[2/2]
——————————
El camino transcurría en silencio, para nada incómodo.
Minho podía ver el perfil de Jisung de vez en cuando y este se ponía rojo de la vergüenza, reía, sin poder retener los latidos erráticos de su corazón, agradándole mucho más estar en su compañía.
Aquello era raro. Siempre había sido un chico solitario, le agradaba la soledad. Cuando Chan se metió en su vida como el entrometido que es, descubrió por primera vez lo que era la amistad. O fue ese día en el que él estaba enfermo y Chan lo fue acuidar porque sus padres estaban de viaje. Había comprado algunas chucherias para ver una película de terror mientras Minho moría de la fiebre.
Sí, Chan fue su primer amigo.
Ahora era deferente: Jisung no es su amigo, es mucho más que eso, y su corazón lo siente en este mismo instante.
Jisung parecía un ángel.
Veía películas de romance y casi todas decían lo mismo, cuando él pensaba que eso era tan absurdo, ahora lo entendía: entendía lo que era estar enamorado. Tener una persona que te alegre la vida con solo una sonrisa o el sonido de su carcajada. Ver su rostro dormido en las mañanas o verlo mientras hacia el desayuno, lo estaba comprendiendo. Pero recién se conocían, así que Jisung estaba muy lejos de ser esa persona.
Aún así, no iba a negar que se estaba volviendo adicto hacia aquella sonrisa.
—¿Y qué es lo que le cuesta de literatura? —preguntó Jisung, para estar más listo a la hora de ayudarlo.
—Mmh... me cuesta mucho clasificar las poesías, ¿sí sabes de lo que hablo?
—Minho, todo el tema abarca sobre eso —rió.
—Si... es que no se ni siquiera lo que toma -confesó un poco avergonzado.
—¿No prestaste atención a las últimas clases, eh? —acertó.
—Había alguien que me distraía. Supongo que era su color de cabello, era un rubio que podía dejarte ciego —jugó, mirándolo.
Jisung frunció su ceño y pensó. Dayeon se había teñido a un rubio que parecía dorado y además se sentaba en la fila del medio, ¡en la mesa del medio, quedando en el campo visual de Minho!
Tras ese pensamiento, Jisung se detuvo repentinamente.
—Si hay alguien que te gusta, solo dilo y yo pararé con esto. No es justo que estés conmigo solo porque te doy lástima, Minho. Solo dilo, será menos doloroso si paramos ahora —Minho frunció su ceño.
—¿De qué hablas? Jamás te tendría lástima...
—Has dicho que alguien rubio te estuvo distrayendo de las clases porque lo miras. Sé que es Dayeon y ella es una linda chica, no deberias estar conmigo, ve con ella e invitala a salir...
—Tú tienes el cabello rubio, tontito —pinchó a punta de su nariz, sorprendiéndolo—. Tú eres el rubio al que estuve viendo todos estos días, deja de decir tonterias.
—Y-yo... yo también... rubio... —Jisung vio la sonrisa en el rostro de Minho y enseguida sus mejillas se volvieron más rojas, por lo tanto llevó sus manos para ocultar su cara—. ¡Ay no, que vergüenza. Hyung no me mire! —chilló.
Minho largó una risita y llevó sus manos hasta las del menor para apartarla de allí y ver mejor sus mejillitas rojas.
—No puedo dejar de mirarte. Me gustas —confesó.
Jisung no aguantó su rostro arder, y como el mayor tenía sus manos agarradas lo mejor que se lo ocurrió fue ocultarse en la curvatura de su cuello, transformándolo en un abrazo luego de unos segundos.
También le gustaba esa sensación.
—¿Le gusta la chocolatada o prefiere café o té? —gritó desde la cocina, confuso por lo que iba a elegir para merendar.
—Lo que tú vayas a tomar, está bien, me gustan los cuatro —susurró en su oído, asustándolo por completo.
Pero mucho más se asustó por la cercanía de sus cuerpos: podía sentir el pecho del mayor contra su espalda.
—Hyung... son solo tres cosas.
—Tú no eres una cosa, pero te incluía a ti también.
Bravo.
¿Eso había salido de su boca? Parecía un completo inepto en el campo del amor. Parecía un chiste, y lo peor era que queria escuchar la risa de Jisung.
Posó su manos en la cintura contraria y lo dió vuelta para luego levantarlo y sentarlo sobre la mesada, sonriendo por su acto y por las mejilla rojas.
—¡Hyung!
—Te tengo atrapado, no huirás así que no me empujes —Jisung dejó de ejercer fuerza en sus hombros, dejándolas reposadas en el mismo lugar.
—Jamás huí de ti.
—Ni siquiera cuando te lo pedí, sí, lo sé, y quiero disculparme por eso. Mi mente no deja escapar esos recuerdos, nunca quise tratarte así, solo no quería lastimarte, y lo hice a pesar de todo.
—¿Por qué, hyung, por qué queria alejarme?
—No lo sé, Sung. Soy un idiota por si no te das cuenta, ahora ya estás avisado —Jisung sonrió y Minho juró no haber visto una sonrisa tan bonita—. ¿Quieres a este idiota? —Jisung asintió varias veces.
La mirada se había vuelto intensa. Sus corazones latian a la par, como locos. Sus ojos no dejaban de bajar hacia los labios del contrario, y cada uno deseaba que el contrario de el paso siguiente.
—Hyung, quiero que usted sea mi primer beso —susurró, suficiente para que Lee escuche.
—Y tú el mio, Sung.
Ambos se acercaron. Ambos tocaron los labios del otro, para luego sumirse en un dulce beso.
Cayendo el uno por el otro.
ESTÁS LEYENDO
━ 20 𝑟𝑒𝑔𝑎𝑙𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑛𝑎𝑣𝑖𝑑𝑎𝑑 ✧ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔
Fanfiction❝ 10 𝘥𝘪𝘢𝘴, 10 𝘳𝘦𝘨𝘢𝘭𝘰𝘴. 𝘌𝘴 𝘴𝘶𝘧𝘪𝘤𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘏𝘢𝘯 𝘑𝘪𝘴𝘶𝘯𝘨 𝘤𝘰𝘯𝘲𝘶𝘪𝘴𝘵𝘦 𝘦𝘭 𝘤𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰́𝘯 𝘥𝘦 𝘓𝘦𝘦 𝘔𝘪𝘯𝘩𝘰. 10 𝘥𝘪𝘢𝘴, 10 𝘳𝘦𝘨𝘢𝘭𝘰𝘴. 𝘌𝘴 𝘴𝘶𝘧𝘪𝘤𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰 𝘱𝘢�...