"𝗙𝗜𝗥𝗦𝗧 𝗬𝗘𝝠𝗥𝗦"

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Estaba en un contenedor, los hombres con armaduras negras abrían las puertas y nos tomaban bruscamente.

Las linternas de sus armas nos cegaban con esa luz azul. Además de los quejidos de las niñas; la voz del hombre hizo que perdiera la cordura.

— Elimina a las defectuosas. — decía su asquerosa voz.

Fue la primera vez que vi a Natasha, Dreykov la tomó del rostro y dijo unas palabras que no comprendí debido a todo el sonido y llantos.

Tenía miedo, no sabía nada de las personas que amaba, mi padre me dejó sola y no tenía absolutamente nada más que pensamientos positivos que yo misma me obligaba a tener.

No tenía idea cuánto tiempo había pasado, desperté con una prenda completamente negra, parecida a un abrigo pero ajustado al cuerpo, tanto que me asfixiaba al inhalar el aire pesado de ese lugar.

Estaba dentro de una habitación con luces blancas y una fuerte puerta de vidrio aparentemente blindado, estaba aterrada y confundida.

Me acerqué al vidrio y ví unas cuantas de esas pequeñas habitaciones con niñas de mi edad, o incluso más pequeñas en la misma situación que yo, miraba de un lado a otro, intentando obtener respuestas. Lo único que sabía era que mi padre me había llevado ahí para salvarme, él me dijo que estaría mejor en ese lugar, así que confíe en sus palabras.

Un hombre con armadura negra y una enorme arma entró a la habitación mirando fijamente al frente, ponía unos códigos en la cerradura de la puerta y las abría.

Entró a la habitación que estaba frente a mí, se acercó a la niña y estiró su mano con una especie de spray que la durmió al segundo.

Las otras chicas comenzaron a gritar y a hacer alboroto, yo simplemente me paré ahí, mirando como dormía a las demás y yo era la última.

Puso el código, se abrió mi puerta y él entró, estiró su brazo y subí mi cabeza para verlo directo a los ojos. Segundos después me caí desvanecida al piso

¿La primera prueba? Fue la peor, pues caminamos por un largo pasillo oscuro, sin saber lo que nos esperaba al final.

Caminé dudosamente por ahí, era muy largo y no podía ver nada, llegué a una tenue luz la cual hacía notar la silueta de Dreikov. Comencé a caminar con más miedo y mi respiración estaba agitada.

Llegué hasta él, bajé mi mirada y trate de calmar mi respiración.

— Mírame, mírame a los ojos. — dijo con voz aterradora.

Levanté la mirada y el tomó mi quijada con fuerza, se acercó a mí oído y dijo unas palabras.

— Bienvenida, Black Widow.

Había dicho en ruso.

Alejó su rostro del mío y llamó a dos hombres que tomaron de mis brazos y me cubrieron la cabeza con una tela negra.

Digamos que de los primeros años fue lo que más me marcó, no los maltratos, los golpes, las heridas o las torturas, su voz fue lo que siempre me dejó con odio en el alma, además que cada maldito día que pasaba mis ganas de venganza hacia mi padre aumentaba.

Todos los días nos despertaban en cuanto el sol salía, unas mujeres con ropa blanca entraban a los dormitorios y quitaban las esposas de manos y piernas para llevarnos a un lugar con detalles impecables, luego no sentaban sobre el piso con el atuendo que tanto odio de ballet, pasábamos una por una haciendo saltos, giros y posiciones por horas. Eso fue terrible, odiaba todo pero sabía que si no me hacía de un buen carácter iba a sufrir aún más.

Había cumplido dieciséis, los dibujos infantiles con mensajes subliminales ya no eran nada, estábamos creciendo y subíamos de rango. Nuestras mañanas ahora estaban llenas de combates salvajes y tácticas de pelea, estábamos en un gran cuarto negro con alfombra roja, luchabamos y manejábamos armas blancas, las cuales nos dejaban heridas y marcas por todo el cuerpo.

Un día todo fue diferente, esperaba despierta la hora en la que la misma mujer de hace siete años quitara mis esposas pero eso no ocurrió, pasaron un par de horas y todas estábamos confundidas, la puerta se abrió y ella entró; Clarke...

La única mujer del lugar que no me daba malos tratos, siempre me movía con delicadeza y aunque trataba de hablarme o poder convivir un poco conmigo a escondidas nunca le hice caso, decía cosas cómo su nombre y otras cosas que jamás comprendí. Acomodaba mi cabello y arreglaba mi atuendo mientras yo simplemente miraba al frente.

Ella había entrado a la habitación, parecía estar ocultándose ya que dirigía su mirada a todos lados, miró la cámara del dormitorio desde un ángulo que no fuera vista y se esperó unos segundos. Clarke miró su muñeca con una pequeña pulsera que emitía unas luces y al instante la cámara dejó de funcionar y caminó rápidamente hacia mí, claro, las otras chicas seguían dormidas.

𝗥𝗘𝗗 𝗥𝝝𝝝𝗠 || 𝖰𝖴𝖤𝖤𝖭 𝗈𝖿 𝖡𝖫𝖮𝖮𝖣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora