Juan Pablo Villamil trasladado a NY por su trabajo, él es destacado no solo por su buen desempeño si no también por su discreción y humildad al tratar con los demás. Aún que a sus 32 años hay algo que lo tortura y es que no ha podido tener una relac...
Hacía apenas unas cuantas semanas que me había comprado la mejor cosa de la historia mi lamborghini, debo admitir me había enamorado de cada parte de este auto, su aroma y todo era perfecto, debía decir que casi quería vivir dentro del auto. Me miraba por el espejo retrovisor era muy común últimamente mirarme los ojos y es que ya no era el mismo chico de antes sentía que el tiempo comenzaba a acariciar bruscamente mi piel, ¡Ya se quizá solo sea una exageración! Pero estaba a un año de cumplir treinta y seis era bastante claro que no era el mismo de antes y aún que mi voz se había vuelto más grave y por tal más agradable para los que me escuchaban yo me sentía espantado de verme madurar. Seguí mi camino después que el semáforo marco rojo y continúe hacía dos meses que me había ido de gira y por ahora lo único que más deseaba era estar con mi familia. Pero había algo que no me dejaba completamente satisfecho y es que antes de irme Vanessa y yo habíamos tenido una horrible discusión, claro una discusión ocasionada por mi lamborghini el cual no tenía nada que ver pero a veces sentía que ella buscaba cualquier pretexto para pelear conmigo. Debo ser franco había momentos que preferiría dormir en el patio que en la misma habitación que ella, y se que debía comprenderla pero es que somos tan diferentes que a veces ya no sabía cómo reaccionar con ella. Abrí la puerta de la casa y camine hasta la sala, la pantalla estaba encendida en el canal educativo, y podía mirar dos cabezas recostadas en el sofá.
¿Hola?.
Saludé y ellos se levantaron de inmediato corriendo hasta mí.
¡Papi, Papi!.
Gritaban Cel y Noel corriendo hasta mis brazos, me encantaba mis pequeños porque siempre tenían la manera de hacerme sentir el más afortunado.
Mami dijo que vendrías hasta mañana.
Me dijo Cel sorprendida de verme llegar un día antes, y yo me sorprendí de verla tan grande, de momento no me cabía en la cabeza que ya se estaba convirtiendo en toda una señorita.
Se adelantó mi vuelo, quise darles la sorpresa.
Les dije abrazándolos.
Mami nos llevó a comprar ropa para la boda de mi tío Villa y mi tía Lizzie.
Me dijo Noel a lo que me entró la duda de no saber dónde se encontraba ella.
¿Y su mamá?.
Les pregunte poniéndome de pie, y Cel se encogió en hombros.
Creo que está en su habitación.
Dijo mientras miraba hacia el televisor, los dejé un momento y lleve mis cosas hasta nuestra habitación. De verdad anehelaba estar en casa y lo único que quería era poder ver a mi esposa resiviendome como siempre lo hacía. Abrí la puerta y nos miramos al mismo tiempo, ella estaba recostada en la cama con nuestro álbum de fotografías en mano y con los ojos completamente rojos.
