Hyunjin estaba solo en una colina. Del otro lado de un claro cubierto de hierba, se encontraba un gigantesco ejército que se reunió en la noche – un torrente de íncubos y vampiros, todos armados y listos para luchar. La mayoría de ellos lucía una armadura que parecía de la antigua Grecia.
La espera estaba colgando en el aire mientras que la multitud se encontraba al borde de la batalla.
Atacaron. Desde el frente los lideraba un íncubo –usaba una armadura de oro—montado en un gran dragón negro. El íncubo sostenía una enorme espada con cuchilla de oro que brillaba al contrastar con el cielo nocturno.
Alrededor del dragón se arremolinaba una nube de murciélagos y una multitud de vampiros e íncubos volaban detrás de ellos.
En el campo, los humanos se incorporaron.
Hyunjin rio. Como si un ejército fuera capaz de detenerlo. Él era invencible.
Alzó su mano y observó cómo, con sólo un movimiento de su muñeca, una decena de íncubos y vampiros caían desde el aire.
Apretó su puño cerrado y los cuerpos volaron despedazados. Hyunjin atrajo la sangre hacia él. Largos ríos de líquido color carmesí flotaron a través del aire y giraron hipnóticamente alrededor de él.
Mientras el ejército se acercaba, extendió sus brazos y envió la sangre en forma de arpo- nes puntiagudos hacia el frente. Los arpones de sangre golpearon a las primeras líneas de combate y una ola de adversarios cayó al suelo.
—Concéntrate, Hyunjin— le dijo una voz melosa.
Hyunjin volteó para ver que Felix se encontraba parado a lado de él.
—Debo matarlos a todos—, dijo Hyunjin para luego seguir atacando.
—No. Concéntrate. Esta no es tu mente.
¿Qué no era su mente? Eso era cierto.
Hyunjin retrocedió un paso.
—¿Sabes dónde estás? —preguntó Felix.
—Estamos dentro de tu mente, —recordó ahora Hyunjin. Felix le estaba ensañando cómo resistir la habilidad de rastreo de Minho.
—Bien. ¿Y qué debes de hacer después?
Hyunjin quería girarse y seguir peleando contra el ejército. Destruirlos a todos, pero luchó contra el impulso. Lo alejó y se concentró en seguir las líneas de memoria hasta su propia mente.
Una luz blanca se los tragó y cuando Hyunjin despertó, se encontraba recostado en una cama.
Hyunjin se levantó precipitadamente y observó a su alrededor. Estaba en la cabaña que en los últimos días habían llamado hogar. Se ubicaba en la ladera de una montaña, no muy lejos de un pequeño poblado universitario.
Hyunjin podía oír a Yuna junto a Jet, en la sala de estar de enfrente. Ella le estaba leyendo.
—¿Qué demonios acabo de presenciar? —preguntó Hyunjin, Felix apretó su mandíbula.
—No sé cómo terminaste en ese recuerdo. No era mi intención.
—¿Eso en verdad pasó? ¿Te enfrentaste a un ejército por ti mismo?
—Sí.
—¿Miles de años atrás, en Grecia?
—Sí.
—¿Cómo? Nunca he visto nada que controle la sangre de esa manera. Se sentía tan... invencible. —
Hyunjin movió sus piernas por encima de la cama para afrontar a Felix.
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Sire (Beautiful Monster)
Science Fiction"Por qué el amor es la forma más fácil de controlar a alguien y necesitaba una forma de controlarte" Todavía reparando un corazón roto, Hyunjin ha pasado un año evitando a los íncubos y su ejército de cazadores. Ahora tiene un nuevo objetivo: levant...