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🎁¹⁴: Regalo un tanto diferente.
→+18.

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El brillo en sus ojos desapareció, al igual que su sonrisa. Agachó su cabeza y trató de reir, como si le estuviera sacando importancia al asunto. Minho lo miró sin pestañear, sintiéndose culpable al instante, él tampoco sabía qué diablos estaba esperando para pedirle.

La navidad. Estaba esperando la navidad.

Y sacarse de encima a Sanha, ¿qué debía hacer? ¿Matarlo? ¿Secuestrarlo? ¿Mandarlo de sorpresa a África? No, mejor al medio del océano Pacífico. Minho sonrió, pero la borró enseguida porque eran temas delicados, donde nadie debía bromear con eso.

—Lamento haberlo dicho así. A veces suelto cosas sin pensar, y lo que menos quiero es hacerte daño.

—Tra-tranquilo, tú también me dejaste las cosas en claro y no soy capaz de comprenderlo...

—Claro que eres capaz —su voz sonaba dulce y le dolía el hecho que los ojos de Jisung no lo estén mirando, por ende, llevó su otra mano para poder levantar el rostro del ajeno. No había lágrimas por lo cual se calmó un poco, pero sus ojos lucian tristes, hasta incluso cansados—. ¿Dormiste bien anoche?

—N-No... tuve pesadillas... jamás creí soñar con Sanha.

—No te lo tomes a mal, pero me alegro que hayan sido pesadillas —Minho rió, seguido de Jisung y una pequeña pisada de pie—. Auch.

—Eres malo —formó un puchero con sus labios para luego refugiarse en el pecho del mayor—. Entonces, ¿de qué quieres hablar?

—Es mejor que lo hagamos en un lugar más privado... no lo sé, ¿te parece en tu casa?

—Mamá no está, así que me parece bien —y sonrió al sentir como Minho dejaba un beso en su frente.

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Jisung caminaba lento, con dos tazas de chocolatada caliente, intentando no derramar nada al suelo recién lavado. Al llegar a la mesita, también trató de agacharse con cuidado, aún no entendía el hecho de no llenarlo hasta el tope, y eso que Minho le advirtió. Hablando de él, Lee rodó los ojos, cansado de que Jisung no entendiera las cosas, era para su bien, y además, no estar limpiando todo el tiempo, pero era cabeza dura y a los cabezas duras, hay que tratarlos con amor y tranquilidad.

—Listo —dijo cuando, con un pulso de los dioses, pudo dejar las dos tazas intactas.

Minho aún no entendía porqué se sentaban en el piso, ya que el sofá estaba detrás, pero le quitó importancia en cuanto la película empezó. En realidad era una serie, pero el como siempre veía un capitulo y luego se aburría, entonces sí, lo podía considerar como una película.

—A ver si te hago mirar más de un capítulo —espetó de la nada, llamando por completo la atención del mayor y consigo una sonrisa.

—Veremos, bonito, veremos.

—Sí, veremos la serie —dijo, logrando que Minho largara una risa.

El menor dejó la taza tras dar el segundo sorbo, estaba bastante caliente. Tomó una servilleta que estaba arriba de la mesa y la pasó delicadamente por los labios ajenos, limpiando el resto de chocolatada que había quedado en la comisura. Minho pego los ojos en él, sorprendido ante la acción, notando como las mejillas se le coloreaban, entonces no pudo resistirse a apretarlas y dejar un beso allí.

—No quiero ver, quiero besarte —musitó en un susurro cerca de sus labios para luego impactar sobre su boca.

El menor largó un pequeño gemido, el cual logró una extraña reacción en Minho: causó un escalofrío que recorrió todo su cuerpo, centrándose en una parte que no quería que se despierte.

━ 20 𝑟𝑒𝑔𝑎𝑙𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑛𝑎𝑣𝑖𝑑𝑎𝑑 ✧ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora