𝐄𝐍-┊Donde los Enhypen son seres sobrenaturales.
Apaticos, reservados, misteriosos y de aspecto peligroso. Nada es lo que parece y eso es lo primero que descubre Ryul al llegar a su nueva escuela. Una familia en particular que hace cosas totalment...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
KYERIN
—¡Papá, estoy regreso! —avisé entrando a casa con unas bolsas en mano, había salido a comprar las cosas faltantes en casa—. No conseguí la madera, pero si conseguí los tornillos para arreglar la puerta.
Me dirigí a la cocina y dejé las bolsas sobre la mesa.
—Encontré a la señora Yeon al regreso y me entregó kimchi —guardaba las cosas en la alacena, pero no recibía ninguna respuesta de mi padre—, dijo que hizo demasiado y como en su casa son pocos pensó en compartirlo con nosotros. ¿No es genial?
Me detuve para escuchar algún sonido en otra parte de la casa, pero no pasaba.
—¿A dónde se habrá ido?
Decidí llamarlo, sin embargo su teléfono se había quedado en casa. Comencé a preocuparme, por lo que me dirigí a su habitación, al llegar ahí, olí sangre, por lo que me preocupe aún más.
Pensaba a donde podría haberse ido y en caso de estar herido, a qué hospital, pero nada venía a mi mente.
Iba a salir de casa en busca de mi padre, cuando de repente comencé a escuchar voces en la planta baja.
—¿Qué haces aquí? —le pregunté confundida por verla dentro de mi casa—. ¿Cómo entraste?
—¡¿Por qué aún no las has matado?! —preguntó con el rostro serio.
—Y-yo… —intente pensar en alguna excusa—, yo no… no tuve tiempo…
—¡Mientes! —exclamó furiosa—. Has tenido suficiente tiempo para hacerlo.
—Lo sé, pero no es tan sencillo… ¡Ella es mi amiga!
—Eso no me importa. —ella me agarró del cuello y me pegó contra la pared con fuerza—. ¡Te pedí una sola cosa! ¡Una! Y no pudiste hacerla… no sabes la decepción que siento ahora.
—¿Acaso tú…
—Te lo advertí, Kyerin… si no hacías lo que te pedía, tu padre pagaría las consecuencias.
—¡¿Qué le hiciste?! —pregunté totalmente aterrada, imaginando lo peor.
—Descuida, sigue vivo pero te aseguro que al final de la noche ya no lo estará más si decides desobedecer otra de mis órdenes.
—¡Pero he obedecido! Mate a esas personas, me alimenté de ellas tal y como pediste… Por favor, no le hagas daño a mi padre. —supliqué al borde de las lágrimas.
—Si no fuera por tu otro compañero, quien sí ha hecho su parte, todo el plan sería un desastre ahora mismo por tu culpa.
—No puedo matar a Ryul… Ella es el cáliz de Heeseung.