capitulo 1. Nubes ☁️

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Hola, soy Jazlín Hargreeves.

Tengo 12 años.

Les cuento mi vida.

El primero de octubre de 1989, 43 mujeres de todo el mundo dieron a luz, lo raro de esto es que ninguna estaba embarazada al empezar el día.

Sr Reginald Hargreeves.

Un millonario solitario, adoptó a 8 bebés super poderosos.

Número uno, Luther, super fuerza.

Número dos, Diego, super puntería.

Número tres, Allison, el rumor.

Número cuarto, klaus, ve muertos.

Número Cinco, teletransportación.

Número seis, Ben, sacar tentáculos del estómago.

Número siete, Vanya, ella es ordinaria.

Número ocho, Jazlín , sigo en busca de mi poder definitivo. Y esa soy yo por cierto.

Todos crecimos en un ambiente super competitivo, no éramos una familia, nadie ahí se habla, todo es... Competencia por ser el mejor.

En fin, no tengo mucho que contar, ya todos se saben esta historia ¿no?

Creo que sí hay algo que puedo contarles.

Solo tengo un amigo, Luther, no entiendo porque nos llevamos tan bien, solo... Así es, Allison no le caigo bien, Vanya y yo no hablamos, Klaus... No lo odio pero es demasiado inmaduro, Diego le lanza cosas a todo lo que se mueve, y Ben... Se encierra en su mundo cuando abre un libro.

Se preguntarán: "¿Qué hay de número Cinco?"

Bueno, ni lo menciono, me odia y lo odio, es un terco, un necio, pedante, egocéntrico entre otras muchas cosas, la verdad me hubiera encantado que mi relación con él sea pacífica.

Lamentablemente no es así, él y yo somos como hielo y fuego, puedo decir que justo ahora, no deseo que Cinco muera, pero es tan insoportable que cuando se me acerca deseo que un autobús lo atropelle.

¿De dónde salió este odio mutuo?

Bueno, él y yo éramos amigos antes, no tan cercanos como Luther y yo, pero lo suficiente como para no matarnos.

A la edad de 5 años, papá comenzó con los entrenamientos intensos, ni los militares entrenaban así, siempre he sido de las mejores, Cinco también, al principio no nos odiabamos, pero papá es... Le encanta que nos superemos a nosotros mismos, eso causó una gran competencia entre Cinco y yo, nunca ninguno de los dos ha podido vencer al otro.

Hoy es sábado 13 de enero del 2002, actualmente todos tenemos 12 años, los cumplimos en octubre.

— Hola Luther.— saludé con entusiasmo mientras entraba en su habitación. —¿Qué haces?— pregunté con curiosidad.

— Hola Jaz. Nada, ¿y tú?—dijo sonriendo mientras me veía a los ojos.

— Pues vengo a ver si te gustaría salir conmigo hoy. Es sábado y como terminamos a tiempo el entrenamiento, papá nos dejará salir, ¿Quieres ir al cine?— le mencioné emocionada.

— oh, si, lo siento, hice planes con Allison. ¿Otro día?— me preguntó con remordimiento.

— si, claro, no importa.— le respondí sincera con una sonrisa.

— Gracias por entender Jaz.— contestó con ternura.

— Si, bueno, me tengo que ir, supongo que hoy si haré tarea.— dije para después salí de ahí.

¡Genial! Ahora estoy completamente sola, debí hacer más amigos cuando pude.

Es que por alguna razón, Luther me entiende mejor que nadie, aunque en realidad es un poco mandón y a veces se creé que es el jefe de todos aquí, lo quiero mucho.

En general tiene muy buena relación casi con todos menos con Cinco y Diego, ambos también tienen el carácter fuerte y no dejan que nadie les diga que hacer, ni siquiera papá.

No estoy enamorada de mi mejor amigo ni nada, solo lo aprecio bastante, aún que Allison insiste que sí, que siento algo por Luther y estoy celosa de su relación, no es verdad, supongo que solo me siento desplazada.

Bajo a la sala para intentar distraerme pero es en vano, la academia es completamente fría, aún que vivimos aquí varias personas, se siente así, se sabe que no somos una familia normal, creo que ni siquiera somos una familia.

Disfruto de paz, estoy sola, si, pero en paz, nadie me molesta, de repente se escucha el ruido más molesto del mundo

Klaus.

Mi hermano número cuarto baja de su habitación con una falda que seguramente Allison le prestó.

— hola hermanita.— saludó aquel que sabe que su inoportuna inmadurez causa ansiedad.

— buenas tardes.— saludé sin darle alguna importancia.

— que propia y responsable.— dijo en burla.

— al menos no soy una inmadura drogadicta como mi hermano número cuatro.— le contesté victoriosa.

—¿Cómo Luther te soporta?—preguntó mirándome enojado

No le dije nada, solo giré los ojos y fuí al patio.

Ahí siempre está vació.

Llego al patio, me recuesto en el pasto y miro al cielo, a veces hago esto con Luther, no me fascina pero a él sí¿Qué chiste tiene buscarle formas a las nubes?

Una gran incógnita que no puedo resolver, solo es agua evaporada contenida en esos bultos blancos.

Mientras intento buscar alguna forma a una nube, la persona más repugnante para mí aparece.

—¡Boo!— me dijo con su sonrisa fingida.— ¿Me extrañabas?—

— Créeme que deseo extrañarte todos los días pero... Tu maldita actitud lo arruina todo.—  le contesté.

— ¡Wow! ¿Lanzando insultos? Un poco incompletos pero ya es algo. — se mofó haciendo una mueca.

— ¿Qué quieres número Cinco?— Pregunté ya fastidiada mientras me levanto por completo del suelo.

— Paz, un poco de paz en mi vida. Pero el encontrarte aquí no ayuda.—

— si, a veces no siempre tenemos lo que queremos, yo quiero que te atropelle un autobús y... Bueno... Aquí estás.— le sonreí para luego marcharme.

Esto es algo de casi todos los días, el y yo discutimos por todo, no lo soporto.

De vuelta a mi cuarto, un par de voces hacen eco por el pasillo de la academia, me asomo por la leve apertura de mi puerta a ver si logro saber quiénes son.

Alcanzo a ver y es Luther y Allison de románticos.

Ay no, ¡ayuda! Mi mejor amigo se enamoró, ¡estaré completamente sola!



Atte: la hargeeves

Besos y Un Par De Promesas Rotas. The Umbrella Academy Cinco Y Tu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora