Pran y Wai estaban siendo atendidos por la madre de Korn.
-La camisa no puede ir desabotonada... Cómo es que no tienen planchado el pantalón... Es inaceptable que un omega no lleve una corbata en forma de pajarita el día de su boda... Los zapatos tienen que verse relucientes... Dónde está el barniz? - resaltaba la omega cada imperfección que veía fuera de lugar a su juicio. Quería que todo estuviera en perfecto orden.
-Wai... Tú suegra me está empezando a poner nervioso. Incluso preguntó por mi ropa interior. - susurró Pran cuando estuvieron a solas.
-Tranquilo. Ya falta poco para que estemos listos. - intentó tranquilizarlo Wai.
-Eso espero... - dijo para sí mismo antes de ver entrar a cuatro omegas a la habitación.
-Chicos. Ellas serán las encargadas de peinarlos y maquillarlos. - habló la madre de Korn.
-Dijo maquillaje? - preguntó confundido Wai.
-Sí. Dijo eso.
Las omegas se acercaron a ellos, con sus bolsos en la mano.
-Están en cinta! - chilló una mientras miraba de una panza a otra.
-En serio. Ahhhh!! Qué lindo!!!! - chilló otra.
-Se pusieron de acuerdo para embarazarse los dos a la vez? - preguntó otra con curiosidad.
-Pues seguro que sí. Deben ser de los amigos que lo hacen todo juntos. - habló la primera.
-Yo también quiero amigos así. - murmuró la última un tanto depresiva.
-Cuánto decías que falta para que estemos listos? - preguntó Pran con una expresión de cansancio en el rostro.
-Pues... - Wai dejó de hablar al escuchar un par de golpes en la puerta de la habitación.
-Yo voy! - dijo entusiasmada su suegra. -Sí! Adelante! Son ellos dos! - habló con los dos betas que acababan de entrar a la habitación. - Chicos, ellos dos serán sus fotógrafos.
-Menos mal que esto iba a ser un evento pequeño. - suspiró Pran mientras las luces de un flash lo cegaba.
Pran y Wai ya estaban listos, esperaron que todos abandonaran la habitación para detenerse un momento frente al espejo para observarse cómo habían quedado. Los dos vestían unos trajes plateados y unas pajaritas a juego, sus pequeñas pancitas ya habían comenzado a notarse y de vez en cuando Wai ya podía sentir como su bebé se movía dentro de él.
-Toma Pran. - dijo Wai mientras se quitaba uno de los gemelos que tenía en el puño de su camisa, entregandoselo a su amigo. -Además del traje nuevo y tú ropa interior azul, trae buena suerte llevar algo prestado y viejo.
-Pero y tú?
-Yo me quedo con el otro. El padre de Korn me los prestó a mí y si yo te presto uno vamos a ir iguales. - dijo sonriendo Wai.
Los dos omegas se abrazaron antes de tomar un respiro profundo, sabían que ya todos los invitados estaban en sus respectivos asientos esperando por ellos, y sobre todo sus alfas.
Por su parte Pat y Korn vestían unos esmóquines azules y corbatas azules a juego. Pat estaba parado a la derecha del altar y Korn a la izquierda dejando un espacio en el medio para la llegada de sus respectivas parejas. Ambos amigos se encontraban los nervios a flor de piel debido a que en todo el día no habían visto a sus omegas. Pat sentía que los nervios le iban a provocar un infarto mientras movía el pie de forma ansiosa, aunque no estaba seguro de si lo que sentía era suyo o si debido al lazo era lo que estaba sintiendo su omega en ese momento. Mientras que a Korn no dejaban de sudarle las manos.
-Y si no vienen? - habló Korn lo suficientemente bajo para que solo Pat lo escuchara, sin embargo el oficiante de la boda quien se encontraba entre ellos detrás del altar también lo había escuchado haciendo que éste y Korn chocarán miradas avergonzado al segundo e hiciera una mueca que simulaba una sonrisa.
-Tranquilo, ya van a venir. - dijo tranquilizadoramente a Pat.
La típica melodía de la marcha nupcial, tocada por un beta en un piano de cola negra cerca al altar, había comenzado haciendo que todos los invitados se pusieran de pie y lo alfas se tensaban en sus sitios.
Pran y Wai se miraron nerviosos, dieron un suspiro antes de entrelazar sus brazos y comenzaron a avanzar hacia el frente.
Los ojos de Wai solo pasaron de ver a su amigo a dirigirse a los Korn sin siquiera mirar a su alrededor. Sabía que en ese momento ellos eran el centro de atención por lo que se sentía muy nervioso de encontrarse con aquellas miradas. Y la ansiosa mirada de su alfa conseguía tranquilizarlo.
Por su parte Pran se había atrevido a mirar a su alrededor para ver a los misteriosos invitados de Pat, aunque no reconocía a ninguno por alguna extraña razón que él desconocía el olor a cuero y gasolina que tenían aquellos alfas lo hacían sentir protegido. Finalmente miró hacia el final de aquel improvisado pasillo cubierto de pétalos y se encontró con la mirada del que sabía que era el amor de su vida. Los intensos y penetrantes ojos de su alfa lo miraban con intensidad, como si él fuera lo más hermoso y preciado que había visto y conocido en toda su vida.
Cuando los omegas llegaron al centro del altar, Pat y Korn estiraron sus manos a la vez para que sus respectivas parejas tomaran de sus manos y entrelazaran sus dedos.
Ninguno podía ocultar la felicidad que sentían. Y sólo podían prestar atención en su pareja que tenían a su lado.
-Alfas. Sus votos. - el oficiante tuvo que hablar con una voz un poco más fuerte para que despertaran del transe del mundo en el que estaban metidos y comenzarán con sus votos.
Pat y Korn agarraron los anillos y tomando las manos de sus omegas con suavidad y cariño comenzaron a recitar a la vez, mientras le iban colocando el anillo en su dedo anular izquierdo.
-Yo Pat/Korn te tomo a ti Pran/Wai como mi legítimo esposo, para amarte y respetarte en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte nos separe.
-Prometo no volver a dejar que nadie más te haga daño en lo que me queda de vida. - susurró firme Pat mirando con amor y seguridad a los ojos de Pran.
Pran y Wai hicieron lo mismo, tomando las manos de sus alfas comenzaron a colocarles sus anillos mientras recitan la misma frase.
-Yo Pran/Wai te tomo a ti Pat/Korn como mi legítimo esposo, para amarte y respetarte en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte nos separe.
-Y ahora. Por la ley que me otorga el estado de casar a alfas y omegas, los declaró marido y marido, y marido y marido. Pueden besar a sus esposos! - gritó el oficiante mientras Korn se apresura a besar los labios de su ahora esposo Wai en un tierno pero fogoso beso, y Pat y Pran se acercaban con desesperación y comenzaban a luchar por tener el control de aquel beso.
De fondo podían escuchar como los alfas aplaudían y vitoreaban alegremente ante su unión.
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Motel de citas
RomanceEn un mundo donde el dinero manda, y los omegas son comercializados como esclavos para el uso y disfrute de los alfas de clase alta, un joven alfa conocerá a su pareja destinada pero su pareja es un omega marcado por uno de los mafiosos más temido y...