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🎁⁶:『𝘜𝘯 𝘤𝘩𝘰𝘤𝘰𝘭𝘢𝘵𝘦 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘦𝘯𝘥𝘶𝘭𝘻𝘢𝘳 𝘦𝘭 𝘥𝘪́𝘢』

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Como todos los días desde que comenzó su plan, Jisung salió de la tienda con una sonrisa. Feliz porque se estaba ahogando con el calor que hacía allí adentro y que por fin pudo salir al frío de fuera, y feliz por lo que había comprado.

Quizá no sea un regalo como los anteriores, puesto que no tenía suficientes ahorros aún. Había limpiado su casa completamente, al igual que el auto de su madre e hizo la compra del mes. Él solito con sus brazos debiluchos, por ello, estaba feliz, ya que iba a recibir aquél pago que su progenitora prometió.

No era mucho dinero, pero lo suficiente para terminar con los obsequios para Minho. Eso si, no quería excedirse mucho con el límite, ya que él había tirado la mayoría de ellos a la basura, es decir, tiró su dinero por un completo idiota que no sabe valorar lo que hacen por él.

Al tener ese pensamiento se detuvo abruptamente en el medio del camino, llamando la atención de las personas a su alrededor.

—¿Y si me como su regalo? —pensó en voz alta—. Creo que sería lo mejor.

Una señora se le quedó mirando y las mejillas del menor se encendieron. Hizo una reverencia y se fue de de allí corriendo, hasta pisar la entrada de la escuela.

—¡Jisung!

—Oh... hola Sanha, ¿cómo estás?

El chico se acercó al menor, quién guardaba algunos libros en su casillero.

—Ahora que te veo, estoy bien —guiñó su ojo y sonrió al notar el sonrojo de Jisung—. Vengo a hacerte una propuesta.

Jisung largó una fingida risa.

Sanha le agradaba, enserio, y él no queria ser malo con ninguna persona, pero él era tan insistente que ya no sabía qué hacer. En ciertas ocasiones le había dejado en claro que no quería nada con él.

Insistía tanto que pensaba en dejar que salga a la luz su enamoramiento, hacia Minho, era una de las últimas opciones, la cuál jamás tocaría.

O no por ahora.

No quería ser malo con él, ni ilusionarlo. Tal vez si aceptaba salir, alimentaria sus imaginaciones –algo que escuchó Seungmin y que le contó hace unas semanas–. Sin embargo, creía que salir como amigos no seria tan mala idea. Pero un sentimiento de incomodidad se alojaba en todo su cuerpito cada vez que ellos estaban solos.

—¿Sí? ¿Qué es? —preguntó sin ganas, tratando de pesar en si aceptar o no.

—Mis padres irán mañana a la noche a un restaurante de mariscos, ¿quieres venir conmigo?

Agachó su cabeza y cerró su casillero para darse la vuelta, tomando fuertemente entre sus manos la pequeña bolsita que contenía el chocolate.

—Sanha... soy alergico a los mariscos... lo siento —fingió estar apenado, aún así no mentía.

—Oh... los siento yo, por no saberlo

—No puedes saberlo todo, no te preocupes —le sonrió.

—Entonces, ¿parque de diversiones esta tarde? Será divertido, lo prometo.

—Tengo que estudiar, lo si...

—Jisung —interrumpió—. Sal conmigo, prometo que será divertido y pasarás un buen momento.

—En verdad, no puedo Sanha.

—Vamos, por favor una vez —el mayor hizo un puchero.

—Mi exámen de matemática es mañana...

—Solo será un ratito, tengo entradas y es para hoy...

—¿Acaso no entiendes que no es un no? —una tercera voz se unió a la conversación.

Sanha se volteó para ver de dónde y de quién provenía. Al mayor no le sorprendió en lo absoluto, a pesar de que no conocía al chico que se estaba entrometiendo. Jisung abrió sus ojos como platos al notar a Minho guardando algunos libros en el casillero de adelante. Si bien sabía que el casillero estaba desocupado desde hace unas semanas porque el estudiante que lo ocupaba se fue de intercambio, pero no sabía que Minho lo había ocupado, más cuando el suyo quedaba cerca de los baños.

—¿Qué dijiste? —Sanha dió un paso adelante.

Su cuerpo se tensó y convirtió sus manos en un puño. Lo contrario a Lee que actuaba tan desinteresado y tranquilo.

—Que te está diciendo que no, debes respetar eso.

—¿Quién eres tu para decir eso?

—Alguien con sentido común, cosa que tú no tienes, porque sino, no estariamos en esta situación.

Sanha avanzó hasta quedar a pocos centimetros. Minho sintió su mirada clavada en su nuca por lo que se dió vuelta, aún relajado.

—No quiero problemas, aléjate.

—No lo haré hasta que aprendas que no debes meterte en donde no te incumbe.

—¿Enserio crees que Jisung quiere salir contigo? Si fuera así, ya te hubiese dicho que sí. Tienes que aprender a aceptar un no como respuesta —alzó su ceja, desafiándolo.

Sanha tragó saliva y estampó su puño en la mejilla izquierda de Minho, dejándolo en el piso. Este se incorporó enseguida y no tardó ni dos segundos en devolverle el golpe.

—¡Por favor, paren! —gritó Jisung, sintiendo como el tumulto de personas crecía.

Sanha golpeó, Minho golpeó, reiteradas veces hasta que unos profesores llegaron al lugar para separarlos.

Oh Dios... ¿Qué haría ahora?

 ¿Qué haría ahora?

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━ 20 𝑟𝑒𝑔𝑎𝑙𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑛𝑎𝑣𝑖𝑑𝑎𝑑 ✧ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora