Capítulo 38

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Caminamos rumbo a un bar para cenar las clásicas hamburguesas que servían allí. Siempre estaba lleno el sitio y, más hoy que el frío no había sido descomunal.

Era gracioso como nos miraba la gente extrañada, pocos sabían de Virginia. En el pueblo nos conocíamos entre todos, era algo digno de publicar en el diario que había una chica nueva en el pueblo, una joven que resaltaba por su belleza y ceguera. Además, era nieta de la inolvidable Lidia. Sin embargo, creo que lo que más llamó la atención de los clientes fue el llamativo atuendo de mi acompañante, el vestido verde era de poco escote pero mostraba su espalda al completo.

 Un cinturón blanco que se mantenía en su lugar gracias a sus caderas y, por debajo de este, una falda de largos irregulares pero toda la tela se mantenía por arriba de sus rodillas. El conjunto por completo se encontraba entre algo formal y ardiente.

- ¿Cuántas personas nos están mirando? - pregunto graciosa mientras nos sentábamos.

- Entre 10 y 20.. - mencione y ella comenzó a reír a carcajadas

- Eso no es nada en comparación a lo que estoy acostumbrada.. Pero a ti te ha dejado mudo, jajajaj

- Para ti es habitual que millares de ojos te observen y alaben..

- Tienes razón, los que más me miran son los tuyos.. - dijo repentinamente y una amplia sonrisa se dibujó entre sus mejillas.

- Les dejó la carta... - nos dijo una señora que rozaba las 6 décadas, era la esposa del dueño y trabajaba de camarera.

Luego de que se fuera, comenzamos a debatir por la cena. Las hamburguesas de aquel bar podrían valer para tres soldados de cualquier ejército. Decidimos que pediríamos una grande y la compartiríamos.

- ¡Está deliciosa! - exclamó mientras terminaba de masticar. Había dado el primer bocado, logrando que el huevo se derrame en mis manos ya que sujetaba la hamburguesa. Busco varias servilletas para no mancharse.

El resto de la cena fue un espectáculo, las risas no cesaron. Al terminar, nos montamos en un taxi rumbo a la discoteca que siempre íbamos los chicos del pueblo ya que era la más cercana.

"Inocencia" era un sitio bastante cómodo, las cosas no solían irse de control como en otros lugares. Ofrecía una zona general donde la gente podía bailar sin problemas, luego había una gran barra junto a las mesas. Por último estaba el área más caliente donde la ropa era escasa y el ambiente permitía un toqueteó abierto sin que los demás pudieran observarte ya que la luz era escasa.

Nos dirigimos directamente a la última zona donde la música invitaba al movimiento y eran varias las parejas que se encontraban pegadas. Dejé a Vir en un sofá apartado y fui a por algo de alcohol para comenzar la noche...

Narra Virginia

Mientras Caleb iba a por la bebida un cosquilleo recorrió mi cuerpo. Mucho hacía que no me movía por estos ambientes.

Una de las ventajas de mi condición era que podía imaginar todo a mi gusto. Con los ojos cerrados me veía sentada en un sofá , que por su textura, parecía de terciopelo. Inspire y el olor del humo que desprenden las máquinas que hay en estos sitios mezclado con el alcohol se filtró por mi cuerpo. Era dificultoso oír algo más allá de la música, pero agudizando el oído, logré escuchar los gemidos provenientes de la pista de baile.

Una sonrisa maliciosa se dibujó en mis labios. 

Aquí pertenezco yo... La música conseguía que mi cuerpo anhelara bailar como si no hubiese un mañana. Soltar todo mi cuerpo y dejarme llevar.

Sácame de las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora