Capitulo 36

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La castaña toco la cabeza de Seulgi y esta última se quedó inmóvil esperando algún movimiento de la diosa, ella acaba de regresar de la muerte y seguramente la reacción anterior fue porque estaba en transe, además ¿Qué eran esas marcas? Y ¿Sus ojos?

—Seulgi— Joohyun se alejo un paso de la pelinegra— ¿Por qué estás herida? ¿Quién te ha lastimado?

—Yo...yo me caí— Seulgi sonrió sintiéndose tan aliviada de volver a verla, su risa se hizo fuerte y sus lágrimas mojaron sus mejillas, lagrimas de felicidad, de alivio, de dolor. Tenia frente a ella a el amor de su vida.

La castaña llevo su mano izquierda a su ojo izquierdo sintiendo una punzada de dolor—Ah... Seulgi ¿Aun crees que soy un monstruo?

—Yo... no— La pelinegra dio un paso hacia atrás al ver la sonrisa de Joohyun mientras bajaba su mano y veía hacia arriba; esa sonrisa le daba miedo, había odio y maldad.

Joohyun vio como un misil producto de la guerra de los humanos se acercaba a ellas, el agua comenzó a rodearlas para proteger a las 5 chicas, y con solo tronar los dedos un rayo cayó sobre esa arma y exploto en los cielos.

Las marcas en su cuerpo volvieron aparecer lentamente, mientras que cada una de las chicas era rodeaba por un poco de agua y las alejaban de ahí, el saco que Joy le había dado resbalo en el suelo mostrando una vez más su perfecto cuerpo desnudo. El agua la rodeo también a ella congelándose sobre Joohyun y segundos después un rayo impacto sobre ella destruyendo el hielo que se había formado.

—¡Joohyun! — soltó un grito Seulgi al ver como el rayo se impactaba en ella, ¿acaso los dioses quieren matarla?

—Estoy bien Seulgi— Joohyun salió de ese escombro que había formado el repentino rayo, portando una armadura blanca cubierta en oro— solo estaba poniéndome mi armadura.

La castaña camino lentamente hacia la pelinegra mientras se quitaba su el collar que su padre le había dado; cuando estuvo frente a ella acuno la mejilla de Seulgi acariciándola suavemente con su pulgar.

Coloco el collar en el cuello de Seulgi y unió su frente con la suya— el collar no es una simple joya, puedes convertirla en una espada, podrás protegerte de todo el caos que hay y del que se avecina— roso sus labios con los de la castaña, para después captúralos y perderse en ellos en unos segundos— Te amo Seulgi, te lo dije voy a destruir este mundo y hacer uno nuevo para ti.

Y sin dejar que Seulgi dijera alguna palabra la diosa desapareció. A caso ¿siempre será así? ¿Siempre desparecerá de repente? ¿La vida nos las quiere juntas? No importa cuantas veces la diosa desaparezca, Seulgi siempre queda con el corazón destrozado; había muerto, pensó que no la volvería a ver, y ahora que la volvió a ver hace unos minutos de volvió a marchar para ir a una guerra donde no se sabe si sobrevira. Dicen que las personas que siempre están destinadas a estar juntas siempre encuentran la manera de volver, pero ¿Y si no están destinadas?

"Entonces a la mierda el destino, si no estamos destinadas, luchare para cambiar ese destino, porque el amor puede más que eso, mi amor por ti es más fuerte que eso"

Seulgi cayo de rodillas mientras veía al cielo— Te lo dije Joohyun, Si nos separamos... te esperare hasta la eternidad... incluso si el tiempo pasa estaré aquí para ti...

Joohyun llego al olimpo y vio todo el caos que había, los dioses atacándose, guerreras muriendo, volcanes explotando por su culpa, terremotos. Ellos no tenían ninguna piedad con los que se supone que eran sus hermanos, usaban sus poderes sin contenerse ni un poco; su hogar estaba siendo destruido.

Cuando la diosa Atenea logro ver a su hija dejo de pelear contra Artemisa, esta solo detuvo su flecha que le había lanzado con una mano y se acerco a su amada hija.

—Hija mía... estas aquí

—¡No puede ser! — Dijo el dios de vino, Dionisio quien era parte del otro equipo y quien había sugerido la muerte de Joohyun—¡Ella estaba muerta! ¡Artemisa la mató!

—Nunca leen el oráculo completo— Dijo el dios de la guerra bajando de su carruaje y quitándose el casco—Ella tenia que morir para cumplir la profecía y mi querida Hermana lo hizo posible, además de que logro hacer esta guerra... felicidades Hermana mía tu serás la responsable de la destrucción.

Joohyun solo escuchaba sus discusiones mientras todo su ojo se volvía rojo una vez más y las pupilas se hacían negras— Así que artemisa me mató... ahora lo recuerdo, por lo de la profecía... talvez la profecía no iba a ser cumplida porque no me interesaba matarlos... pero son tan egoístas— la tierra comenzó a temblar, y comenzaron a abrirse diferentes grietas que dan origen en el inframundo. Sonrió burlonamente— Los dioses morirán... la era de los dioses se termina ahora.

Y monstros del tamaño de los titanes comenzaron aparecer en la tierra, acompañados de todos los monstruos de diferentes tamaños y especies. Haciendo que Zeus el rey de los dioses apareciera frente a Joohyun.

—¿Qué es esto? — hablo furioso haciendo que los cielos rugieran— Les permití su guerra estúpida y ahora los monstruos están invadiendo la tierra... tu— señalo a su nieta— Para esto ahora... o tendré que tomar medidas— un arma en forma de rayo apareció en su mano amenazante— Para esto ¡ahora!

Joohyun estiro su mano tocando el rayo y volviendo parte de ella—No lo haré

La castaña despareció y apareció en una cima rodeada de todos eso monstruos que destruían todo a su paso. Con el agua formo un trono para poder sentarse y observar mejor el espectáculo. Minutos después los dioses aparecieron para pelear contra los monstruos.

Y la guerra final había comenzado, una guerra donde los humanos trataban de sobrevivir recibiendo el ataque que los dioses hacían contra los monstruos, una guerra donde los dioses morían uno por uno al igual que con los que se enfrentaban. Y si planeaban acercase a Joohyun ella no tenia piedad y los mataba.

Por tratar de evitar la profecía ellos solos causaron que se cumpla.

Atenea apareció donde Seulgi— tienes que acompañarnos

La pelinegra la vio confundida poniéndose de pie—¿Por qué? ¿me llevaran con Joohyun?

—No... haremos que la profecía se cumpla por completo— Dijo con la voz entrecortada, era su hija, Joohyun era su única hija, pero todo era un caos y si no la detenían, todos morirían

—¿Qué profecía?

—Un dios hijo de uno de los tres dioses principales, tendrá el poder de los mares, el cielo, la Tierra, y del inframundo, este dios regresará de la muerte gracias a la paladín dueña de su vida y su corazón, quien tiene el poder de llamarla y cuando regrese causará la destrucción dando fin la era de los humanos y los dioses... destruirá todo sin misericordia... y la única que puede matarla es la persona a la que le fue entregado su corazón.

—¿Quién es esa persona? — Ella lo sabía, sabia de quien hablaba, pero no querían aceptarlo, no ella, no quería

—Eres tu Kang Seulgi... tu eres la única que puede matarla con la espada que se forma en el collar que portas.           

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El Próximo capitulo es el final 

La Hija de Poseidon / SeulreneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora