Aquella mujer no era más que una desconocida. Una ladrona que había llegado para cambiar irremediablemente la vida de todos.
-Este no es tu lugar... -susurró Carmela mientras no dejaba de mirar aquel retrato que yacía colgado sobre la chimenea.
-¿Qué haces Carmela? -inquirió Alba con curiosidad mientras ingresaba al salón.
Su hermana soltó un suspiro melancólico.
-Recordando -respondió sin dejar de mirar el cuadro de Monserrat-. Este es un día para recordar... y mucho. ¿No crees?
-Por supuesto que no -respondió Alba con fastidio-. Este debería de ser un día común y corriente, pero tú y Esteban se empeñan en dedicárselo a una asesina que murió hace años -escupió con desprecio.
Carmela se giró para mirar a su hermana.
-¿Nunca te has preguntado si de verdad era inocente?
Alba esbozó una sardónica sonrisa.
-Por supuesto que no lo era -respondió segura de sí misma-. Tú y yo sabemos perfectamente que nunca pudieron probar su Inocencia -hizo una pausa-. Si iba a salir en libertad no fue más que gracias a Esteban que estaba encaprichado con esa mujer... -apretó la mandíbula con fuerza-. Esteban estaba embrujado y fue capaz de sobornar a las autoridades para tenerla de vuelta.
Carmela frunció el ceño con incredulidad.
-Ay Albita ¿Cómo dices esas cosas?
-¡Porque es la verdad! -respondió-. ¡Y no vuelvas a llamarme así! Sabes de sobra que odio los diminutivos...
Su hermana se mordió los labios con nerviosismo.
-Discúlpame Alba.
Alba rodeo a su hermana y se situó frente al retrato de aquella desconocida que ella misma había mandado a colocar hacía tres años.
-Esa mujer no trajo más que desgracias a esta familia, Carmela...
-¿Y no te has puesto a pensar en que nosotras fuimos las culpables de aquella tragedia?
Alba se giró con rapidez y fulminó a su hermana con la mirada.
-Nosotras no tuvimos la culpa de nada ¡De nada! -vociferó-. ¿O es que acaso nosotros pusimos esa arma en las manos de... de esa? -inquirió rehusándose siquiera a mencionar el nombre de la mujer que más había odiado en la vida.
Carmela negó con la cabeza.
-No, no lo hicimos -concedió-. Pero nosotras nos encargamos de convencerla de ir a ese viaje ¿Recuerdas? -arqueó la ceja-. María no quería ir, prefería quedarse con sus hijitos e incluso Esteban ya había decidido que lo mejor sería quedarse en casa... Pero tú y yo tuvimos que entrometernos...
*-*-*-*-*
-Ándale Mary... -insistió Carmela- ¿A poco no te gustaría pasar unos días relajándote en la playa?
María seguía sin verse muy segura del todo.
-Sí, pero no si eso significa alejarme de mis hijos -replicó-. ¿Por qué no puedo llevarlos conmigo?
-Porque los niños no van con los adultos -replico Alba con una falsa sonrisa-. Además, piensa que este viaje puede ser como una segunda luna de miel con mi sobrino.
María la miró con desconfianza ante tanta amabilidad y se mordió la lengua para no decirle que una luna de miel solamente era entre dos personas y no entre todo un grupo de más de diez personas.
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Más Allá De La Muerte
Misterio / SuspensoEsta es la historia de un hombre que sólo desea justicia. El afamado empresario, Esteban San Román, no desea nada más en el mundo que descubrir quién fue la persona que asesinó a su esposa, María, y para ello hará lo que sea para dar con el culpabl...