Capítulo No.826

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Capítulo 826 

"Estás estresado, puedo jurarlo, debe ser agotador estar atrapado entre tus principios y tu familia".
Dijo Hyun con una mirada de preocupación. Si fuera posible, él llevaría su carga sobre los hombros, pero en lo más profundo de su corazón, Hyun sabía que él tenía que convencerse a sí mismo de renunciar a su rencor. Era la única salida, no importaba cuánto estuvieran preocupados por Saeng, había muy poco que pudieran hacer para ayudar.

"Sí, pero sólo a veces. Estoy bien, los tengo a ti y a KyuHyun para hacerme sentir mejor, ¿verdad?"
Finalmente, Saeng se permitió una sonrisa, aunque fue ligera, era un alivio para él. Devolviéndole la sonrisa, Hyun se acercó a él y lo tomó entre sus brazos con gran afecto, se juró a sí mismo que cada vez que Saeng se sintiera cansado, él cuidaría de su alma y velaría por su bienestar por el resto de sus días.

"Absolutamente, siempre estaremos allí para ti, así que tómalo con calma y no dejes que esto arruine tu vida, ¿de acuerdo?"
Exclamó Hyun, besándolo suavemente en la cabeza. Para él, Saeng no siempre era el coronel fuerte y tenaz, y en muchos casos, era sólo un hombre frágil que necesitaba su protección.

"¿Sabes qué? Me temo que me he vuelto adicto a tu ternura y mi dependencia de ti está en aumento. Es extraño, porque para otros, cuanto más conozcan a sus parejas, menos apasionados serán en la relación, pero a mí me sucede totalmente al revés. Dime, ¿alguna vez has usado algún hechizo de amor en mí? Es que en verdad no se me ocurre otra explicación para esta obsesión que siento por ti".
Mirando a Hyun, Saeng acercó su cara a la de él. Sus rostros estaban tan cerca que podía saborear sus sensuales labios delgados con un ligero movimiento de los suyos, Hyun era todo lo que Saeng quería en el mundo.

"Entonces, tengo algo que preguntarte, ¿me hechizaste? ¿Eres un hechicero? ¿Por qué eres él único hombre que puedo ver? ¿Por qué todos los otros desde el primer instante en que te vi?"
Preguntó él. Antes de que Saeng pudiera decir una palabra, Hyun presionó sus labios contra los de él, la suavidad que sintió lo hizo querer más. Pero él no hizo nada, en cambio, se detuvo para encontrar cariñosamente su mirada, sintiendo su cálido aliento en su rostro.

"Bueno, quizás ambos nos hechizamos, es por eso que ninguno de nosotros puede resistirse al otro por mucho tiempo".
Dijo Saeng. Sus propias palabras le pusieron la piel de gallina antes de que terminara la oración, rara vez hablaban entre ellos de una manera tan cursi y explícita.

Entre aquellos que los conocían, nadie podría imaginar a Saeng y Hyun diciendo esas palabras.

"Cariño, parece que ya estás loco por mí".
Dijo él con una sonrisa perversa. Con sus labios aún tocando los de él, Hyun sentía que saboreaba un trago de vino suave cada vez que hablaba con su esposo.

"Sí mucho y apuesto a que puedes sentirlo".
Respondió Saeng con ternura, rara vez se ponía tan sensible como esta ocasión. Quizás fue porque el nombre de NamSoo le había recordado su amargo pasado y lo había hecho sentir un poco sentimental, ahora necesitaba desesperadamente su consuelo y amor.

"Por supuesto que sí. ¿No lo ves? Mi cuerpo me ha delatado".
Susurró Hyun, quien aún sonreía de forma astuta, inmediatamente, él comenzó a acariciar sus labios e inhalar su aroma.

"¡Eres un pervertido!"
Dándole un suave golpe en el pecho, Saeng se echó hacia atrás y lo fulminó con la mirada.

'¡Lo sabía!', pensó para sí mismo. Él nunca debería ser tan honesto sobre su amor por él, ya que esto sólo le serviría de invitación a Hyun para querer tener intimidad, justo como ahora.

"Sí, lo soy. Y amas mucho a este pervertido, ¿no?"
Hyun coqueteó descaradamente, comportándose como un diablillo incorregible. Él le guiñó un ojo, tratando de seducirlo, ante este hombre, ya no era ese hombre orgulloso y despiadado, nadie en la ciudad reconocería a este Hyun.

"No, de hecho, prefiero esto".
Sin siquiera mirarlo, Saeng le dio una patada en la espinilla. Él lo soltó y se inclinó de inmediato, entonces aprovechó la oportunidad y se liberó de sus brazos, mirándolo con regocijo a la distancia.

"¡Ay! ¡Eso realmente dolió! ¿Cómo te atreviste a hacerlo, Coronel? Sólo espera y verás, ¡recibirás una carta de mi abogado muy pronto!"
Dijo Hyun. A juzgar por lo fuerte que lo pateó, él sabía que debía haber un gran moretón en su pierna sin comprobarlo, le pareció que este chico nunca abandonaría sus tendencias violentas.

"Vamos, ¿la carta de un abogado otra vez? ¿No puedes pensar en otra cosa? ¡Sé un poco original!"
Saeng se burló, levantando la cabeza con desprecio. Él realmente había tenido suficiente del innato sentido de superioridad de su marido. ¿Quién se creía que era? ¿Un príncipe que podría hacer lo que quisiera?

"Así que quieres algo nuevo... ¿cierto? Bien, tú lo pediste".
Dijo Hyun. Justo cuando hablaba, se abalanzó sobre el desprevenido Saeng, lo siguiente que supo fue que había vuelto a caer en los brazos de Hyun.

"Oye, ¿qué estás haciendo? ¡Suéltame!"
Él  había sido tomado por sorpresa. Sin saber lo que él estaba a punto de hacerle, Saeng luchó por liberarse, pero fue en vano, Hyun ignoró sus protestas por completo y lo llevó de regreso a su habitación sin pronunciar una palabra.

"¿No es obvio, cariño?"
Finalmente, él le respondió en un tono burlón al lado de la cama. Tirándolo sobre su lecho, Hyun cayó sobre Saeng de inmediato, dejándolo sin posibilidad de escapar, esto era algo que le resultaba fácil, y como de costumbre, estaba completamente a su merced.

"¡No lo creo!"
Exclamó Saeng, jadeando, se había resistido a él, pero no estaba haciendo todo lo posible, de lo contrario, Hyun no habría obtenido lo que quería tan fácilmente. Saeng era un hombre duro, pero también sabía que era importante mantener un buen equilibrio entre dureza y delicadeza, después de todo, hoy en día a ningún hombre le gustaría que su esposo estuviera tan fuera de control.

"¿En serio? Déjame mostrarte entonces".
Exclamó Hyun. Guiñándole un ojo con coquetería, él desabrochó su bata de noche poco a poco frente a él, lo hizo de una forma muy lenta y sensual, provocándolo aún más. Con una sonrisa perversa en su rostro, Hyun parecía salvaje e incluso más atractivo. Su encanto casi había dejado a Saeng sin aliento, todo lo que él podía ver ahora era un hombre tan perfecto como una bella obra de arte, pero también tan seductor como una criatura vivaz y sexy.

"¿Y si te desafío?"
Habiendo dicho eso, Saeng acarició su pecho desnudo suavemente con sus delgados dedos, sonriéndole provocativamente. Mirándolo fijamente, el deseo brilló en sus ojos.

"Hombre, no te alejarás de mí esta vez, no hay escapatoria, esto es lo que obtienes por desafiarme".
Hyun era un verdadero seductor, no había más explicación que esa, ya que él podía lograr que el helado de Saeng se rindiera a sus pies simplemente mirándolo con amor. Él dejó de luchar y comenzó a respirar hondo, perdiéndose totalmente en caricias apasionadas y el sexo.

Saeng estaba con su hombre y él era el único que podía hacer esto.

Cuando aparecieron las primeras señales del amanecer en el horizonte, la base militar estaba llena de movimiento, los soldados vestidos de verde iban y venían y se podía escuchar el rugido de los motores cuando se movilizaban los vehículos. Como siempre, el sonido de los comandos hizo eco a través del patio y sus alrededores, lo que indicaba que los soldados estaban en medio de sus ejercicios matutinos.

Saeng y KyuJong llegaron a la base militar casi al mismo tiempo, siempre portaba su uniforme con elegancia. Saeng entró en la base con un porte muy digno, como para decirle a la gente que no era inferior a nadie, ni siquiera a los hombres.

"Buenos días Mayor General, llegas temprano el día de hoy".
Saeng saludó a KyuJong con una sonrisa brillante, luciendo mejor que nunca. Parecía tener una chispa especial en su mirada, se veía realmente radiante, por lo que era evidente que disfrutaba mucho de su matrimonio.

Un Verdadero Amor. 5a Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora