Motel de citas

El Nido

Pran vio que aquel lugar al que los betas lo habían llevado era una amplia sala llena de nidos de omegas. Todos eran los omegas recientemente marcados, acurrucados entre montones de ropas con un mismo olor. El olor a cigarrillo y canela que acababa de marcarlo.

Pran fue dejado sobre una cama con una bolsa de ropa a su lado. Y aunque usualmente los omegas creaban sus nidos con el olor al alfa que los marcaba, Pran rechazó aquella idea. Poniendo la bolsa a un lado, él simplemente se hizo bolita en el centro de la cama.

Su cuerpo pedía atención, pero su mente tenía en claro que aquello no era correcto.

Se encontraba dormitando cuando a su nariz llegó el olor a tierra y vino de otro alfa, alzó su mirada y se encontró con unos viejos ojos viéndolo desde arriba. Pran olía el olor a miedo que desprendían los demás omegas, quizás pensando que aquella persona podría irrumpir a sus nidos y tomarlos.

Pran también tuvo miedo, estaba claro que aquel alfa estaba allí por él. "Por qué no haz hecho un nido?" Preguntó aquel alfa con voz firme. Pran se quedó callado. "Contesta!" Exigió con su voz de mando aquel alfa. Pran agachó la cabeza y contestó bajito. "Esa persona no es mi alfa".

El viejo alfa se quedó mirándolo un poco más, antes de llamar a los dos betas. "Llévenlo de nuevo a la sala de unión, díganle a ese idiota que ésta vez haga bien su trabajo".

Pran fue llevado a la misma cama en la que había estado con el alfa unas horas antes. Estaba solo cuando la puerta se abrió de golpe y vio a alfa de olor a cigarrillo y canela entrando enfadado en la sala. Estaba vestido y comenzó a sacarse toda la ropa de una manera rápida para dirigirse a él. "Así que por culpa tuya... Dicen que hago mal mi trabajo? Veamos si después de esto aún sigues pensando que no soy tu alfa".

El alfa se colocó sobre Pran, lo abrió de piernas y lo penetró sin ninguna delicadeza. Aquella noche no hacía más que comenzar.