—¿Qué me ves rarita?— me dijo y giró los ojos fastidiado.
— No nada, solo intento entender porque papá se quedó contigo.
— Ay mira que linda.— susurró en sarcasmo.
— Dijimos que no nos íbamos a odiar, o ¿que? ¿No puedes cumplir con un reto?— intento molestarlo aún más
—Claro que puedo, solo que eres tan insoportable que lo haces difícil.
Suspiré y recargué mi cabeza sobre la pared, cierro los ojos en muestra de frustración y aburrimiento.
Él se levantó y comenzó a caminar por toda la habitación.
— ¡Hey! ¿Podrías dejar de hacer eso? Me mareas— fruncí el seño.
— No, no puedo.— contestó
Giré los ojos y me recosté en el suelo mirando al techo que es completamente blanco.
—Quiero preguntar que haces, pero supongo que nada útil porque todo en ti no sirve.
— habló el rey de la productividad y perfeccionismo
—Ya vas a empezar, la rutina que llevo no es perfeccionista — lo miro a los ojos
— si llevas una rutina como esa debes ser perfeccionista, rarito
— holgazana
—Dijimos que no nos íbamos a odiar Cinco.
— Si pues... Yo digo muchas cosas que en realidad no quiero cumplir
— ¿Quieres eso? Bien, me repugnas y no te soporto.—
—¿Si? Me tenías tan preocupado.— me hace una sonrisa fingida
— Ámame u ódiame, al final no me sacas de tu cabeza.
Él ignoró lo que le dije y sacó un lápiz de su bolsillo, comenzó hacer sus cálculos.
—¿Qué haces?— pregunté curiosa.
— Nada que te importe.— me contesta en un tono grosero
El sonido del lápiz chocando contra la pared y los murmuros de Cinco cada vez me abruman más.
—¡Deja de hacer esos ruidos!
— Obligame.—
Me levanté y me acerqué a él poco a poco mientras que él iba dando pasos para atrás cada vez más rápido hasta que se topó con la pared.
— No te tengo miedo.— me contestó desafiante.
— miedo no pero... Si te pongo nervioso.
— Claro que no.— dijo para después empujarme contra la pared
— Vuélveme a empujar niño, ¡Atrévete!
Me empujó, yo le tomé del brazo y lo estrellé contra la pared.
— Sin tus poderes no eres nada.
Me tomó de la nuca y me azotó contra la pared, a lo cual solté un chillido de dolor
— Yo también entreno con ustedes ¿recuerdas?
—¿Quieres pelear Hargreeves?
Le dí un codazo en las costillas, a lo cual el se encorva por el dolor y yo golpeó su nariz aprovechando que está así.
— ¿Sabes que me enseñaron a respetar a las mujeres? Pues eso al carajo porque recibes lo que das.
Me tomó de los hombros y me puso unos buenos golpes en el estómago.
Lo empujé de los hombros y él cayó, quedando arriba de él.
Me miró a los ojos con la respiración agitada, mi cabello suelto cae sobre la cara de cinco.
Él quita mi cabello con cuidado de su cara y me vuelve a mirar.
No entiendo cómo pero mis brazos están por arriba de sus hombros y las de él en mi cintura.
Puedo jurar que él tampoco entiende que está pasando.
Lo escucho tragar saliva y abrir la boca para después cerrarla.
— ¿Por qué sigues arriba de mí?
Mi cerebro reacciona después de años y me levanto.
Cinco imita mi acción y se levanta colocando su peso sobre sus codos.
Yo me senté frente a Cinco, me senté sobre mis piernas.
— ¿Qué fue eso?— me preguntó.
—ni idea.
— Bueno, que no vuelva a pasar ¿quieres?
Solo acentí y sobé mi estómago por los golpes.
— oh y... Disculpa por eso.
— ¿estoy loca o acabo de escuchar a Cinco Hargreeves pidiendo perdón?
—Nunca lo menciones.
— puede ser que te odie pero, no soy una chismosa traidora, esto me lo llevo a la tumba.
—Exacto, así.
Dejó de hablar y me miró. En su mirada podía notar confusión.
— ¿Ahora tú qué me ves?— levanté una ceja.
— Oh, nada, solo... Nunca había notado que tienes un ojo ligeramente más claro que el otro.
— Oh, si, y... ¿Cómo lo notaste?
— Cuando estabas arriba de mí... Te tenía muy cerca y... Ví detalles de tu rostro que nunca había visto.
— Que profundo, yo... También ví algo...
Luego de decirlo él se sonrojó.
— ¡Oh no! ¡No! No nada raro, solo... Tienes dos lunares en tu mejilla izquierda.
—Si, están juntitos, Diego solía decir que eran picaduras de insectos y que mi sangre se volvería radioactiva.
— Claro, típico de Diego.
Nos quedamos hablando de cosas hasta que dió la hora de la cena, Pogo vino por nosotros y nos llevó hasta nuestros cuartos.
Antes de entrar, di la vuelta y le dije a Cinco:
—Nada de lo que pasó hoy puede ser sabido por los demás ¿Entendido?
— Claro, ¿Por qué querría yo que sepan que la pasé bien con una rarita loca?— bufó
— ¿La pasaste bien?— levanto la ceja por su anterior declaración
— Descansa...— dijo y se metió a su cuarto lentamente para evitar contestar a mi pregunta.
Ay JAJAJAJA que bipolares.
Bueno... El emoji del desahogo es...
🤕 (Este)
Por los golpes que se dieron JAJAJA.
Atte: la Hargreeves ✨
ESTÁS LEYENDO
Besos y Un Par De Promesas Rotas. The Umbrella Academy Cinco Y Tu.
Fanfiction- pero... Lo prometiste.- una lágrima cae por mi mejilla.- dijiste que volverías, y... No lo hiciste, como puedo estar segura de que no me volverás a dejar?- él me abraza. - confía en mí...