Despierto

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Cuando Pran despertó amordazado y con las manos atadas y completamente desnudo en aquella fría y oscura habitación, no sabía dónde se encontraba o qué le pasaría; lo que si sabía era que su vida no sería la misma a partir de ahora, su apenas recién despertado omega se lo decía, algo andaba muy mal en aquel lugar.

El ruido en la habitación le indicaba que había otras personas dentro, por los olores que sentía, todos eran omegas. La puerta se abrió y entró un beta acompañado de dos alfas con una linterna, iluminando así el lugar, se dirigió al primer omega que tenía más cerca y pidió a dos alfas que lo llevaran con ellos, dando la indicación de "Este será el primero".

Las horas pasaban y cada vez eran menos los omegas que quedaban en aquella habitación, hasta que finalmente fue su turno. Los alfas lo tomaron por los brazos mientras sus pies iban arrastrando el suelo. Hasta que llegaron frente a una puerta cerrada, uno de los alfas la abrió mientras el otro lo empujaba dentro gritando "Acá te dejamos al siguiente".

Pran había caído fuertemente contra el piso cuando a sus oídos llegaron pequeños gemidos ahogados mezclados con un llanto muy leve, mientras un constante golpeteo rítmico provenía de la cama. El olor a sexo inundaba la habitación, su omega temblaba de miedo mientras sus ojos se humedecían. Había pasado un rato desde que aquel sonido constante paró, cuando vio como un hombre adulto, de unos cincuenta años baja desnudo de la cama, se acercó a la puerta y dio dos golpes secos, mientras gritaba "Otro listo!".

Dos betas entraron y se llevaron a un joven omega que se encontraba temblando sobre la cama. "Alfa~" lo escuchó llamar mientras pasaba por su lado, sin embargo éste no siquiera lo miró. "Quiero ir con mi alfa!" Escuchó como comenzaba a gritar aquel omega una vez que cerraron la puerta.

Fue entonces que los ojos de Pran se encontraron con los de aquel alfa, el cual lo miró de arriba abajo con deseo mientras se relamía los labios.

- Hola cachorro. No estás contento? Desde hoy serás mi pareja, te dejaré una linda marca en ese pálido cuello que tienes.

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