13.1 Por mi honor (His side story)

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Cuando Hazel y yo nos detuvimos en la sede del Ejército Rojo antes de nuestra cita...

Ray: Lo siento, ¿pero podrías quedarte aquí un poco más?

Hazel: ¿Qué? Un momento, yo... ¡hey!

Parecía que Hazel iba a venir conmigo, así que revolví su pelo para detenerla.

Ray: Regresaré pronto. Si esperas aquí, te prometo que te compensaré más tarde.

Después de prometerle algo bueno para más tarde, me dirigí a la oficina con Lancelot. El ambiente allí era completamente diferente al aire de libertad de la sede del Ejército Negro. Los dos estábamos solos en la oficina. Lancelot se sentó en la silla y levantó la mirada hacia mi, que seguía de pie frente a su escritorio.

Lancelot: Tienes un favor qué quieres pedirme, ¿cierto? Escuchémoslo.

Esto, no el examen médico de Kyle, era la razón principal por la que había visitado la sede del Ejército Rojo.

Ray: Correcto.

Lentamente levante mi brazo derecho y concentre el poder mágico en la palma de mi mano.

Ray: Quiero que me enseñes cómo controlar y usar la magia.

Lancelot: ¿Oh?

La expresión de Lancelot no tuvo ni el mas mínimo cambio, mientras observaba cómo las partículas de luz, que se reunían en la palma de mi mano, desaparecían. Me instó a continuar.

Lancelot: ¿Y por qué razón?

Apreté con fuerza mi mano derecha y miré a Lancelot directamente a los ojos.

Ray: Hay gente a la que quiero proteger.

El dolor de mi herida atravesó todo mi cuerpo, pero no dejé que se mostrara en mi rostro mientras continuaba.

Ray: Hasta ahora, con estas manos había conseguido muchas victorias. Pero esta vez, no es suficiente para ganar o aferrarme a lo que más valoro.

Baje mi brazo derecho y Lancelot habló con calma.

Lancelot: Rey de Espadas. ¿No te has negado siempre a usar la magia?

Ray: Si. Pero, para superar mi yo del pasado... y para ser más fuerte... Necesito dejar de rechazar aquello con lo que nací, aceptarlo completamente, dominarlo y hacerlo mío. Eso es lo que he decidido.

Hable con claridad, sin ningún ápice de duda. El dolor de mi herida en este momento y de mi corazón en el pasado, cuando se rompió en pedazos, no era nada comparado con el dolor que sentiría si perdía a las personas que apreciaba.

Ray: Por favor.

Lancelot me miraba en silencio. Su mirada atravesó directamente mi corazón, como si estuviera tratando de averiguar mi decisión. Esperé tranquilamente a que terminara, mientras lo observaba. Por fin, la comisura de los labios de Lancelot se curvaron sutilmente hacia arriba.

Lancelot: Muy bien. Sin embargo, Ray... ¿te das cuenta de que no voy a ser amable contigo?

Un tono de burla como ese, era extraño en él. Respondí con una sonrisa.

Ray: Lo sé.

****

Habiendo asegurado la ayuda de Lancelot, deje la sede del Ejército Rojo con Hazel. Luego, al final de nuestra cita, le dije que había algo de lo que quería hablar con ella y la lleve a un lugar determinado. Para así poder hacer cierto voto. Llegamos a la orilla del Lago de las Lágrimas, donde la luz de los cristales mágicos hacía brillar la superficie del lago. Allí, lentamente levanté mi brazo derecho y abrí mi corazón a Hazel.

Ray: Si esta herida se cura o no, tenga o no una limitación, no soy rival para Levie. Definitivamente tiene la magia más poderosa del mundo. Se eso simplemente habiéndome encontrado con él una vez. Aunque es irritante admitirlo. Pero... Eso es si las cosas siguen como están.

Antes de darme cuenta, estaba apretando con tanta fuerza el puño, que las venas eran visibles en la parte trasera de mi mano.

Ray: Aun tengo una o dos armas secretas.

Hazel: ¿Las tienes?

Mi sonrisa se ensanchó como respuesta a la pregunta de Hazel.

Lentamente relaje el puño y levante el dedo índice de mi mano derecha.

Ray: Lo primero son mis compañeros. Tengo compañeros que me ayudan y multiplican mi fuerza en numerosas ocasiones. No solo las personas del Ejército Negro, tambien a lo largo de todo Cradle. Estoy preparado para pedirles ayuda.

Una imagen de Lancelot atravesó mi mente.

Ray: La segunda arma secreta es...

Mientras hablaba, mi único dedo levantado apuntó a Hazel.

Hazel: ¿Qué? ¿Yo?

Mientras Hazel permanecía allí de pie desconcertada, en silencio deslice mi mano derecha por la parte delantera de mi chaqueta. Saqué una daga, protegida por una funda que estaba bellamente decorada con cristales mágicos.

Ray: Mientras me estabas esperando en el Barrio Central, fui a conseguir esto en una armería. La hice especialmente para ti, así que... mantenla contigo, Hazel. Esto será mucho más útil que un amuleto de buena suerte. Y... quiero que lo tengas como una prueba de mi juramento.

La luz de los cristales mágicos que estaban cerca de la orilla del Lago de las Lágrimas, brillaban en los ojos de Hazel. Pero su brillo no era todo lo que vi allí. Cada vez que miraba de cerca sus ojos, siempre había un brillo en ellos que me hacía imposible apartar la mirada. Mi propio reflejo en ellos me lo transmitía. Decía, "ella es mi amor."

Ray: Porque tu, eres la única que me da fuerzas, Hazel.

Contuvo el aliento. Ahora que había dejado la daga en sus manos, finalmente pronuncié mi juramento.

 Ahora que había dejado la daga en sus manos, finalmente pronuncié mi juramento

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Ray: Lo juro por esta espada y mi honor como Ray Blackwell. Para superar el pasado, sin olvidarlo. Para enfrentar el futuro, sin titubear. Para ser la luz brillante en la oscuridad de la nueva luna.

Me agache y deposité un suave beso en el reverso de la mano de Hazel que sostenía la daga.

(Por tu bien, haré lo que sea para volverme más fuerte.)

Era la primera vez que hacía un juramento no como Rey de Espadas, sino como amante. La luz en los ojos de Hazel pareció hacerse incluso más brillante. 

Ikemen Revolution en Español Act. 2 A través del Espejo [Ruta Ray Blackwell]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora