Jisung se encontraba en su habitación. Estaba en su cama, debajo de dos mantas tejidas por su abuelita, las cuales eran extremademente calentitas. También ya se había bebido su chocolate caliente y ahora estaba entretenido viendo su drama de amor, mientras tejía una bufanda muy colorida.
Sí, aquel trabajo le había provocado el entusiasmo de ir a la casa de sus abuelos para que le enseñe a tejer, ademas del dinero tomado de sus ahorros para comprar cinco lanas de distintos colores.
Cuando observaba a Minho, este traía todo negro, de los pies hasta el cabello, y no solo eso, sino los tatuajes en sus brazos también. ¡Ese chico necesitaba algo de color! Por ello decidió hacer esto como el segundo regalo de la lista.
Solo esperaba que no lo tirara como lo hizo con el almuerzo, también se había gastado parte de sus ahorros en eso.
Y le había roto el corazón.
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—¿Entonces ya tienes todo listo? —preguntó Seungmin con entusiasmo.
La pereja de amigos charlaban felizmente de camino hacia a la escuela. Y cada vez que se acercaban más, Jisung se ponía aún más nervioso, pero sabía disimularlo.
O al menos eso pensaba.
—¡Claro! Solo debo apurarme para llegar temprano y dejarle el regalo encima del banco...
—¿Le has puesto una nota?
—Sip. Aún lo sigo firmando con mis iniciales, luego pensaré bien en qué regalo diré mi nombre entero.
Desde allí, Seungmin cambió de tema, dándole la noticia de que quizá, en los próximos meses, un alumno de intercambio llegara a su escuela y también a su salón, cosa que sorprendió al pequeño Han.
Cuando entró al salón correspondiente, Jisung se fijó para todos lados si había alguien o si venía, y como no aparecía ni siquiera un gato, fue a hurtadillas hasta el pupitre de Minho. Sacó de su mochila, una bolsa de cartón color verde oscura, la cual dentro contenía la bufanda. La dejó perfectamente en el medio y acomodó la tarjetita, en la que se podía leer claramente:
"Para que no tengas frío y que yo pueda alegrarte un poquito tu día.
-HJ-"
Jisung se dirigió a su banco y esperó sentado a que la clase comenzara.
Se había desvelado tanto anoche que sus ojitos estaban pesando demasiado. Quería dormir profundamente y eso que el día recién comenzaba. Sin embargo, al escuchar el timbre algo de él se desperto enseguida, y pensó que seguramente era su ansiedad, queriendo saber si por fin una sonrisa adornaría el rostro de Minho.
Y una vez más, Lee Minho llegó tarde, siendo observado por todos los compañeros al momento de entrar. Jisung supuso que eran por sus tatuajes, estos se notaban, ya que las mangas no eran largas como para tapar toda su mano.
Hablando de eso, Jisung sintió como sus manitos comenzaban a temblar y en como su corazón palpitaba. Vió como Minho tomo la bolsa y la dejó a un lado del banco, en el suelo.
Jisung agachó su cabecita, y dirigió su vista hasta sus manos las cuales se apretaban mutuamente con mucha fuerza, hasta el punto de ejercer dolor en él mismo.
Quizá debería rendirme, penso.
Sin saber que unos ojos se posaban sobre él. Unos que no dejó de mirarlo toda la clase.
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