—¡Basta de idioteces, Ilynka! –golpean la puerta con el puño esperando que le abra, pero mi mente esta ocupada— ¡Ilynka!
—¡Largo de aquí! –grazno y al final la voz me falla– ¡No estoy disponible!
—¡Esto es inaceptable! Si no abres la puerta justo ahora, la voy a derribar y haré que escuches campanas. –vuelve a golpear y yo me escondo más en el rincón de mi habitación oscura.
Durante la noche tuve un ataque de ansiedad que disparó mis hormonas, en ese lapsus mi poder se salió de control y ahora no soporto ver el desastre que provoque.
Me he dado cuenta de que el comentario amenazante de la Jefa me afectó más de lo que creí, y no sólo eso, ese sentimiento de culpa se unió a ese trágico día en la Escuela de Élite.
La imagen inocente de Roth hace acto de presencia una vez más, la vista se me nubla y comienzo a sentir calor en el pecho, la llama de mi alma se enciende como una poderosa hoguera que me consume desde dentro.
—¡Ilynka! –Leonora me recuerda que sigue esperando una respuesta sobre una pregunta que no logré escuchar, sollozo fuerte al ver la sonrisa tierna de Roth en mi memoria, no tengo energía para evitarlo– ¿Eh... Ilynka?
Contengo la respiración y cuento hasta 10. Entre cada número trato de alejar la imagen de mi amiga, intento tomar la tristeza y la culpa para meterlas a la fuerza en cada grieta de mi corazón para que no se siga resquebrajando. Trato de ponerle una parche a una presa fracturada.
—¡Ilynka, por favor! –gruñe y escucho sus pasos apresurados– ¡Selim, ayúdame! –mientras regresa tomo suficiente fuerza de voluntad como para ponerme de pie y avanzar lentamente a la puerta– ¡Gruñe o maldice, has algo para hacerme saber que sigues viva!
Escucho como Selim empuja la puerta con violencia sin lograr nada, así que antes de que continúe abro y me encuentro con su cara congestionada. Leonora me observa de pies a cabeza sobre su hombro y suelta un alarido como si le estuvieran arrancando el alma.
—Me he visto peor. –me doy la vuelta para entrar al hueco oscuro que es mi habitación y refugiarme de nuevo en mi rincón– Justo ahora no estoy en condiciones de lidiar contigo ni con la Jefa, así que hablen rápido.
*Perspectiva de Selim*
Leonora y yo seguimos lentamente a Ilynka hasta que la oscuridad de su refugio nos envuelve como las fauses de un lobo.
—Mi pequeña, ¿qué ha pasado? –Leonora trata de acercarse pero ella conoce su territorio y se mueve agilmente por las sombras– ¿Ilynka?
—No quiero escuchar tus comentarios compasivos ni tampoco tus frases maternales. –enciende un cigarrillo y con la débil flama del encendedor logro ver su rostro blanco como la tiza y los ojos rojos como hogueras candentes– Habla rápido, no estoy de humor.
—¿Qué sucedió? –avanzo por las sombras intentando ver más allá de lo que mis ojos me permiten, me muevo con cautela para no despertar su atención y poder iluminar el lugar con la poderosa luz solar– Cariño, no has salido en varios días de tu habitación, has rechazado toda la comida y se ve que no has dormido. ¿Qué sucede?
Ilynka se ríe y de repente las cortinas se corren dejando ver el desastre que es su habitación, como si un batallón hubiera tenido una guerra aquí dentro. Ella tiene el brazo estirado y la mirada fija en Leonora, parece que se desafían.
—Señor Mignon, ¿osa merodear en la habitación de una dama sin su consentimiento? Eso es inapropiado. –Ilynka se vuelve a observarme desde su lugar, ahora sus ojos son normales y me sostiene la mirada como si viera a un renacuajo frente a ella– Sugiero que tengas cuidado, hay granadas en algún lugar de la habitación y no querrás perder una extremidad por tu... curiosidad.
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LA PATRONA
FantasyIlynka esta decidida a limpiar su nombre y quitar del camino a todo aquel que trate de evitar su posesión como líder de la Alianza de las Diez Familias. Durante su estancia en la Casona Rugido de Águila, Ilynka luchará por mantener su humanidad y no...