—¿Y qué tan grande es tu habitación? –grazna Rasmus con alegría– Quisiera haber estado ahí, la cara de Olesya debió ser una joya. Si es tan perra como la describes, muero de ganas por arrancarle las extensiones a jalones.
—Realmente no fue tan increíble como imaginé, casi me mata del aburrimiento. –ladea la cabeza confundido– Ella de verdad sabe controlar sus emociones. Apenas noté un atisbo de sorpresa y enojo, pero no explotó como solía hacerlo.
—Vaya, eso suena decepcionante. –asiento y termino de sacar mi ropa de las maletas, la aliso para volver a doblarla y guardarla en el armario moderno de mi padre– ¿Y qué harás ahora?
El armario de esta casa es un cuarto que tiene casi las mismas dimensiones que mi habitación en la Escuela de Élite, aunque tal vez sea un poco más grande.
Allá tenía suficiente espacio para poseer una cama matrimonial, una mesita de noche, un librero de un metro por dos metros y medio, así como también una cómoda para guardar la ropa y un lindo baúl de un metro por un metro para guardar los armas, utensilios y herramientas que necesitaba para entrenar y sobrevivir. Era una miserable caja de zapatos bien ordenada.
—No puedo hacer nada hasta que me adapte a esta nueva vida. Debo ganarme la confianza de los que trabajan aquí, así tendré un respaldo en caso de urgencia y ojos en todos lados para saber lo que hacen. –observo la pantalla y Rasmus se ha quedado quieto pensando– Tal vez podrías venir y hecharme una mano, a fin de cuentas no todo es tan malo, hay una piscina bajo techo que muero por usar. –su cara se ilumina y luego se vuelve a oscurecer.
—Aún faltan cuatro semanas para mis vacaciones, no puedo irme antes. –asiento y comienzo a doblar la ropa, un poco decepcionada– Pero en cuanto salga podré ir contigo y ayudarte, si soporto lo suficiente me darán tres meses de vacaciones por buena conducta, excelente desempeño y ninguna falta en un año. –suspira– Tres meses de vacaciones son una ganga, por primera vez no puedo dejarme seducir por el placer de atormentar a alguien, estas vacaciones son una oportunidad única.
—Si tu lo dices. –sonrió a la cámara y asiento– Mientras tanto, yo debo tantear el terreno usando ese comportamiento irritante que me enseñaste. –me detengo y lo miro con atención– Aquí entre nosotros quiero contarte algo que me tiene un poco... inquieta. –asiente con la cara más seria de su repertorio– Son más cautelosos de lo que creí y jamás pensé que llegaría a decirlo, pero... tengo miedo de lo que puedan hacerme.
La cara de Rasmus se congela y me observa como si no me conociera, se acerca a la cámara y olfatea como si pudiera percibir mi olor hasta Nueva York.
—¿Sientes miedo? –niega con la cabeza mientras silva– Tal como has demostrado cientos de veces, siente el miedo pero no te dejes aconsejar por él. Eres peligrosa, no lo olvides. Eres la puta ama, joder.
—Lo sé, pero eso no disminuye la sensación de pánico de que pueden meter mi cuerpo en un saco y arrojarlo al mar embravecido. –tomo la laptop y salgo al balcón para sentir la brisa veraniega, además de disfrutar la preciosa vista del jardín que alguna vez fue de mi padre y que ahora está siendo cuidado por Leonora– Sin importar el miedo que sienta en las entrañas o la inquietud de no poder lograr mis objetivos, no me iré de aquí y no me voy a doblegar. Podrán doblarme, pero jamás romperme.
—Esa es la actitud. –sonríe y luego suspira con un gesto que casi me hace llorar de compasión– Tengo que irme, la siguiente clase esta por comenzar y no pienso perder mis vacaciones por el chisme. Por muy tentador que sea.
—Si no fueran tres meses de vacaciones los que arriesgas ni siquiera te habrías atrevido a decir eso. –se ríe para luego despedirse con un saludo militar.
Observo la pantalla oscura de la laptop y después el cielo despejado de ese tono azul que te hace dudar que es real, tan falto de nubes que parece solo un gran trozo de tela azul brillante estirado sobre tu cabeza.
La belleza de la naturaleza logra distraerme solo un segundo de mi inminente realidad. El paisaje es hermoso y perfecto, pero me encuentro caminando por terreno peligroso, un campo minado que debo observar con atención.
El peso de las dudas me hunde en la mullida y fresca silla de exterior, me abruma la idea de que todo lo que estoy haciendo no valga la pena, me destruye pensar que mi padre estaría decepcionado de mi por no saber qué hacer, por sentir que no puedo con esto, que sobrepasa mi capacidad.
—No puedo permitir que tu recuerdo masacre mi confianza. –tomo aire con calma y hago un par de respiraciones para calmarme– Estás muerto, jamás estuviste realmente para mí, solo eres un fantasma ocasional en mi memoria y así te vas a quedar. Muerto.
Vuelvo a entrar con una sensación cálida revoloteando en mi pecho, la fe de poder lograr mis objetivos ardiendo en mi corazón con fuerza.
Esa sensación me llena y me devuelve a la vida para continuar luchando. Yo voy a vencer y mi madre me la va a pelar.
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LA PATRONA
FantasyIlynka esta decidida a limpiar su nombre y quitar del camino a todo aquel que trate de evitar su posesión como líder de la Alianza de las Diez Familias. Durante su estancia en la Casona Rugido de Águila, Ilynka luchará por mantener su humanidad y no...