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Tres días después y sin saber noticia alguna luego de mi bebe. La llamada no pudo ser rastreada y como siempre la justicia de Doncaster no hacia nada con respecto a aquello.

Camine por entre medio de los arboles con la cabeza gacha, mis ojos ardían pidiendo a gritos cerrarse pero se los impido.

Y llego hasta el final del precipicio y me siento allí junto mis piernas y acomodo mi cabeza sobre mis rodillas observando toda la ciudad de Doncaster. Trague el nudo en mi garganta.

Y grite, grite como jamas había gritado antes, grite por Ryan, por mi, por nosotros, grite a la sociedad y al mundo. Le grite a Ben y a la pandilla de Scott. Me grite a mi por no haberme ido el día de la fiesta.

Grite por no estar con Ryan hoy, que era el día de los enamorados, y me odie por no poder cumplir con todas las promesas que le dije que haríamos este día. Grite por no tenerlo a mi lado. Grite porque no podía hacer nada.

Y llore, de mis ojos no dejaban de salir lagrimas.

Y pedí, pedí a todos, a dios, pedí que me lo dejara ver un día mas, que me lo devolviera aunque no estuviera conmigo, que el estuviera a salvo.

Quería abrazarlo, besarlo y decirle lo mucho que lo amo. Quería volver al ultimo día que lo vi.

Golpee mis muslos por haberlo dejado el día de la fiesta solo, jamas debí dejarlo. Tal vez todo podría haber cambiado.

Mi garganta ardía después de media hora de desahogarme.

Pensé en tirarme del barranco pero no resolvería nada, tenia que encontrarlo no sabia como haría pero pero lo iba a hacer aunque corra cualquier riesgo debía encontrar al rizado.

*

Me recosté en el marco de la ventana esa misma noche, viendo hacia la del rizado, esperando que el saliera pero jamas lo hizo.

Y justo en el momento que me iba a quebrar nuevamente mi celular sonó.

Corrí hacia la mesita de noche y lo cogí. Sin ver quien era atendí.

-¿Amor?

Oí su voz, me atragante con sus palabras.

-¿Ryan?

-Jack, tengo miedo. Mucho miedo-dijo llorado.

-No, no llores mi amor. Dime, dime donde estas que iré corriendo por ti.

-Jack... amor... lo siento mucho...

-¿Que? ¡Ryan dime donde estas por favor!

-Jackson... por favor, perdóname...

-¿De que hablas? ¡Ryan!

-Sal a buscarme afuera, corre por favor, corre...-susurro.

Intente hablar pero lo único que recibí fue el sonido molesto del teléfono. El me había cortado.

Tal vez no pensé en las consecuencias ni en lo que me atenía a hacer lo que estaba haciendo. Ni siquiera se me paso un momento en analizar sus palabras y saber que había sido una trampa pero salí corriendo de mi casa.

Pero fue dar un paso en el asfalto de la calle cuando sentí una persona tras de mi, luche, juro que luche pero no pudo, el pañuelo ya estaba en mi boca y estaba aspirando su aroma. Y caí desmayado en el concreto.


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