Capítulo 33

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Las semanas pasaron y  la vida transcurría por el mismo camino. Eran escasos los momentos donde la Pianista se dejaba ver en público y no actuaba como la seria belleza que definía a Virginia. Instantes en clase o en el recreo cuando la tomaba de la mano, se dirigía a mi con una sonrisa buscando algo más.

Eso solo lo encontraba cada tarde al buscarla en la ventana. Ver como dejaba distintas partes de su alma en las teclas, fueron varias las veces que a mitad de canción se levantó sobresaltada del taburete, moviendo este del sitio y culminando la pieza de pie.

A Nahuel tuve que contárselo rápidamente o me aniquilaría. Jamás creí que permanecería callado tanto tiempo pero en el relato de el descubrimiento de ella no emitió palabra. Después de analizar todo me comento que no creía que la antipática chica de capital fuese el "ángel" que a mi me consumía cada vez que la escuchaba tocar.

Como se acercaba la primavera, el frío no había cesado pero si mermaba a ratos y no era tan tedioso, sumado a el descanso de exámenes pensé en salir a conocernos y vernos fuera del colegio.

Estaba bajando las escaleras junto a ella y la petición improvisada llego:

- Vir - susurre entre nosotros - ¿Te gastaría salir a pasear esta tarde? Ya los campos están más verdes y podemos sentarnos allí...

Su cara de sorpresa fue monumental y su respuesta no me aclaró nada - Esta tarde tengo que sacar a el perro y hacerlo practicar sus habilidades.

- ¿Eso es un sí o un no?

- Es un si, mientras no te incomode el animal.

Yo que los amaba no me importaba y le dije que la pasaría a buscar por su casa en una hora.

En ese tiempo no llegué a arreglarme mucho y tampoco quería porque solo nos íbamos a sentar para charlar. En cambio ella irradiaba hermosura hasta para las actividades más sencillas. Llevaba unas botas simples y marrones que combinan con los detalles del suéter. En las piernas lucía un pantalón blanco.

El gran Golden que llevaba por mascota me lamió todo al verme y estaba eufórico por salir a dar una vuelta. Sin embargo eso fue lo que menos me sorprendió, lo maravilloso era como al haber obstáculos como árboles o postes, con el hocico tocaba la pierna de ella para prevenirla.

Salimos del pueblo para adentrarnos en los campos cultivados y percatarnos del aroma de los primeros frutos que se estaban desarrollando. Cuando hallamos un claro donde el sol alumbraba decidimos sentarnos en el verde césped. Ella, palpando la correa, busco el broche para liberar a Ringo y que jugara un rato.

Al acabar la conversación trivial llegó a su fin una pregunta poco analizada surgió de mi boca.

- ¿Todas tus cicatrices son del accidente?- ella se quedó tan muda que intuí que había metido la pata - Perdón, no analice que sería un tema delicado, yo..

- No es un tema delicado - me respondió - de hecho "delicado" es una palabra que queda mejor acompañada con persona u objeto. De lo que hablas ni siquiera es un tema, sino un hecho. Ha sido un hecho muy trascendental en la vida de varios. El claro ejemplo está en que arrasó con muchas almas, solo que no tuvo la consideración de quitarnos la vida y el alma a todos. A mi hermano y a mí nos dejó incompletos en este mundo...

Todo derivó en el relato de aquel suceso pero no eran lo ocurrido lo que me afligía, la poca ilusión por la vida y la escasez de agradecimiento por permanecer en este mundo, me dolía. Parecía que no le hubiesen hecho un favor, aparentaba estar cumpliendo una cadena perpetua.

Aquello me provocaba tanta tristeza que decidí besarla, buscando compartirle algo de vida y amor. Pero Vir ya estaba demasiado aturdida aquella tarde y solo empeoró.

- Llévame a casa... - me pidió y no tuve más opción que emprender camino a su hogar.

Fue un camino silencioso que culminó cuando de su bolso, intentando sacar las llaves, un libro se cayó y ambos nos agachamos y tomamos el libro entre manos.

Ella se apartó por el contacto y me dio tiempo a mirar la portada del ejemplar. Pídeme más... leí mientras apreciaba que la imagen mostraba la espalda desnuda de una mujer.

- ¿Algo que confesar, Virginia?

- Nada que no hubieses sospechado antes..- dijo con una sonrisa macabra en los labios y entró en su casa.

Sácame de las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora