Mil cosas se me pasaron por la cabeza:
Que la profe de historia se dio cuenta de nuestra travesura y me delató a mi...
Que, al no parar de hablar en física, el profesor se fue a quejar...
Que la directora me haría leer un relato por megafonía...
¡O que se yo!
No era algo normal, se olía en el ambiente que las cosas cambiarían y me alteraba. No me imaginaba aquello que vi en el despacho al atravesar el umbral, creí que estaba soñando.
Encontré a una chica de mi edad, sentada frente al escritorio. Desde mi lugar apenas distinguía su perfil y tan solo con eso, me aseguré de que su rostro estaba esculpido en una suave porcelana.
Apoyado en el respaldo de la silla se encontraba un chico algo mayor que yo, quizás unos 25 años.
Si hubo una cosa que me demostró que jamás había visto a esa muchacha era aquella cabellera que poseía. Unos rizos muy bien peinados, con algunos mechones recogidos y los demás sueltos. Todos de diferentes tonalidades rojizas. Las puntas parecían un poco más rubias mientras la raíz era de un tono cobrizo y acompañaba la hermosa tez apenas dorada.
El tiempo retomó su curso.
- Pasa Caleb - me dijo Mariangeles - toma asiento, por favor.
Hice lo que me ordenó la directora. Me senté al lado de la muchacha que iluminaba el lugar con su melena de fuego.
Con la cercanía comprobé que era algo creado por los demonios, una belleza. Sin embargo, en su rostro, no había expresión alguna y ¿tenía los ojos cerrados?
De tanta oscuridad en la que me movía, ¿ahora solo veía sombras?
No estaba loco, ella tenía los ojos cerrados. Su respiración, movimientos me advirtieron de que no se hallaba dormida o muerta.
Traté de encontrar la lógica en la situación hasta que Mariángeles, cuando terminó de hablar con el que sería el responsable de la joven, se dirigió a mí.
- Caleb, querido, te presento a tu nueva compañera de curso. - Quedé mudo - Habrás apreciado su ausencia de visión y he pensado en que tú, que eres un gran chico, podrías ayudarla en su movilidad por el edificio y a incorporarse a las clases a través del medio que ella utilizará, el portátil.
No sé qué clase de impresión tenía la directora de mí, pero el hecho de que me hubiese
halagado no impidió que escuchara que tendría que actuar de lazarillo y poner al día a una chica que empezaba un mes más tarde el curso.
Tras plantearlo de esta manera, cualquiera pensaría que rechazaría la propuesta. Pues, no.
Por más que deseaba excusarse de mil maneras, no pude hacerlo. Esto no estaba en mis planes, ni lo de aquella Pianista entraba en mi agenda. Yo quería concentrar todas mis fuerzas en este curso para obtener una media razonable y conseguir la beca en la universidad.
No me gustaba ver como mis fuerzas se desvanecían al admirar la figura de la muchacha, a la par que se ponía de pie y extendía su brazo.
Virginia Vitali - dijo cuando estreché su mano.
Caleb Alcatraz.
Un placer, Caleb - la intensidad y sensualidad de su voz me confirmó de que aquello sería el comienzo del final.
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Sácame de las sombras
Fiksi RemajaMi vida, aburrida y monótona, pasa a ser activa, misteriosa, perversa e ingeniosa gracias a ella.. ¿A quién? Mejor dicho, ¿a quiénes? Las tres musas que me rodean generando en mi una completa confusión. Yo un chico de pueblo pasará a vivir la vida e...