El despertar

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Al día siguiente la policía había hecho una redada en el motel de citas donde todos los omegas habían sido rescatados, la mayoría se podría volver a reunir con su familia mientras lo que estaban solos serían puesto a cargo del estado hasta que cumplieran la mayoría de edad donde podrían elegir vivir su vida independientemente o trabajar en los centros de acogidas y refugiados que existían mientras tenían la oportunidad de formarse como trabajadores sociales.

Había pasado un mes cuando por fin el juicio se llevó a cabo. Korn y Pat fueron los principales demandantes del caso, tenían suerte de que el abogado de Korn era uno de los mejores de todo el país y el juez era uno muy respetable, ya que con el dinero que manejaban los acusados existía la posibilidad de que intentarán sobornarlos. El juicio estuvo en todas las noticias durante todo aquel tiempo ya que la gente demandaba saber cuál sería el castigo para aquellas detestables personas. El juez decretó cadena perpetua para todos los alfas y los betas que habían colaborado en alguno de aquellos actos, entre ellos los socios del motel además que estos últimos debían pagar una multa millonaria para retribuir los daños a los omegas.

El joven investigador que Pat había contratado había declarado que en su proceso de investigación había sido testigo de que muchos de los clientes del motel eran conscientes de lo que sucedía allí dentro, aunque Korn había dicho que muchos tampoco eran conscientes del trato que recibían los omegas, como él mismo las primeras veces que había utilizado los servicios. Por lo que se habían abierto expedientes con cada uno de los clientes a los que investigarían en profundidad para decidir si debían ir presos o pagar algún tiempo de multa.

A Wai ya le habían dado el alta y él siempre acompañaba a Korn donde fuera que iba. Al contrario de Pran, quien estaba en un estado crítico, había entrado en coma y no era seguro cuando despertaría. Por lo que Pat llevaba días metido en aquel hospital esperando a que Pran se despertara. Korn había intentado que fuera al hotel para dormir o cambiarse de ropa pero él simplemente se había negado, por lo que Korn se encargaba de llevarle ropa limpia de recambio y comida todos los días.

Pat solía tomar entre sus manos la mano herida de Pran, la besaba tiernamente y le pedía a diario despertar, su alfa no conseguía sentir al omega de Pran y aquello lo desesperaba. Habían pasado tres meses donde Pran no había tenido cambios hasta que finalmente despertó. Pat había avisado al doctor quien comenzó a hacerle un chequeo y preguntas rutinarias a las cuales Pran no había contestado ninguna.

-Aparentemente está en un estado de estrés pos traumático. Es común después de todo lo que tuvo que vivir.

-Y que se puede hacer doctor? Cómo se puede curar? - preguntó preocupado Pat al oír aquello.

-Ahora solo queda que le demos tiempo. Tiene que demostrarle que usted estará allí para él y que lo apoya a pesar de todo lo que sufrió. Y esperar a que él mismo decida volver a hablar.

-Y qué hay de su omega? Por qué no lo siento? - preguntó preocupado Pat.

-El que más de un alfa lo haya marcado a la vez habrá hecho que su omega se confunda, y el terror hizo que Pran pierda la conexión con su lado animal, es por eso que ya no puedes sentirlo. Por lo que tiene que escucharme bien señor Pat. Si usted es su alfa, su omega lo necesita más que nunca. Necesita sentirlo cerca, que ya nadie le hará daño y que está seguro estando con usted, y es posible que así con el tiempo su omega vuelva a presentarse.

Pat estaba feliz de que Pran estuviera a su lado, de regreso a su penthouse le había dicho a Korn que manejara, estando Wai de copiloto para así el poder ir en la parte de atrás abrazando a Pran, ya que éste no quería separarse de su lado por ningún motivo y al poco que se alejaba de su lado Pran comenzaba a sollozar. Una vez que llegaron a su hogar Pran andaba agarrado como koala a Pat.

-Vamos Pran... Tengo que hacer la cena... Porque no te das un baño mientras yo preparo todo aquí debajo. - dijo Pat mientras pensaba en qué hacer con aquella situación. Pero Pran simplemente negó con la cabeza. - No quieres cenar? - Pran volvió a negar. - Y el baño? - otra negación. - Y qué tal si me quedo contigo mientras te bañas y luego bajamos a hacer algo para comer? - Pran lo pensó un poco hasta que finalmente asintió una vez antes de volver a esconder su cabeza en el cuello de Pat. - Genial! Haremos eso entonces mi pequeño monito - dijo Pat mientras le daba unas palmaditas en la cabeza.

Después de preparar la bañera, Pat comenzó a ayudar a Pran a desvestirse, veía cortes y cicatrices por todo su cuerpo y moratones que aún no desaparecían de su piel. Su alfa quería ir a degollar a las personas que le hicieron eso, pero Pat sabía que no debía mostrar su enfado delante de Pran por lo que intentó distraerse hablando con él de otra cosa.

-Sabías que el otro día Korn intentó bromear conmigo? Me dijo "sabías que el pantalón se llama así porque va desde la panza hasta el talón?" - dijo Pat cambiando la voz e intentando imitar a Korn mientras lavaba el pelo de Pran con suavidad. - Sabía que no era bueno contando chistes pero su intento fue penoso, al final acabé riéndome de lo serio que se lo estaba tomando y él creyó que de verdad era bueno en eso por lo que llamó a Wai para decirle lo mismo y sabes que Wai realmente lo halagó? Una cosa es que sean pareja pero amigo, no le mientas de esa forma. Después de eso no te sorprendas de que Korn venga y comience a soltar un montón de frases sin sentido pensando que son chistes.

Pat siempre esperaba que Pran le contestará en algún momento, pero él simplemente se limitaba a escucharlo. Cuando acabó de bañarse se puso de pie y Pat lo envolvió con una toalla mientras lo llevaba a la cama donde ya tenía la ropa lista para que se cambiara.

-Por cierto, tengo un regalo que darte. - dijo Pat comenzando a alejarse haciendo que Pran lo sujetará con fuerza de las manos. -Tranquilo solo iré hasta el ropero, de acuerdo? - Pran miró el ropero y lentamente fue liberando su mano mientras lo miraba con terror de que se alejara mucho.

Pat simplemente agarró un regalo de dentro del armario y volvió rápidamente a su lado.

-Esto es para ti. - dijo entregándole el regalo de envoltorio azul a Pran.

Cuando éste abrió el regalo se encontró con una vieja muñeca de tela y blandita como una almohada que cabía perfectamente entre sus brazos.

-Es mi muñeca Nong Nao. La usaba para no dormir solo por las noches cuando era pequeño, la guardé cuando descubrí que era un alfa. La quieres?

Pran se abrazó fuertemente a la muñeca mientras asentía con entusiasmo y olía el olor de Pat impregnado en aquella antigua almohada.

-Vamos a la cocina? - preguntó Pat.

Pran solo asintió y con la muñeca entre sus brazos comenzó a caminar hacia la puerta, Pat sonrió feliz de que ya no necesitaba alzarlo de un lado a otro, sabía que con pequeños avances diarios poco a poco conseguiría que Pran se recuperara completamente.

Motel de citasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora