Siempre luché por las personas a las que amaba. Trataba de defenderlas y quererlas a mi modo, lamentablemente, eso nunca salió bien.
"Amar es matar... Al menos para mi."
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JONATHAN & FRIEDRICH. -Horas antes.-
Habían pasado todo el día en la isla, sin tener ninguna llamada mía, lo cual les preocupaba. Ellos solían ser buenos amigos y esta vez ni siquiera se miraban. Jonathan estaba en una habitación de la base principal del lugar, luego de tomar un baño y pensar un poco la situación, se había aburrido, así que salió para buscar a Friedrich.
— No tenías que quedarte como encargo. — mencionó Friedrich hacia él quien estaba Justo del otro lado de la puerta.
Estaba oscureciendo y se suponía que llegaríamos antes de que sucediera. No sabían lo que había pasado.
—El lugar cambió, la base es mucho más grande... por cierto, yo no soy quien está de encargo. — respondió Torres en señas. — ¿Me estabas vigilando?
— No tienes que pensar así. — él caminó hasta su lado y colocó su mano sobre su hombro, lo cual pareció disgustarle. — Vamos... — habló antes de que ambos caminaran hasta cierta dirección.
Habían llegado a la bodega de Friedrich, en donde estaba todo su armamento y comunicación.
— Escucha... Danielle no es de mi agrado, pero lo que sea que te haya hecho... Se que está arrepentida.
— Eso no sirve. Yo confiaba en ella. — dijo mientras analizaba su entorno.
— ¿Confías en Midge? Por que si no lo haces y hay algo malo con ellos... Viveka está ahí, Albert también... por favor dime que no están tramando algo...
— ¿De verdad crees que pondría en peligro a Albert o a Viv? No soy como Danielle... Jamas haría algo para lastimarlos. — su mirada había cambiado, estaba diciendo la verdad.
Segundos después, el radio que Friedrich tenía cerca había sonado con interferencia, a lo cual ambos acudieron. — ¿Danielle, me escuchas?
— Escucha, Albert fue detenido... — hablé velozmente. Antes de pudiera continuar, Friedrich miró a Jonathan y segundos después tomó un cuchillo que acostumbraba guardar en una funda de su cintura y rápidamente lo colocó en el cuello de él .
— ¿Que carajo pasó? — habló con furia sin apartar la mirada de Jonathan, quien estaba quieto.
— La gente de Midge se está preparando, ya tenemos un plan. Solo que Albert actuó de mala forma.
Al ver que la situación no los ponía en riesgo, bajó la mirada y por ende Jonathan lo desarmó con extrema facilidad, dejando adolorida su muñeca. — Te lo dije.
