La búsqueda

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-No están aquí!! No están!! - gritó desesperado Korn.

-No nos cruzamos a nadie de regreso, así que seguramente sigan por la zona. - dijo Pat pensando donde podrían estar.

-Sigamos el sendero, mi alfa siente que debe ir por allí.

Subieron al automóvil y comenzaron a seguir el camino de piedras. Korn seguía muy atento mirando a todos lados en busca de su omega pero a medida que pasaba el tiempo su esperanza de encontrarlo se iba a haciendo más pequeña.

-Se los llevaron! Malditos sean!! Vayamos a enfrentarlos! Quiero a mi omega conmigo! - dijo cuando Pat se detuvo en un cruce de caminos.

-No podemos ir allí. Sabes que nos estarán esperando y tenemos todas las de perder.

-Y qué sugieres hacer?

-Seguir buscándolos.

-Tú los ves? No, verdad! Eso es porque ya no están por aquí.

-Dijiste que tú alfa lo sentía por esta zona.

-Estoy seguro que vino por aquí! Pero no están! Creo que siguieron de frente pero sino es así solo perderemos el tiempo, si volvemos podemos hacerles frente.

-Tienes que confiar en tú alfa, si crees que siguieron recto deberíamos avanzar. Te das cuenta que este camino se dirige a la ciudad del norte verdad? No nos serviría de nada regresar.

-Lo sé... Pero y si me equivoco?

-Tienes miedo. Lo sé... Pero veamos a dónde nos lleva tú instinto, sino regresaremos.

-Bien, bien... Sigue de frente.

Una vez en el centro de la ciudad Korn se sentía perdido, no sabía si avanzar o retroceder y solo podía sentir la angustia de su omega.

-Se supone que el llamado del lazo es preciso. Por qué no puedo encontrarlo entonces?

-Debió haber pasado algo. Creo que deberíamos detenernos aquí, las calles están a oscuras y estamos caminando a ciegas.

-Entonces qué hacemos? Dejamos que se los lleven sin más?! - bramó Korn.

-Yo no he dicho eso. Pero quizás podamos intentar negociar con mi padre.

-Bien! Llámalo ahora!! - dijo mientras le tiraba su teléfono sobre sus piernas.

Pat llamó a su padre hasta que finalmente contestó.

-Hijo. Vaya, que sorpresa... No esperaba tú llamada. Qué puedo hacer por ti?

-Deja la farsa. Qué es lo que quieres por los omegas?

-Oh creo que sabes qué es lo que quiero. Quiero todos los archivos y las copias que tengas sobre el motel, y sin nada de policías. Cuando me los traigas aquí aclararemos qué condiciones más te hacen falta para recuperarlos.

Pat y Korn escucharon como cortaba la llamada sin esperar respuesta.

-Sabes que va a intentar engañarnos verdad? - dijo molesto Korn.

-Lo sé. Pero no se me ocurre qué más podemos hacer.

-Ya que llegamos aquí, yo seguiré buscando en la ciudad. Tú ve a ver a tú padre. - dijo Korn saliendo del vehículo.

-Bien, pero si los llegas a ubicar llámame antes de hacer cualquier tontería. - dijo Pat.

-Lo sé. Ahora ve y avísame cuando tengas novedades de lo que quiere tú padre.

Pran estaba amordazado y con las manos atadas a la espalda. Después de que dos alfas los encontraron escondidos en el bosque, los habían subido a una sucia camioneta con camino a saber dónde y los habían atado juntos. Pran miró a Wai inconsciente a su lado, hasta ahora él era el que más había sufrido de los dos. Los alfas notaron que estaba impregnado con el olor de Korn por lo que comprobaron su marca y cuando se dieron cuenta de que ya no era un omega disponible comenzaron a usar su voz de mando sobre él para atormentar a su omega. Sabían que debía de estar utilizando la conexión del lazo por lo que querían que la pasará realmente mal.

-Arrodillate! - demandó uno de los alfas parado en frente de Wai.

El omega de Wai se rehusaba a obedecer a aquel alfa, llamaba con más fuerza a Korn quería que lo protegiera ante aquel alfa que lo estaba amenazando. Con los ojos llorosos y temblor por todo el cuerpo finalmente sus piernas cedieron y terminó arrodillado frente al alfa.

Pran podía ver cómo el alfa comenzaba a desabrocharse el pantalón y dejar libre su miembro al frente de la cabeza de Wai.

-Chúpamela. Hasta que me corra! - ordenó el alfa.

Pran podía ver el cuerpo de Wai luchando contra la orden, todo su cuello estaba lleno de sudor, y Wai no se movía del lugar.

-Chúpamela! - volvió a repetir aquel alfa mientras le daba una cachetada a Wai.

Wai poco a poco fue acercando su cara y a hacerle el trabajo al alfa. Cuando finalmente acabó dentro de la boca de Wai se alejó de él y llamó a su compañero.

-Todo tuyo. - dijo mientras se subía el cierre del pantalón.

Pran solo podía llorar al ver cómo su amigo era tomado a la fuerza mientras el alfa lamía su marca y usaba su voz de mando para que Wai se retorciera aún más de dolor. Cuando finalmente acabaron de usarlo lo dejaron desnudo e inconsciente junto a Pran.

-No te preocupes tanto por tú amigo, al menos él consiguió un alfa, mejor preocúpate por lo que te pasará a ti. Ya tengo ganas de que veas la sala maestra. Nos divertiremos mucho enseñándote qué les pasa a los omegas traviesos que nos intentan abandonar. - se rió uno de los alfas mirando lascivamente a Pran.

Habían pasado horas cuando Pat por fin llegó para hablar con su padre.

-Padre! Despierta! Tenemos que hablar! - dijo entrando es su casa.

-Te estaba esperando. - dijo su padre desde la puerta de su oficina.

-Aquí están los documentos y las copias.- dijo Pat tirando las carpetas sobre el escritorio de su padre.

-Vaya modales. No te eduqué para que hagas cosas como éstas. - dijo fingiendo indignación.

-Dónde están los omegas?

-Oh pero antes de eso falta una cosa más.

-Qué quieres?

-Lo que te vengo pidiendo desde que te convertiste en alfa. Mira lo que tengo para ti. - su padre caminó hasta la puerta y la abrió, al poco tiempo aparecía un omega caminando hacia él con la cabeza gacha. - Salúdalo. Desde ahora, él será tú omega. Cuando éste chico tenga una marca tuya en su cuello, recién ahí dejaré libre al omega que quieres. - dijo sonriendo con malicia el padre de Pat.

Motel de citasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora