Toda la clase, los ojos de Lee habían sido colocados sobre Jisung, quién se sentía algo nervioso respecto a eso. Su corazón latia también, con felicidad, porque su plan estaba funcionando.
Quizás sí lograría conquistarlo.
Esta vez quiso cambiar la rutina. Si bien ya le había dado un regalo frente a frente –cosa que salió muy mal–, no le importaba en lo absoluto. Sus regalos eran preciosos, delicados y sumamente pensados, a todos les encantaria. Y Lee Minho no seria la excepción. Además, Jisung era adorable, lindo...
¿Por qué Minho no se enamoraría?
Aquél pensamiento logró que detuviera sus pasos y que bajase el regalo que tenía entre manos. Las lágrimas nublaron su vista de repente, deslizándose por sus mejillas rojitas.
¿Acaso no era lindo para Minho? ¿Y si estaba siendo un poco insistente? Es decir, con esto de los regalos, uno cada dia... ¿y si Minho se cansa? ¿Y si nunca le gustó la idea de los regalos y por eso siempre los tira?
—También me quedan poquitos ahorros... —susurró para si mismo.
Minho, quién salía del baño, frunció su ceño al verlo parado en el medio del pasillo, hablando solo.
—¿Qué dijiste? —preguntó, queriendo saber en verdad qué había dicho.
El menor se volteó rápidamente, asustado por la repentina aparición. Casi se tropieza, pero pudo mantener el equilibrio, sin soltar el regalo entre sus manos. Aunque, cuando los ojos de Minho estuvieron sobre el obsequio, Jisung lo escondió detrás de su espalda.
—¿Qué era eso? —su curiosidad al saber qué respondería el menor, creció.
—N-Nada...
—Jisung —advirtió avanzando un paso hacia él—. ¿Qué tienes ahí y por qué lo escondiste?
—Minho hyung, enserio... no es nada.
—¿Es mi regalo? —Minho ya se encontraba lo suficientemente cerca para poner tímido al menor—. Pregunté algo.
—S-Sí —Jisung agachó su cabeza, agarrando fuertemente del obsequio.
—Dámelo —ordenó.
Jisung levantó su cabeza y pegó los ojos sobre los de Minho. Su cuerpo tambaleó un poco y por ello retrocedió, para tener un poco de distancia y para retomar su equilibrio.
—Tú solo has tirado cada uno de mis regalos. No te importó ninguno de los cuatro anteriores, ¿por qué quieres este?
Jisung miraba expectante los orbes cafés negros de Minho, esperando alguna clase de reacción. pero estos no transmitían nada. Nada de felicidad. Tristeza o incluso confusión.
—Tú has comenzado esto, así que lo terminarás. No tengo ni idea de cuantos regalos son en total, pero el quinto tiene que estar entre mis manos. Te guste o no. Tienes tres segundos para dármelo ahora, o de lo contrario...
Jisung apartó el obsequio y lo dejó en el medio de ambos. Minho descendió su cabeza para mirar lo que era: un osito de peluche, con un corazón entre sus manos, que también tenía una nota. Lo tomó y la leyó:
"Espero que le guste Minho hyung, fue muy difícil encontrar uno tan lindo como usted.
-Han Jisung-"
Minho sonrió.
Y Jisung se derritió ante aquella curvatura. Aún así, su sonrisa se desvaneció cuando Minho lo miró a los ojos y se dió la vuelta, para irse.
Han largó un suspiro. Al menos no lo había tirado... o no delante de sus ojos.
¿Eso significa que...?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
