Molesto

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Pat colocó un vaso de agua y un plato con una pizza fría frente al omega y se sentó frente a éste en la mesa con los brazos cruzados, con el gorro hacia abajo cubriéndole la cara aún no había podido verle el rostro. Después de un rato en silencio por parte de ambos, vio como el chico levantaba su mano y agarraba un trozo de pizza para luego comenzar a comer.

Pat solo pudo ver un instantes sus blancos dedos temblando, el buzo le taba el resto de la mano y comiendo con la cabeza gacha Pat solo podía pensar que le tenía miedo. Pat era consciente del aroma a sexo y alfa que tenía el cuerpo de ese omega e imaginó que pensaba que él también le haría algo.

Cuando vio el plato vacío hizo chirriar la silla cuando se levantó de su lugar haciendo que Pran dé un salto en su sitio y baje aún más la cabeza.

-Sígueme! - dijo sin prestarle mucha atención mientras comenzaba a subir las escaleras.

Entró a una habitación que tenía reservada para sus visitas, tenía un baño con ducha propio. Esperó en la puerta hasta que el omega llegó a unos metros de distancia.

-Tú habitación. Báñate. Te traeré ropa limpia. - Pat hablaba lo mínimo que podía, no tenía intención de ser amable con un desconocido, solo hacia lo suficientemente como para que su convivencia sea tranquila y pacífica como a él le gustaba.

Se dirigió a su habitación y buscó entre sus ropas alguna prenda que pudiera darle al omega, eligió una remera negra y un pantalón negro largo y se lo llevó. Golpeó la puerta pero no recibió respuesta. "Quizás se está bañando" pensó mientras decidía entrar y dejarle la ropa sobre la cama.

-Te traje ropa. - dijo el alfa y dió un suspiro al verlo arrinconado contra una esquina. - Apestas. Báñate. Nos vemos mañana. - dijo antes de darse media vuelta y salir de allí.

Pran no estaba seguro de que pensar de aquel hombre, el alfa del que Wai le había hablado lo había rescatado pero había dicho que no podía cuidar de los dos y lo dejó allí solo, con un alfa desconocido. Aunque Pran nunca lo había visto, por el dinero que se notaba que tenía de seguro estaba al tanto de dónde lo habían traído, solo era cuestión de tiempo que intentara cogérselo o lo llevará de regreso.

Cuando estaba encerrado era costumbre que los perfumaran con un neutralizador para cada nuevo cliente que tenían, así los alfas no sentían rechazo por haber estado con otras personas. Por ello después de escuchar las palabras del alfa decidió no bañarse, si apestaba está seguro que lo dejaría en paz.

A la mañana siguiente Pran despertó en el suelo, en el mismo lugar en el que se había quedado dormido la noche anterior. Se puso de pie y decidió escapar de aquel lugar, no tenía intención de quedarse con un alfa que lo utilizara ahora que se encontraba libre de sus captores. En silencio se dirigió hacia la puerta principal pero estaba cerrada, intentó abrirla a la fuerza pero no pudo. Su cuerpo saltó de terror al escuchar la voz del alfa tras de sí.

-A dónde vas?

Pran no contestó, agachó la cabeza y la apoyó contra la puerta.

-Si quieres regresar con el alfa que te marcó, no tengo problema con ello. - volvió a hablar el alfa.

Pran comenzó a respirar con fuerza, si decidía llevarlo de regreso seguramente lo castigaría de por vida y a saber qué cosas peores le harían. Lentamente se giró en dirección al alfa, negó con la cabeza un par de veces. Por la gorra que llevaba puesta no podía ver el rostro del alfa, pero por el gruñido que escuchó salir de su garganta podía notar que estaba enfadado.

-Bien. Pero báñate. - le dijo antes de dar la vuelta y dirigirse hacia la cocina.

Pran fingió no escuchar lo último y fue tras él cuando sintió el aroma a tostadas recién hechas, se quedaría allí hasta que viera la posibilidad de marcharse.

Pat no hacia más que gruñir, desde hacía días que tenía a su cuidado a un omega que no decía palabra, pero eso no era tan molesto como el echo que aún llevaba la misma ropa que cuando había llegado. Es que ese omega no sabía lo que era tomar una ducha. Se lo había pedido en varias ocasiones, incluso había usado su voz de mando pero el chico no se había movido no un milímetro. Pat ya ni quería salir fuera de su habitación, aquel olor a alfa y sexo junto a una mezcla de feromonas inundaban toda la casa. Llamó a Korn el día anterior y prometió hacerse cargo pero hasta ese momento no había aparecido. Estaba por llamarlo por décima vez en el día hasta que escuchó sonar el timbre.

Cuando Pat recibió a Korn no se extraño de ver al otro omega con él. Ambos desprendían una felicidad que él jamás había visto en su amigo.

-Dónde está Pran? Wai se hará cargo. - hablo Korn.

-Arriba, segunda puerta a la derecha. - indicó Pat antes de fulminar a Korn con la mirada. Era tiempo de reclamarle todo lo que tuvo que soportar desde la última vez que se vieron.

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