Prologo.

3.6K 188 8
                                    

Camine por las calles, suspirando frustrado, mis cortas piernas hacia que por cada paso que daba el agua estancada mojara mi calzado haciendo que bufar cada cinco segundos.

Con la mochila colgada en mi hombro y el paraguas en mi mano derecha seguí caminando a paso lento hacia mi hogar mientras la lluvia no dejaba de caer exageradamente del cielo. Rodé los ojos acordándome que mi madre no fue a recogerme pero rápidamente aparte aquellos pensamientos y lo resolvería cuando llegase a casa ¡Joder! Tengo ocho años, lo peor de todo es que si me enfermaría Jay pasaría las 24 horas del día dándome sopa de pollo, cosa que no estaría mal pero tendría que soportarla y no estaba de humor para aquello.

Estornude,mierda, ya me había resfriado, mis defensas en invierno iban de mal en peor, apresure mas mi paso cuando vi el relámpago resplandeciendo en el cielo y es ahí en donde pare en seco, no porque el rayo me haya dado miedo sino por haber escuchado unos pequeños sollozos dentro del callejón que yacía a mi derecha.

Fruncí el ceño, mientras ahora oí como sobaban su nariz.

Mi piel se erizo, si, muchos videojuegos de suspenso no traen pensamientos buenos ante estas situaciones. Visualice la calle y nadie se encontraba afuera, quise engañarme y pensar que había sido todo mi imaginación pero salí del trance cuando escuche otro sollozo.

Suspire y entre al callejón.

— ¿Hola?—susurre esperando una respuesta, pero lo único que recibí fue un grito tembloroso de la esquina del lugar oscuro—.¿Quien eres?— dije acercándome.

—¿Q-que quieres?—tartamudeo el extraño.

—Oye¿Por que no estas en tu casa? Esta lloviendo, te enfermaras.

—No,en verdad no me importa...

—¿Que haces aquí solo?—pregunte.

—¿Que te suc-

—¡Y tu quien eres para preguntarme eso! ¡Vete de aquí! ¡Nadie te ha llamado!—grito pero luego bajo rápidamente su mirada nuevamente al suelo—. Los-siento...yo...yo no quería gritarte.

—Hey,no paso nada—dije sentándome a su lado compartiendo mi paraguas.

—Te vas a mojar—insinuó y me encogí de hombros.

—No me importa—respondí regalandole una sonrisa aunque el no podía ver mi rostro ya que su mirada seguía en el concreto—. ¿Que haces aquí solo?—volvía preguntar.

—No quiero vivir mas...—dijo en un susurro.

—¿Que?—fue lo único que alcance a decir—.¿Cuantos años tienes?

—Seis...

Quise hablar pero mis palabras se atragantaron. Suspire tomando una gran bocada de aire, mi madre, era psicóloga, lo que me hizo crecer en un entorno de saber lo que el otro piensa y tratar de ayudarlo, tal vez eso me había afectado cuando escuche al rizado oír que No quería vivir mas.

—No puedes decir eso...—susurre—.Mírame—pedí pero el negó lo que me llego a frustrar, observe como su cuerpo comenzó a temblar, el estaba llorando nuevamente—.Oye... eres solo un niño, los dos simplemente somos niños. No tenemos porque pensar en la muerte ahora, lo único que nos tendría que importar es jugar y relacionarnos con los demás. No entiendo nada aun de lo que es la vida pero no debes preocuparte por eso porque todo tarde o temprano se solucionara.

—¿Y tu como sabes eso? ¡Tu no sabes nada!—grito de repente ahora apuntando su vista a la dirección contraria a mi rostro.

—No,no lo se. Pero lo único que se es que a ti y a mi nos espera un gran futuro, y hay que seguir adelante , aunque hayan estos días que queramos terminarlo todo.

—Existen muchos problemas...

—Los problemas existieron para solucionarse...

Oí una pequeña risa de parte del rizado y sonreí, observe como negó juguetonamenta, por segunda vez me miro y pude captar sus ojos esmeralda.

—¿Me lo prometes?—susurro.

—Te lo prometo— dije por fin.

El sonrió y le devolví el gesto.

—Oh,ya se hace tarde. Debo irme— exclame poniéndome de pie—. ¿Quieres que te acompañe a tu casa?— pregunte pero el negó.

—Iré dentro de un rato—comento y asentí.

Camine hacia la salida del callejón pero me detuve y gire, observando como sus ojos se encontraron con los míos.

—Por cierto, ¿como es tu nombre?

El se encogió de hombros.— Mi mama no me deja darle nombre a extraños.

Reí en lo alto y rodé los ojos.

Adiós chico rizos.

Gracias por todo ojos cielo.



HELP Donde viven las historias. Descúbrelo ahora