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—Me duele el culo —chilló, hundiendo su rostro en la almohada, recibiendo risas por parte de Seungmin.

—Cuando vaya a tu casa, no me pienso sentar en el sofá, ni mucho menos cerca de la mesita.

—Malo —espetó—. Solo espero que mamá no se entere, ¿qué haré si me pregunta?

—¡Han Jisung, ¿Y este condón sabor a chocolate?! —imitó la voz de la señora Han y su característica cara de enojada.

Aunque Jisung no pudo ver eso, le lanzó la almohada con suficiente fuerza para que Seungmin largara un quejido.

—¡El condón no era de chocolate! ¡Deja de burlarte! —Kim volvió a largar una carcajada, escuchando el llanto falso por parte de Jisung. 

—Si no me burlo, no sería un amigo, Ji, además, como tú dijiste, no hay nada de que avergonzarse —repitió las mismas palabras que el rubio alguna vez dijo, especificamente cuando comenzó a sentir algo por Bangchan—. No sé por qué estas así, embarazado no puedes quedar... y usaron protección, ¿qué pasa? ¿Folló muy mal? ¿Son mejores los juguetes?

—¡No, eso es lo peor! ¡Me duele y quiero que vuelva a follarme, por eso estoy asi!

—Pero Ji, no es alguien random en tu vida, es Minho, tu novio, así que despreocupate, que sucederá en cualquier momento.

—No es mi novio... no me lo ha dicho aún —Jisung se dió la vuelta y pudo respirar por fin.

Vió que Seungmin estaba muy entretenido con el celular y además estaba hablando con él, ¿cómo podía hacer las dos cosas a la vez? Una vez intentó caminar mientras mandaba un mensaje y termino cayéndose.

—¿Por qué no se lo pides tú? —el menor apagó el teléfono y le prestó atención a su amigo.

—No sé... me gusta mucho la idea de que me lo pida él, por eso estoy esperando, pero como no me lo ha pedido aún, me está haciendo dudar... y estoy empezando a creer que no quiere estar conmigo.

—No pienses así... —se recostó a su lado y lo abrazó—. Él esta muy interesado en ti y te quiere, así que, si quieres que él te lo pida, te aseguro que el momento llegará —dejó un tierno beso en su hombro.

—Sé que es masoquista, ¿pero como fue que Chan te propuso ser su novio? —preguntó con demasiado interés.

—Oh... bueno, acabábamos de tener una pelea estúpida que ya no recuerdo por qué fue, y en el camino a casa, yo me adelanté, enojado obviamente. Pensé que pasaría de largo y se iría, pero luego de unos minutos, escucho un par de golpes en mi ventana y luego lo veo, esaba tirando pequeñas piedras, al salir casi me da con una, pero la pude esquivar. Me enojé aún más, pero él estaba riendo y me contagió la gracia en solo dos segundos... y bueno, lo perdoné. Después gritó que me amaba y que no había por qué pelear por cosas estúpidas. Me pidió ser su novio y bueno, salí corriendo hacia donde estaba.

—¡Quiero morirme!

—Sunggie...

—¡Es tan bonito!

—Te pasará algo igual, hasta mejor, ya lo verás —metió su mano en el cabello rubio de su amigo y le despeinó por completo, recibiendo un quejido de su parte.

——————————

Terminó de guardar los libros en la estantería, claro, éstos solo eran los del pasillo A, le faltaban como veinte pasillos y más de trescientos libros que guardar en la biblioteca. Todo por contestarle a su profesora. ¿Y qué esperaba, que se quedara callado? Acá está en juego su educación, lo mínimo que necesitaba es que la profesora de inglés, explique bien los temas y no sentarse a comer o a charlar de la vida privada de sus alumnos. La puso en su lugar, pero bueno, toda humillación tiene su karma. Largó un suspiro y sonrió, no se arrepentía de nada.

Escuchó como la puerta principal era abierta. Supuso que era la señora encargada de la biblioteca, pero al recordar que esta no vino hoy, gritó un leve "ya está cerrado, lo siento". Aún así, no dejó de escuchar ruidos de pasos que se acercaban a él. ¿Y si había fantasmas y lo iban a comer?

Se asomó al área de mesas para ver quién era, pero no había nadie alli, así que le restó importancia y se dió la vuelta, pero chocó contra un pecho que conocía bastante.

—¡Minho! —lo golpeó y el mayor llevó su mano a la zona, para masajear mientras hacia una mueca por el dolor.

—Dolió.

—Pues no me asustes así —espetó y se cruzó de brazos.

—Lo siento, no pretendía hacerlo. Te escuché pero no te vi por aquí, así que me meti en los pasillos. Estás pálido, Sunggie, ¿te sientes bien? —elevó sus dedos para poder tocar el rostro ajeno, la piel estaba fria.

—Si, estoy bien, no lo hagas más —pidió, mientras pasaba sus brazos  alrededor de su torso y se apoyaba en el pecho ajeno, cerrando sus ojos—. Llévame, tengo sueño.

—Si pudiera lo haría, pero alguien tiene que cumplir con su castigo —rió, correspondiendo al abrazo y dejando un beso en su cabeza—. He de decir, me puse caliente. Tu manera de hablar, Dios, fue demasiado, lo siento.

Jisung rió, sintiendo como las mejillas se le incendiaban.

—Ay, Minhonnie... algún dia te tenia que pasar —susurró, el mayor alzo una ceja, casi indignado, pero no dijo nada porque era la verdad—. ¿Quieres buscarme algo de comer? Tengo hambre y mucha sed.

—¿Solo eso? ¿No me dirás "qué lindo te ves, Minhonnie, queria saber si me podias traer algo de comida y de bebida"? 

Jisung hizo un puchero y logró que una sonrisa se posara en los labios del mayor, logrando que estos se estamparan para fundirse en un precioso beso.

—Fuera de broma... —susurro mientras dejaba su cabeza en el pecho contrario—. Eres muy lindo, por algo me propuse a conquistarte. Y también, fuera de broma, tengo hambre —pidió una vez más.

—Está bien, está bien... aprovecho a hacer otra parada y te doy tiempo a que termines.

—Pero no tardes...

—Será rápido, lo prometo —le dejó un beso en la cabeza y lo alejó suavemente con una sonrisa.

—Jugo de manzana, ¿puede ser?

—Todos los que quieras —volvió  dejar un beso, esta vez en su frente.

Se alejó con una sonrisa, pensando seriamente si habia puesto el regalo en su casillero o no, porque, en caso contrario, deberia ir a buscarlo a su casa, y no queria dejar a su chico mueriendo de hambre.

Si, su chico, estaba seguro de que pronto lo seria.

━ 20 𝑟𝑒𝑔𝑎𝑙𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑛𝑎𝑣𝑖𝑑𝑎𝑑 ✧ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora