Sácame de las sombras

Capítulo 29

Hace años mis padres mantienen la costumbre de pasar la navidad en familia pero el año nuevo con sus amigos. Como estoy "mayorcito", desde las fiestas pasadas me dejaban en casa, donde podía celebrar con Nahu y otros conocidos sin salirme de control y resguardado del frío. Así fue como a primeras horas de la tarde se despidieron y partieron con Rayan rumbo a Madrid a pasar la noche allí, dormir en casa de algún allegado y volver por la mañana.

Este año no había invitado a muchas personas, de hecho las podía contar con una sola mano. Eran Nahu, Luis y su novia Mariana,  a la que nadie conocía pero no quería dejar sola. Evidentemente, Diana estaba invitada pero no había obtenido respuesta de su parte.

Dije a mi amigo que viniera temprano para ayudarme a preparar la cena y pudiéramos charlar ya que aquel sería el día donde la verdad saldría de mi. No había tenido secretos para él y esto poco a poco fue convirtiéndose en un maraña de sueños oscuros, obsesiones y misterio. Necesitaba su ayuda en dos grandes cosas: no perder la cabeza y para desenmascarar a mi querida Pianista.

Al llegar empezó a maldecir por el incomprensible frío que hacía afuera y no era para menos. No alcanzamos los 3 grados a lo largo del día, el termómetro vivía en negativo. Nos entramos a la cocina para terminar de preparar el pollo y dejarlo en el horno hasta la cena.

Nunca me desagrado cocinar y era una actividad que me tranquilizaba. Estaba preparando un pollo troceado con salsa de frutos secos. Para acompañarlo había un revuelto de papas, pimiento y cebolla a tiras. Lo que yo llamo sencillo y delicioso.

Terminando de acomodar el comedor deje a mi amigo en mi cuarto y me dirigí hacía el baño para ducharme. Sin agobiarme, permití que el agua me recorriera por completo, quitándome el peso de encima, convenciéndome de que en pocos días la encontraría.

Sabía que la hallaría porque mi cordura la necesitaba, porque todas las noches eran en vela logrando dar con pistas que me guiaran hacia ella, eventos que me demostrarán cuál de mis compañeras era la que me confundía con sus manos sobre las teclas. Nahu estaba con mi misma cara de asombro cuando salí con la toalla colgando de mis caderas.

- ¿Pero que son tantos apuntes..? Ni para biología usas tantas hojas - mencionó mientras releía los papeles de mi escritorio.

- Es una historia más que larga, estarás mejor en la cama - le recomendé mientras toda la historia, desde aquel día de agosto donde casualmente la escuche, empezó a brotar de mi.

Todas mis experiencias con la Pianista se las transmití a la par que buscaba el pantalón azul marino y camisa blanca para aquella noche, el suéter no era necesario dentro de casa pero lo mantenía cerca por las dudas. De mi boca salieron recuerdos, como la vez que vi su silueta en el balcón, las voces y llantos a través de la ventana, su misteriosa aparición en el funeral y el libro de geografía. Le hable de cómo todo me condujo a pensar que se trataba de alguna chica de nuestras clase y mi ardua investigación.

La historia se vio interrumpida por el timbre, ambos nos sobresaltamos. Luis no me había confirmado si vendría a cenar pero conociéndolo era improbable, eso me decía que solo podía ser ella. Recorrimos la casa para abrir mientras Nahu trataba de sonsacarme la última información.

- Entonces puede ser cualquiera... ¡que quilombo! - dijo

- Si, todas pueden ser La Pianista, pero ahora nada de mencionarlo y guarda el secreto con tu alma. Como se enteré alguien me van a encerrar o en un manicomio o en una cárcel...-

Giré la llave que se encontraba en el picaporte y recibí a la bella invitada de botas y vestido blanco, con unos leggins rojos acompañando al cinturón de tono. Simplemente resplandecía en la noche y podía utilizar la nieve de espejo.