Capitulo 30

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—Así que solo eres un muerto de hambre que trabaja como barriéndole los pies a los demás— El pelinegro se sorprendió cuando la rubia apareció y dio pasos hacia atrás tirando los cafés que le habían encargado sus compañeros de trabajo.

—¿Quie... quién eres? — Tartamudeo a ver ese aspecto sombrío de la chica mientras se acercaba cada vez más a él

—No seas idiota... si quisiera hacerte daño yo no estaría aquí frente a ti podría mandar a uno de mis hijos... solo he venido a darte un regalo—La rubia se acercó a él y le susurro en su oído haciéndolo estremecer— Garam recuerda... es hora de que recuerdes porque estás así, te criaste con tu padre quien te humillo, pero eso paso porque la historia cambió, en realidad habías crecido con tu madre y heredado una gran fortuna, pero cambió por culpa de tu hermana Kang Seulgi... quieres ver sufrir a la diosa y vengarte de tu hermana ¿Verdad? — él asintió— entonces solo tienes que matarla... te ofrezco todo lo necesario— La rubia trono los dedos y mucho dinero apareció frente a ella acompañada de algunas armas— M A T A L A

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Irene se vio al espejo, tenia el cabello desordenado y sus ojos se veían cansados... el salir con Seulgi le había alegrado, había calmado su corazón solitario, pero cuando volvió a entrar por la puerta de su habitación una vez más su corazón le volvió a doler y solo quería arrancárselo, estaba enamorada de alguien que no conoce y aunque el mar la llame y pronuncie su nombre ella no logra entenderlo, era como si hablaran idiomas diferentes.

Su mano toco el espejo y esta resbalo dejando su huella sobre el objeto— Tal vez ellos tienen razón, debería regresar al olimpo... a tener una vida miserable... mi estadía aquí hizo que me sintiera peor.

Irene cerro los ojos y una lagrima rodó por su mejilla al decir el ultimo adiós— el mar me está llamando... pero a partir de hoy me rindo... no quiero escuchar palabras vacías

La diosa apareció en la casa de su madre, quien se encontraba leyendo algunos pergaminos, Atenea dirigió su vista hacia su hija, los pergaminos cayeron al suelo y corrió a darle un abrazo cuando vio los tristes ojos azules de su hija, no podía ver esa confianza en ellos, era como si el mar se hubiera secado.

Irene correspondió el abrazo de su madre y los sollozos que había estado conteniendo no tardaron en aparecer. La diosa acaricio el cabello de su hija, ella había vuelto buscando el consuelo de su madre, después de muchos años podía sentir una vez más un abrazo de Joohyun.

Pero ella y los dioses habían actuado egoístamente, le habían roto el corazón solo porque no querían que se involucrara con una humana como muchos otros dioses lo han hecho, solo porque tal vez no quería que su hija se quedara en la tierra y se alejara de ella, aunque fue ella quien en un principio quien sugirió enviarla ahí.

—¿Por qué los dioses somos inmortales? — Pregunto la diosa del agua— ¿por qué tengo que vivir con este dolor para siempre?

—Hija mía, eres mi mayor tesoro, mi única hija— La diosa le dio unas suaves palmadas en su espalda para reconfortarla— y al verte sufrir así me duele, pero no tengo el poder para restaurar recuerdos que fueron eliminados para siempre— ella se alejo de Irene— Pero si puedo decirte quien es esa persona que tu corazón añora para que puedas formar nuevos lindos y hermosos recuerdos.

Cuando la diosa de la sabiduría estaba apunto de hablar la semidiosa hija de afrodita apareció frente a ellas dejando desconcertada a ambas, especialmente a Atenea ya que no se lleva muy bien con Afrodita, aunque respeta totalmente la amistad de su hija con la semidiosa.

—Joy ¿Qué haces aquí? — la diosa del mar parpadeo varias veces confundida— tu nunca habías venido al olimpo desde hace años, ni a visitar a tu madre.

—Es Seulgi... ella desapareció

—¿Qué tiene que ver conmigo? Para eso existe la policía, eres una semidiosa puedes encontrarla— Tal vez no quería decir eso, se preocupa por Seulgi, claro que sí, pero no quería volver a la tierra.

—Tu no lo entiendes— La semidiosa levanto la voz— Fue su hermano Garam el quiere vengarse... tiene una extraña obsesión con ella... ¡Ella podría morir!

Irene sintió como su corazón era desgarrado "Ella podría morir" llevo su mano a su pecho intentando controlar el dolor, estaba siendo lastimado por miles de cuchillas, porque esas palabras fueron miles de cuchillas. La diosa cayó al suelo arrodillada.

—De acuerdo entre todos los humanos que merecen morir... tú no estás en esa lista.

— Estoy tan enojada...Porque odio que mientas por la felicidad de los demás... Porque odio ver esas heridas en tu cuerpo ¡Porque eres la única humana que me importa y no puedo hacer nada con tus heridas!

—No importa lo que hagas o quieras hacer... no importa por qué estás aquí— La abrazo más fuerte como si al soltarla la fuera a perder— Yo cuidare tu corazón.

Las lagrimas de la diosa caían gota a gota en el suelo mientras su corazón recordaba hermosos y tristes recuerdos

— Estoy diciendo que solo puedo verte a ti. Estoy diciendo que solo te veo a ti, incluso cuando cierro los ojos.

—Me gustas, no como amiga si no como mujer. Me da curiosidad si no te veo, me preocupo cuando te deprimes, soy feliz cuando sonríes y me preocupo si te lastimas. Me estoy volviendo loca. Eso significa que me gustas...Durante todo el día quería verte; cuando te vi quería abrazarte; ahora que te abrazo no quiero dejarte ir... No estoy segura, pero... creo que estoy enamorada de ti... Hay palabras que no entiendo y palabras que estoy escuchando por primera vez, pero la palabra Te amo no cambiara, porque eso es lo que siento por ti.

—No es necesario que seas un caballo de mar para estar contigo para siempre... existe un gran amor... un amor puro y sincero... nunca cambiara eso... mi amor se terminara cuando la última estrella deje de brillar.

—Entonces me quedare con el, aunque no necesito verlo para recordarte ... quiero estar a tu lado para siempre.

—dijiste que me amabas he vivido hipnotizada... era tan feliz, ame el helado que comimos juntos, el algodón de azúcar, el Tteokbokki era delicioso, pero cuando regreses al olimpo no podremos vernos de nuevo— Seulgi evadió su mirada— No sé qué hacer... me gustas mucho... me gustas mucho.

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Seulgi dio dos pasos hacia atrás para alejarse de su hermano, este estaba acompañado de 4 hombres más y todos portaban armas. La pelinegra no podía escapar, no había un lugar donde correr, su hermano la tenía en un Jet y no sabia donde estaban volando.

—¿Qué quieres? — Pregunto la pelinegra tratando de sonar lo más tranquila posible

—¿Qué quiero? — Las puertas del Jet se abrieron y Seulgi pudo ver el mar—Gracias que cambiaron la historia tuve que tener esos recuerdos, donde mi padre me golpeaba desde que soy niño— Garam levanto su arma— Aun que no fue real aun pudo sentir sus golpes... pero tú eres la única culpable y ahora morirás por aguas que controla la persona que amas y mejor aun morirás sabiendo que no te recuerda.

Garam se acerco a ella y la empujo con mucha fuerza. Seulgi cerro lo ojos mientras caía, sabia que era un gran altura y si sobrevivía a eso, no aguantaría estar en el mar por mucho tiempo. Así que mientras estaba consciente quería que lo ultimo que recordara fuera ella, la chica que amara sin importar los años, sin importar las veces que le borren la memoria su corazón la seguirá eligiendo.

—Bae Joohyun— Pronuncio por ultima vez

La pelinegra sintió como su cuerpo era rodeado por las frías aguas, pero pronto sintió como esas aguas se transformaron en brazos, ella abrió los ojos y ahí estaba ella con esos ojos azules donde podías ver las olas del mar inmensas, sus dulces ojos azules que parecía que había perdido su color ahora eran más azules que nunca.

—Recuerda cuando estés en peligro... tengas miedo.. te sientas sola o triste di mi nombre en voz alta y yo estaré ahí Kang Seulgi yo te protegeré porque te amo  

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Les traje el capitulo que muchos esperaban que pase 

La Hija de Poseidon / SeulreneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora