Capítulo No.880

59 11 6
                                    

Capítulo 880

ʺ¿Mayor General, puedo irme a casa después de dejarlo en su dormitorio?ʺ
Lee seguía preocupado y no podía permitir que KyuJong, borracho como estaba, se fuera solo a su habitación, pues su trabajo era protegerlo y cuidarlo.

ʺEstoy bien. No te preocupes por mí, no está tan lejos. Mira, estamos dentro de una base militar altamente vi... vi...ʺ.
Ni siquiera pudo terminar de decir la palabra ʺvigiladaʺ.

ʺEstamos a salvoʺ.
Añadió KyuJong, quien no estaba tan borracho como Lee había pensado. Permanecía medio sobrio, aunque un poco mareado por haber mezclado varios tipos de bebidas alcohólicas.

ʺDe acuerdo, Mayor General. Váyase con cuidado y buenas nochesʺ.
Respondió su asistente, sin embargo no se fue; se quedó allí, mirándolo subir las escaleras y entrar al cuarto, después se dio la vuelta y finalmente se dirigió hacia su dormitorio.

Tan pronto como KyuJong entró, tropezó con el sofá, pues estaba demasiado mareado, por eso le había resultado tan difícil subir las escaleras hasta su habitación.

De pronto sonó su teléfono; miró a su alrededor, tratando de encontrarlo. Después de unos segundos se dio cuenta de que estaba sobre una mesa cercana, donde accidentalmente lo había dejado antes de salir.

ʺHola, soy KyuJong. ¿Quién habla?ʺ
Preguntó con voz ronca. No revisó quién le estaba llamando, ya que le resultaba difícil mantener los ojos abiertos.

"Kyu, soy yo. ¿Qué sucede contigo? ¿Por qué no contestabas tu teléfono? Te he estado llamandoʺ.
Dijo HongKi preocupado, pues le había llamado varias veces en las últimas horas, pero él no contestaba. Su rostro incluso había palidecido por la ansiedad, pues le preocupaba que algo malo le hubiera sucedido a su esposo.

ʺLo siento, olvidé tomar mi teléfono cuando salí de la ducha y me fui sin él. De verdad lo siento mucho, mi intención no era asustarteʺ.
Dijo KyuJong para disculparse, pues se sentía muy conmovido cuando HongKi le demostraba que se preocupaba por él.

'Es muy agradable que alguien se preocupe por ti', pensó después.

ʺYa entiendo. ¿Pero qué le pasó a tu voz? ¿Por qué suenas tan raro?ʺ
HongKi volvió a ponerse ansioso cuando escuchó la extraña voz de su esposo por teléfono; incluso dejó de dibujar y se le cayó el lápiz al suelo.

ʺEstoy perfectamente bien. Estuve bebiendo y me embriagué, eso es todo. ¿Ya estás bien de tu resfriado?ʺ
Dijo KyuJong mientras levantaba la mano para masajearse las cejas. Después se puso de pie, se sirvió una taza de té y lo bebió de un trago.

ʺSí, ya me siento mucho mejor. ¿Bebiste mucho? ¿Estás bien?ʺ
A HongKi le preocupaba que algo terrible pudiera sucederle a KyuJong, ya que nunca lo había visto borracho, excepto aquella noche en el bar, cuando ambos se habían embriagado con cerveza y whisky. Quizás solo había estado bebiendo para olvidarse de algo.

ʺNo fue gran cosa. Me siento un poco mareado, eso es todo. ¿Por cierto, dónde está tu hermano? ¿Sigue en París, contigo?ʺ
Preguntó KyuJong con curiosidad, mientras continuaba masajeándose las cejas, lo que lo hizo sentirse mejor.

ʺNo, ya se fue. Supongo que a esta hora ya debió haber llegado a la Ciudad S. Creo que deberías irte a la cama y tratar de descansar un poco. Te llamaré por la mañana, cuando ya estés sobrio, ¿de acuerdo?ʺ
HongKi conocía muy bien las desventajas de emborracharse, así que pudo entender cómo se sentía su esposo.

ʺNo te preocupes, me acabo de tomar una taza de té y ya me siento mucho mejorʺ.
Dijo KyuJong con voz reconfortante y tranquilizadora, luego se tambaleó hacia el dormitorio, desnudándose en el camino.

"¡No seas ridículo! ¿Quién te dijo que estaba preocupado por ti? Kyu, tengo que colgar. Hoy hay una fiesta en casa de mi tutor. ¡Adiós!"
HongKi sabía por qué había sido invitado a esa reunión; su tutor quería presentarle algunos amigos, por lo tanto se sentía muy agradecido por ese gesto, que no tenía más opción que asistir.

ʺBueno, cuídate, porque no voy a estar ahí para hacerlo yo. ¡Adiós!ʺ
Respondió KyuJong, quien no pudo evitar imaginarse una fiesta en la que los donceles llevaban atuendos que apenas cubrían sus voluptuosos cuerpos y donde se emborrachaban, se abrazaban y se besaban.

Se preguntaba si su esposo se comportaría de esa forma con extraños, después de todo, París era una ciudad menos conservadora que las ciudades de su país de origen. Sin duda las costumbres entre ambos países eran muy diferentes.

ʺSí, que duermas bien. No te preocupes, sé cuidarme soloʺ.
Dijo HongKi, quien estaba a punto de colgar el teléfono, pero KyuJong se lo impidió.

ʺ¡Kiki, espera un minuto!ʺ
Se apresuró KyuJong a decir. Después se preguntó si estaría exagerando al revelarle sus temores a su esposo, pues no quería que él se preocupara innecesariamente.

ʺ¿Qué pasó?ʺ
Preguntó HongKi desconcertado, ya que no tenía idea de lo que su esposo quería decirle.

ʺQuería decirte que ... No importa, olvídalo. ¡Buenas noches!ʺ
Dijo KyuJong, después colgó el teléfono antes de que HongKi pudiera responderle. Lo que en realidad quería decirle era que no usara ropa tan reveladora, sin embargó al final decidió que lo mejor era no hacerlo, pues no quería que su esposo pensara que era demasiado conservador y de mente cerrada. Así que se guardó sus preocupaciones.

ʺ¡Oye, Kyu! ¿Qué me ibas a decir? ¿Hola?ʺ
Dijo HongKi con el ceño fruncido, y al darse cuenta de que su esposo ya había colgado, dejó caer su teléfono. Se preguntaba por qué había hecho eso; y qué era lo que le quería decir.

Unos minutos después comenzó a arreglarse para la fiesta y eligió un traje relativamente sexy, que ocultaba completamente su inocencia. Era el atuendo que cualquier diseñador famoso habría usado para una fiesta.

Como la estrella en ascenso que era en el mundo de la moda de París, HongKi había sido muy afortunado de que su tutor lo hubiera recomendado y presentado con gente importante de esa industria, pues había logrado hacer muchos contactos, y como resultado, cuando llegó a la reunión, su popularidad, belleza y elegancia llamaron inmediatamente la atención de todos.

HongKi poseía una belleza oriental típica, dulce y elegante. Su tierna sonrisa siempre atraía miradas de admiración. Pocos chicos se atreverían a usar un atuendo rojo para una fiesta, pero él se veía hermoso.

Como figura destacada en el mundo de la moda, realmente sabía cómo sacar partido a sus encantos naturales, para resaltar su belleza y lucir atractivo. Con tantos puntos a su favor, se convirtió en el principe de la fiesta y conoció la vida nocturna de París.

Un Verdadero Amor. 5a Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora