𝐄𝐍-┊Donde los Enhypen son seres sobrenaturales.
Apaticos, reservados, misteriosos y de aspecto peligroso. Nada es lo que parece y eso es lo primero que descubre Ryul al llegar a su nueva escuela. Una familia en particular que hace cosas totalment...
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JUNGWON
Son pocos los momentos de mi vida en los que he estado realmente aterrado sobre algo o alguien, soy un lobo, así que siempre estoy alerta, sin embargo jamás me percate sobre la ausencia de Ryul y Gyul. Su casa está cerca de la nuestra, por lo tanto siempre puedo distinguirlas pero esa noche no fue así. Estaba tan centrado en Erin que olvidé por completo a Ryul y a Gyul.
Y sí, no son mi prioridad, es verdad, pero ellas son la prioridad de mi familia por lo tanto son importantes para mí.
Jake ya había salido de la fábrica con Gyul en brazos, sin embargo, a pesar de que Sunoo, Jay y Hanbin ya habían llegado a sus objetivos seguían adentro y eso nos inquietó aún más.
Heeseung estaba ansioso y Sunghoon se veía calmado, cómo si nada grave estuviera pasando. Yo, por mi parte, intentaba mantener la calma ante cualquier situación que se presentaba sin importar cuán asustado estaba.
Ya habíamos llegado al décimo piso, y a pesar de sentir la presencia de Lilah muy cerca no podía verla por ninguna parte.
—¿Huelen eso? —preguntó Heeseung en cuanto llegamos a ese piso.
—Sí, es sangre, demasiada sangre… de distintos tipos en realidad. —declaré.
—Está aquí —informó Sunghoon—, escucho sus pensamientos.
—¿Y qué es lo que piensa? —preguntó Heeseung con curiosidad—. Dime que no es nada malo, porque sí es así, mejor no lo digas.
—Entonces no lo diré.
—¡Ya no te ocultes más! —exclamé—. Sólo deja de esconderte y da la cara.
Se escuchó una risa del otro extremo. Es cómo si estuviera en este piso pero sin estarlo realmente.
—¿Te das cuenta que esconderte te deja cómo una cobarde, verdad? —le preguntó Sunghoon para provocarla.
Alcé la vista al techo ya que oí una de las tantas tablas moverse, Lilah se lanzó desde arriba hasta el lugar donde estábamos nosotros. Es una de las tantas habilidades de ser vampiro, puedes tirarte desde un quinto piso y caer de pie.
—¡Por fin llegan! —exclamó con una sonrisa—. Comenzaba a aburrirme.
—Lilah…
El simple hecho de verla frente a nosotros otra vez me hacía sentir furia. Cuando recuerdo todo el daño que le hizo a mi manada y a mi vida, sólo me generan ganas de lastimarla hasta la muerte.
—¿Saben? Debo admitir que estoy sorprendida, es que han mejorado en esto de atacar al enemigo. —caminaba con aires de superioridad alrededor de nosotros—. Aunque siguen sin ser lo suficientemente buenos en ello, yo soy mucho mejor.
