La llamada de la partida de mi padre me hizo sentir abrumada, como si el mundo se cerrará sobre mí y tratara de aplastarme.
Dos meses después de su muerte me llega la noticia, justo cuando creí que podía tener una buena vida, cuando pensé que lo tenía todo bajo control.
Al instante me sentí sola y abandonada. Las pocas veces que lo vi no fueron suficientes, y ahora no habrá más oportunidades. Se ha ido.
Su muerte fue tan inesperada que no alcanzó a hacer una división testamentaria. Partió de este mundo dejando a tres hijos egoístas bajo la tutela de una madre prepotente y derrochadora sin el más mínimo aprecio por la Alianza.
Mi padre me alejó cuando era tan solo una niña de diez años que apenas estaba descubriendo lo que era ser una mujer, la única de sus tres hijos.
Después de que mi madre encontrara el motivo perfecto para echarme de la familia, mi padre decidió confiar en mi y me protegió, me alejo de todo lo que conocía y me llevó a un lugar donde mi calidad de vida se fue en picada, siempre de mal en peor.
Desde que recuerdo fui la más difícil de dominar. Mi padre lo sabía, vio potencial en mi cuando el resto solo veía desperdicio. Me llevó a una vieja escuela con aires de milicia donde explotaron mis habilidades hasta hacerme poderosa de una retorcida manera.
En la Escuela de Élite han estado todos los líderes de la Alianza anteriores a mi padre, es tradición que los siguientes en la línea -especialmente aquellos que tienen el poder- asistan a esa institución para poder controlar todo el caos que los dioses les han otorgado.
En ese lugar me convirtieron en una mujer inteligente, metódica e impulsiva, siendo mi mayor deficiencia el no tener compasión de nadie.
Eso es algo que no se aprende de la noche a la mañana, me costó años de mi vida entender que se debe desconfiar de todos, si tu familia te da la espalda no puedes esperar nada mejor del resto.
Crecí sin nadie, rodeada de personas que cada vez que yo subía escalón, terminaban por lanzarme hacía abajo después de meterme una patada. Por lo tanto, si me fallan una vez o se quitan del camino por voluntad o les meto una bala entre ceja y ceja.
Tengo amigos y no los voy a negar, estoy agradecida de que me aprecien y no dudo de ellos porque en diversas ocasiones me han demostrado su lealtad, pero debo admitir que la mayor parte del tiempo estuve sola, y como una verdadera Vólkov todos mis problemas y sentimientos los guardo en una caja y la oculto del resto para que no vean mi debilidad.
Ignoro esos sentimientos y vulnerabilidades hasta que se vuelven ajenos. Continuo sin más, cuando has tenido una vida difícil lo mejor es volverte insensible.
En mi familia nadie puede ser débil porque te vuelves carnada fácil. Esa tradición la mantuve dentro de la Escuela de Élite ya que todos pensaban en sí mismos, y como dicen en México "quien no tranza no avanza".
Me enseñaron a ser una asesina despiadada, adquirí con el tiempo una voz que no da derecho a réplicas y absolutamente tengo bajo control el uso de las miradas asesinas, de esas que te hacen llorar porque sientes cómo te escarba el alma y te deja desnudo, expuesto y miserable.
Hace casi quince años que no veo a mi familia, nadie a parte de mi padre se preocupaba por mi. Si hablamos de mi madre puedo asegurar que con gusto me pagaba un viaje directo al infierno sin retorno si eso suponía quitarme de en medio.
Lo que si me sorprendió -solo un poquito- fue que la llamada viniera de mi antigua nana, la señora Leonora, en lugar de venir de mi madre o de alguno de mis hermanos. Eso me hace sentir ofendida y muy enojada, porque ni siquiera se dignaron a notificarme la desafortunada noticia. Tuvieron que pasar dos meses para que siquiera se acordarán de mi existencia y no sucedió.
Mi nana exigió que me presentará para que pudiera tomar lo que me pertenece por orden de mi padre, una orden que, tal parece, solo fue expresada directamente al servicio de la casa en lugar de a la familia. Cosa que comprendo.
Generalmente diría que no me corresponde entrometerme ya que podría vivir sola y alejada del foco mediático, pero teniendo en cuenta que mi familia solo sirve para despilfarrar y joder el capital de la familia, estoy dispuesta a ser yo quien les ponga un alto. No puedo dejar que se vaya a la basura el esfuerzo de todas esas generaciones para hacer prosperar a la Alianza de las Diez Familias.
Tampoco pienso desperdiciar los años de sufrimiento disfrazados de educación que pase en la Escuela de Élite, por algo los viví y fue para ser la siguiente en el poder.
Mi padre, aún muerto, sigue siendo la cabeza hasta que se elija a alguien más que lo reemplace. Algo que debe decidir el núcleo por ser los representantes principales de las diez familias de sangre antigua más poderosas.
Según las cartas escuetas de mi padre, él era considerado el mejor líder desde la fundación del Rancho Rugido de Águila.
El legado consiste en una gran serie de empresas donde los líderes dirigen el capital humano, generan ingresos a la sociedad y a su vez, venden los productos como armamento y brebajes difíciles de preparar y de conseguir.
De forma aislada, los Vólkov tienen el negocio de venta y fabricación de tequila en tierra mexicana, que es precisamente donde reside el núcleo familiar para no ser rastreado en nuestro país de origen. Además de que esta situado a buena distancia del ojo crítico de las nueve familias, ya que mis hermanos suelen ser verdaderamente polémicos y ponen en tela de juicio el liderazgo. Aunque si lo pensamos detenidamente podemos darnos cuenta de que no importa que tan escondido esté el Rancho, las nueve familias se enteran de lo que sucede siempre.
Nadie le llegaría a los talones, según mencionó mi padre en su última carta, con un imaginado entusiasmo creado en mi cabeza. También señaló que yo sería excelente candidata a pesar de haber crecido lejos y de ser la hija menor.
Como ya dije, tras su muerte, tan repentina y profundamente sospechosa, no hubo tiempo para preparar al siguiente en la línea. Así que ha llegado la hora de tomarle la palabra, pues seré yo quien continúe, les demostraré que merezco más ese puesto que cualquier miserable perro que se haga llamar hombre en la familia.
No sufrí durante años para quedarme con las migajas que me lancen mis hermanos, al menos, si con suerte se acuerdan de mi. Seguramente les importo una mierda, por lo tanto a mi me importan lo mismo.
Ahora quiero más, quiero marcar la historia de las diez familias, quiero ser la primera líder no primogénita, mostrar a todos los Jefes de familia que los primeros hijos no siempre son la opción perfecta para encabezar la Alianza.
Soy una guerrera preparada para el combate y no voy a dejar que me aplasten como una jodida cucaracha, estoy decidida a vivir y a pelear. Hasta las últimas consecuencias.
Mi padre me separo del rebaño para que magos veteranos me educarán en el arte de la magia combativa, además de enseñarme de forma general las demás ramas de la magia con el objetivo de tener una visión amplia de las necesidades de la Alianza. Fuí entrenada para ser agradable a la vista hasta que se posen en mis ojos y se enteren que mirarme fue un error.
Quiero mejorar el legado familiar y también limpiar mi nombre, dejar en claro a los líderes que el enemigo no soy yo y que jamás lo fui.
Les haré saber que solo soy una víctima y que el verdadero enemigo está buscando destruir en un soplido todo lo que ellos han logrado en generaciones.
Quiero justicia. Merezco justicia y voy a tomarla.
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LA PATRONA
FantasyIlynka esta decidida a limpiar su nombre y quitar del camino a todo aquel que trate de evitar su posesión como líder de la Alianza de las Diez Familias. Durante su estancia en la Casona Rugido de Águila, Ilynka luchará por mantener su humanidad y no...