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🎁¹⁵: "Para que sigas haciendo lo que te gusta... o sea yo plasmado en estas hojas ;)"

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Minho se alegró al ver que la pequeña caja que había decorado con un papel simple, pero llena de stickers tiernos y con el nombre del rubio, a lo largo del papel, pintado con más de diez colores. Tal vez, no era el mejor paquete del mundo, pero sabia que a Jisung le gustaban esas cosas, así que decidió hacerlo, a pesar de que sabía que podía gastar más de treinta papeles haciéndolo porque no le quedaba lo suficientemente bonito, así como su chico lo era.

Como en definitiva pasó. No solo fueron treinta papeles, sino todo el estrés porque no lograba dibujar el nombre con el pulso correcto. Dolor de cabeza y un poco de espalda al estar recortando los stickers que el mismo fue a imprimir, pero estaba satisfecho con el resultado.

Solo una gran desilusión podria borrar esa sonrisa que te ia en el rostro.

Amaba disfrutar de la creatividad, al menos por ahora. Sabía a la perfección que le quedaban cinco regalos que hacer, y sinceramente, no sabía cuál elegir primero. Solo esperaba que le gustara lo que tenia entre manos.

Tomó el paquete y cerró su casillero, mientras su mano vacía llevaba entre dedos la bolsa con la comida y las dos botellas de jugo de manzana. Ahora esperaba que le gustase la comida que eligió, y bueno, sino, se la comeria él, que también se estaba muriendo de hambre.

Caminaba animado por los pasillos vacios de la escuela, la verdad es que daba un poco de miedo, ahora entendió por qué Jisung se asustó tanto cuando lo vio. Deberían prohibir estas clases de escuela, o quizás, todas. Así las personas serían más libres. Según Minho, lo único que enseñaban era el estrés y la ansiedad, así que Jisung no estaba tan alejado cuando le dijo a la profesora que lo unico que hacía era sentarse, decir dos palabritas y mandar la nota sobre que un nuevo exámen se aproximaría, y que luego, le daba la cara para quejarse de que el nivel de estudio de los estudiantes era deprimente y vergonzoso.

Le quería aplaudir, porque no solo dijo cosas que él pensaba, sino lo que media clase opinaba, hasta podía decir que todos los cursos que ella dió. Esa profesora no sabía el odio que recibia por parte de los estudiantes, y eso daba miedo.

Pero no dejemos atrás como los pasillos se tornaban oscuros siendo apenas las tres de la tarde. Como no había muchas ventanas y el dia estaba nublado, se volvía más terrorífico, solo faltaba que aparezca la profesora de ingles y se moria de un infarto.

Y cuando menos lo pensó, comenzó a correr para llegar más rápido a la biblioteca. Sí, podia parecer todo un fortachón, pero veía una película de terror o contaban simples historias de miedo, y no podia dormir durante unos días. Lo supo cuando dijo que era lo suficientemente macho y se vió una pelicula de terror solo; terminó durmiendo en la cama de sus padres adoptivos.

Cerró la puerta de la biblioteca detrás suyo y comenzó a respirar agitado, así que no tardó en saciar su sed con un poco de jugo de manzana. Ni los asesinos más terroríficos o la profesora de inglés, pusieron la cara de enojo que Jisung estaba poniendo mientras caminaba hacia él. Sintió su sangre hervir.

—¿Qué pasó? ¿Por qué estás tan agitado? Además, ¿quién te dió permiso de beber mi jugo, Lee?

—Tranquilo, hay otra botella —musitó, sintiendo como su corazón palpitaba con desespero.

—Oh, está bien. Toma un poco de aire y luego bebes, no quiero que te ahogues.

Los ojos del rubio se abrieron de par en par y brillaron como nunca lo hicieron. Podía decir que era por la comida, porque parecía que no comía hace como tres años, pero la verdad era que vio muchos stickers de animalitos y su nombre perfectamente escrito, con muchos colores. Tomó el paquete entusiasmado por saber qué era, que no le dió tiempo a Lee de hablar y decirle que espere. Apartó la notita y depósito la cajita en la mesa para abrir el papel lentamente, no queria arruinar el trabajo de Minho, sería algo muy malo de su parte.

—Minhonnie... —llamó, cuando vio lo que había adentro.

El nombrado se colocó un poco más cerca, para poder apreciar su rostro y la gran sonrisa que adornaba su rostro, ¿acaso habia algo más lindo que eso? La respuesta era un rotundo no.

Jisung sacó primero los lapices y marcadores para encontrarse un precioso cuaderno de hojas lisas. Lo dejó sobre la mesa para notar que, no solo habia lápices de colores y marcadores, sino acuarelas y tintas negras como lapices profesionales para dibujar. Todo era de primera marca, algo que dejó a Jisung sorprendido.

—Esto... Esto... 

—¿Esto compensa el dibujo que me obsequiaste?

—Es que... Minho, es precioso... pero no debiste regalarme todas estas cosas, cuestan mucho...

—Shh, no te preocupes por eso, mientras sigas lo que dice la nota, no me enojo —dijo en modo de broma, abrazándolo por detrás de la cintura y dejando su mentón sobre el hombro.

"Como no sé dibujar, no puedo hacerte un retrato tan bonito como lo hiciste tú, así que espero que sigas dibujando lo que te gusta... o sea, yo plasmado en estas hojas ;)"

—Oh... eso ya lo veremos, primero están los gatitos.

—¿Qué cosa dijiste?

Minho se erguió rápidamente y giró el cuerpo de Jisung sin problemas. El rostro del menor estaba rojito y rió, por la reacción ajena, llevó sus manos hasta impactarlas suavemente con la espalda, generando un abrazo al pegarse aún más a su cuerpo y dejar la cabeza sobre el pecho.

—Prometo llenar muchas páginas con tu preciosa cara.

—Diste en mi ego, estás perdonado, pequeño.

—Si no dije nada malo, Min —puchereó, sintiendo como el corazón del contrario bajaba el ritmo a uno más tranquilo.

—¿Cómo que no?

—Los gatitos son lindos.

—Pero no más que yo, y no acepto reproches —dijo en broma, aunque no tanto—. Así que aqui se termina esta conversación.

Jisung largó una carcajada y lo abrazó un poco más fuerte, para luego cerrar sus ojos y suspirar. Tenía sueño y el cuerpo de Minho era tan cómodo que podía dormirse en cualquier momento.

—Te quiero, Min.

El pelinegro sonrió y dejó un tierno beso sobre su cabeza, para luego apoyar su mejilla y cerrar sus ojos también, sintiendo como una inmensa tranquilidad golpeaba su anatomía, conociéndola perfectamente como el cansancio de haberse despertado tan temprano. Lo abrazó más fuerte y susurró con toda la sinceridad que podia expresar:

—Yo te quiero más.

━ 20 𝑟𝑒𝑔𝑎𝑙𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑛𝑎𝑣𝑖𝑑𝑎𝑑 ✧ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora