojo aquel camino en dónde se encontraban las personas que amaba, si agarraba aquella mano, una vida que nunca deseo empezaría. Su pobre corazón estaba latiendo de manera abrupta por culpa de su omega interior. Todo su ser quería salir corriendo y regresar aquellos brazos de aquella persona que lo ama.

¡No!

No caería en sus emociones ahora, esto lo hacía para que ellos vivan en paz, todo lo que está pasando es su culpa sólo suya. Ya había tomado una decisión y no la cambiaría.

Regresa a ver a su hermano, solo suelta un suspiro y extiende su mano apunto de agarrar su mano, se detiene al escuchar una voz.

— Abuelita Jin.

—regresa a ver encontrándose con el pequeño Wen— A-Ning —se separa de su hermano corriendo a la dirección del pequeño y lo abraza— ¿Qué haces aquí? No deberías a ver venido —mira a todos lados- ¿Dónde están tus padres?

— Abuelita —se aferra de la ropa del mayor— Vámonos a casa, prometiste que te quedarías conmigo —lágrimas salían de esos ojitos verdes.

— A-Ning —con las yemas de sus dedos limpia con delicadeza aquellas lágrimas, lo coloca en su pecho para poder calmarlo, tenía que llevarlo a un lugar seguro.

Virgen y ¿Embarazado? [En Emisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora