Capítulo 15

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Una semana finalizó, otra comenzó. Sin embargo, en mi mente, el tiempo no pasaba, los recuerdos me consumían y las hipótesis me abrumaban.

La conversación con Diana se repetía una y otra vez en mi cabeza. Detestaba como, al analizar cada matiz, entendía las razones de ella a la par de comprender como cada día me hacía más inútil.

¿Qué maldición atrajo el verano pasado que conllevo a mi locura?

Una locura sostenida por tres pilares...
- La Pianista
- Virginia Vitali
- Diana Álvarez

En ese orden mi vida fue desembocando en un continuo caos y ansiaba salir de allí.

Anhelaba volver a mi antigua monotonía. Aunque fuese aburrida, ahora extrañaba esa libertad de pensar en cualquier estupidez, no que mis sesos estén usurpados por mis amores.

Fueron demasiadas las horas que tarde en descifrar cómo desterrarlas de mi cabeza. Fueron muchos los recuerdos que me impidieron encontrar la solución a mi trastorno. Fueron excesivas las veces que mi propia imaginación me jugó en contra.

Pero logré encontrar la manera de ser libre y, por dolorosa que fuese, la implementaría.

Consistía en buscar la simpleza en mis diosas. Algo que suena un poco descabellado pero era  una forma muy efectiva. Al lograr convertirlas en simples mortales su valor para mi disminuiría. Debía sacar sus secretos de las sombras y descubrir sus debilidades.

Comprendí que debía usar técnicas diferentes con cada una debido a su relación conmigo.

A Diana la dejaría de lado, tal y como ella hizo. Aquello no me agradaba nada, a pesar de que entendía su elección sabía que esta la llevaría por un camino sin salida. De dicho pasaje deberá sacarla alguien en el que confíe ciegamente. El hecho de que no me haya desvelado su secreto no significaba que no sea una persona de confianza, siempre lo fui, no tiene a nadie más que a mi. Por ello buscará entre los antiguos contactos para pedir socorro cuando se quede a oscuras.

El proyecto que emprendería con Virginia comprendía un duro acecho de la persona como de sus recuerdos. Necesitaba saber quien era en su interior y conocer sobre su vida antes de su llegada al pueblo. Presentía que una persona completamente diferente se escondía en ella, su bipolaridad lo anunciaba. Quería utilizar lo que descubriera de ella como arma para conquistarla y lograr sus confesiones. Las mismas llevarían a la ruina su imagen de mujer perfecta al estar diseñada por el demonio.

El plan a llevar a cabo con la Pianista no tenía las pautas muy fijas pero sí una meta definida:

DESCUBRIR QUIÉN ES LA JOVEN DETRÁS DE ESAS MANOS DE PORCELANA

Sabía que mi búsqueda no tendría límites, que no me cortaría ni un pelo en hacer cualquier cosa para conseguir el botín. Desde montarme una tienda de campaña frente a la ventana por la que apreciaba a mi alma convertida en la Pianista a buscar una buena excusa que decir a la secretaria del ayuntamiento para que me deje ver el nombre del propietario de dicha casa.

 Aquel fin de semana aspiraba a ahogarme en recuerdos existentes y otros inventados por mi imaginación. Recuerdos y pensamientos inspirados en ellas. Como si dos de mis musas me susurraran a los oídos mientras la tercera me besa, las tres me intoxicaban y debo admitir que no deseaba parar...

Sin embargo, queridas, es tiempo de que yo las maldiga un poco... ¿No les parece?

Ese fue el último pensamiento de la noche, así me demostré que aquellos días serían productivos. Decidí acostarme a una hora prudente para estar bien descansado el lunes por la mañana. La semana entrante sería bastante explosiva, mi plan se pondría en marcha y la primera víctima será la hermosa pelirroja que me ofrece sus manos para poder encontrar el camino correcto.

No lamento decirte, Virginia, que te guiaré por un camino lleno de llamas.


Sácame de las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora