❝¿Viste a la chica de la otra mesa?❞
Jennie Kim, una chica de 24 años que a temprana edad logró fundar su propia empresa llena de éxito. Teniendo una vida de ensueño es la envidia de muchas personas, el dinero no es un problema, y mucho menos la est...
–Lisa... Eres tan increíblemente hermosa– Solté con una sonrisa de idiota enamorada, la mujer no podría ser de este mundo.
Lisa poseía una belleza descomunal, cualquier persona la admiraría, pero solo yo puedo poseerla.
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–Tú también lo estás, cariño– Sonrió coqueta y suspiré con cierto rubor en mis mejillas.
–Parece que no solo eres una dama Celine, bulgari es tu otro fuerte, eh– Halagé su estructural cuerpo.
–Quizás un poco, pero tú eres la que atrae todas las miradas, ¿Cómo podré despegar mi atención de ti si todos están viéndote?– Hizo un puchero que sin dudas besé automáticamente.
Sus celos me dan mucha ternura...
–Tranquila, cariño. Sabes que solo me importan tus ojos sobre mí– Ella asintió –¿Nos vamos?– Me preguntó sonriente... Joder, espero que esa sonrisa no se le borre cuando conozca a mis padres.
–Vamos– Tomé su mano y nos dirigimos hacia la salida del edificio.
Tan solo al caminar por los pasillos sentí que las personas a nuestro alrededor nos observaban... O más bien, a Lisa. Rodé los ojos ante las víboras que se atrevían a comerse con la mirada a mi chica.
«¿Y si...?»
Detuve mi caminar y Lisa me miró extrañada.
–¿Nini?–
–Tienes algo en tus labios– Le mencioné.
–¿Qué es?– Tocó la comisura de su labio inferior.
–Déjame quitarlo– Me acerqué hacia ella y uní nuestros labios suavemente, disfrutando del contacto, jugué con su lengua y al separarnos le sonreí.
–Ah, si querías besarme podrías haberlo dicho– Dijo acariciando mis mejillas.
Miré a las personas que nos rodeaban y sonreí victoriosa al ver que apartaron los ojos de mi Lili.
–Lo sé, pero quería hacerlo– Tomé nuevamente su mano y seguimos caminando.
Cuando llegamos hacia el estacionamiento le abrí la puerta del copiloto, entró en el coche y cerré nuevamente, después me dirigí a mi asiento para empezar a conducir.
–Jennie–
–¿Qué ocurre, Lili?
–¿Tú crees que le agrade a tus padres?– Preguntó tímida.
–Lili, mis padres son algo complicados pero verán la linda persona que eres y que te amo, así que todo saldrá bien, no estés nerviosa– Acaricié su mano bajo la mía y le transmití calma.
–Gracias, Jennie– Me sonrió.
Luego de conducir por una hora aproximadamente, por fin llegamos a la mansión Kim, como decía el gran portón dorado con nuestro apellido.
