"𝗞𝗜𝗡𝗚𝗗𝝝𝗠"

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El lugar era enorme y lujoso, pero claro que imponía ver a un tipo sentado en un trono juzgándote con la mirada mientras mujeres te rodeaban con lanzas esperando a ser usadas.

— ¿Me llevarán a la horca? Ya me aburri de mirarte...

— Soy el rey T'Chaka... La máxima autoridad de Wakanda; el lugar que estás pisando en éste momento. Deberías mostrar más respeto.

— ¿Respeto? Tus mascotas casi me asesinan y se interpusieron en mi camino. — respondí enfadada.

— Eso queremos saber, mi amiga Asira me comentó que estabas con nuestro objetivo...

— ¿Hablan del idiota que me atacó? No puedo creerlo... Quería matarlo, lo iba a hacer si ellas no hubieran aparecido.

— Asesinaste a dos de mis mejores guerreras...¿Segura que quieres hacer el papel de buena persona?

Bajé la mirada.

— Tal vez no lo sea, pero ellas me atacaron primero, no iba a dejar que me hicieran daño.

— Las Dora Milaje son guerreras formidables y entrenadas, no atacarían sin razones... — respondió.

— Deberias de mencionarlo a las dos mujeres que maté en defensa propia. — conteste con una leve sonrisa sarcástica.

El rey guardó silencio, se tardó en hablar nuevamente.

— Si nos dices quien es él, y para quien trabaja tal vez no te ejecuten mis... mascotas. — su voz era sarcástica pero mantenía su tono elegante

Las mujeres que me rodeaban apuntaron sus lanzas a mí cuello luego de una señal de T'Chaka al terminar su oración.

Tragué duro y lo miré a los ojos.

— No sé quién es. No iba por él... Mi objetivo era alguien más. — hablé.

— ¿Quien era tu objetivo?

— Vincent Bogdánov, estaban en una subasta de una especie de roca morada. El escapó y el otro hombre me atacó sin recibir órdenes.

— Esa roca se llama vibranio, es el metal más fuerte de la tierra. Es poderoso y muy caro, por eso era la subasta. — explicó T'Chaka.

Él se paró de su trono y caminó hasta mí luego de que las mujeres dejaran de amenazarme.

— Deberas quedarte en la Ciudad Dorada. Tendrás que pagar los daños que hiciste.

— ¿Me meterán a una prisión? Están mal si creen que dejaré que lo hagan. Tengo planes y personas que tengo que asesinar. — exclamé casi a su oído.

— No estarás en una prisión. Vivirás en las montañas, te enviaremos a misiones y buscarás al hombre que nos robó el vibranio.

— ¿Y que pasa si no quiero hacerlo? — me acerqué aún más a él. — No creo que un rey como tú quiera manchar su papel de buena persona...

— No aparento ser alguien que no soy... Si quieres hacerme quedar mal frente a mí gente no lo lograrás, están aquí por mis órdenes. — inclinó su cabeza hasta mí. — No creo que quieras ser prófuga de la ciudad más rica del mundo.

— Si Wakanda es tan peligroso e importante como dices; ¿como un idiota pudo robar ese metal?

— Solo una persona astuta, sigilosa e inteligente podría entrar a la Ciudad Dorada evadiendo nuestra seguridad. Dudo mucho que fuera un idiota...

Él se había apartado de mí, miré a mi alrededor y en mi cabeza pensé que sería un precio bajo el que tenía que pagar. No tenía a dónde ir y sentía que debía aclarar mis emociones.

— Acepto mi sentencia...

— Rastrearemos el vibranio perdido y te mandaremos junto a las Dora en cuánto tengamos señal. Ahora irás a la enfermería. Eso se ve feo... — miró mi hombro sangrando.

-

Había caminado hasta unas cabañas por la montaña mientras las mujeres me escoltaban luego de que vendaran mi hombro.

Llegué ahi, abrí la puerta y prendí la tenue luz amarilla.

— Te llamaremos por la mañana. — fue lo único que salió de la boca de Asira, la líder de las Dora Milaje.

Cerraron la puerta y minutos después me senté sobre la cómoda cama. Abrí un cajón y estaba lleno de ropa, no parecía un castigo.

Luego de cambiar mi ropa me recosté en la cama, tenia frío pero no me importaba. Intenté cerrar los ojos pero no podía dormir, no sabía lo que me esperaba en la mañana y eso me tenía inquieta. Pensé en escapar pero era estúpido, había visto el lugar y era sumamente seguro.

Me levanté y abrí la puerta de mi pequeña cabaña con sigilo, ya que no quería que me dijeran algo.

Caminé alrededor, mirando las otras cabañas que estaban junto a la mía. De pronto vi a un chico sentado en el frío pasto, me acerqué lentamente hasta él pero antes de que llegara me habló sin mirarme.

— ¿Que hiciste para llegar acá?

— ¿Eh? — pregunté confundida. — no sabía que éste lugar fuera famoso por adquirir prisioneros. — me acerqué a él sin miedo.

— No lo es, solo tú y yo... — seguía sin mirarme. — Mi nombre es Jonathan, Jonathan Torres...

Hola señor Torres. — su español era un poco malo. — ¿Cómo llegaste acá?

Él chico soltó una leve risa al escucharla hablar.

— Al parecer igual que tú... — respondió.

Me senté a su lado y ambos miramos a la luz de la luna blanca. — Creo que no está tan mal. ¿Cuánto tiempo llevas acá?

— El siguiente mes cumplo dos años. — respondió fríamente.

— ¿Qué? — pregunté exaltada.

— Seguro preguntas que te espera por la mañana... Es un simple entrenamiento de armas de vibranio. Asira es la que lo da.

Rodé los ojos — Es una estúpida. Casi me asesina y me hirió.

— Lo es. — afirmó el castaño. — Así que luchaste contra las Dora... ¿Cómo te fue con eso?

— Asesiné a dos y provoque que su objetivo se escapara. Ciertamente ellas se interpusieron y me atacaron creyendo que estaba con él...

Jonathan bajo la mirada y se quedó unos segundos en silencio.

Jonathan bajo la mirada y se quedó unos segundos en silencio

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— Mi padre era un terrorista ambicioso. — soltó de la nada. — Se enteró de la existencia de éste lugar y no dudó en organizar un fuerte ataque, lo que no sabía era que es de los lugares más protegidos del mundo. Él me involucró, las Dora Milaje asesinaron a sus hombres y T'Chaka acabó con mi padre... Adivina quién tuvo que pagar por eso.

𝗥𝗘𝗗 𝗥𝝝𝝝𝗠 || 𝖰𝖴𝖤𝖤𝖭 𝗈𝖿 𝖡𝖫𝖮𝖮𝖣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora