CAPÍTULO VEINTISIETE

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Hyunjin salió disparado de la habitación, sin siquiera detenerse a ponerse la ropa. En el pasillo había dos cambia formas, en su forma humana, a punto de entrar en su habitación. Llevaban estacas, enviados para neutralizar a Hyunjin mientras dormía. No estaban preparados para lo rápido que Hyunjin era cuando rompió el brazo de uno y arrodilló al otro en el pecho, rompiéndole las costillas y enviándolo a volar hacia el muro de tierra.

Detrás de él, Kkami saltó fuera de la habitación, aún en su forma de perro, y enganchó sus dientes sobre el cuello del que tenía las costillas rotas. Hyunjin arañó al otro en el vientre, y el interior del cambia formas se derramó; no espero para ver si sobreviviría, Kkami lo mataría si lograra sanar. Una fracción de momento más tarde, Hyunjin estaba en la puerta de la celda, había sido sellada. Las cámaras del pasillo estaban apagadas, Felix había desaparecido, y podía oler la sangre del cambia formas junto con la de Jeongin al otro lado, sin detenerse, buscó dentro de sí y arrancó hebras de energía roja enrolladas dentro de él, empujándolas hacia sus músculos; Las bisagras en la reforzada puerta de metal fueron arrancadas como papel bajo su poder. Dentro, la sangre manchaba el piso.

Arrastrado de su jaula, Jeongin estaba en el suelo sangrando por la boca abierta, heridas y marcas de mordiscos cubrían su piel. Él todavía estaba consciente, pero no se movía, excepto para tomar respiraciones agitadas y jadeantes. Una manada de siete cambia formas todavía vivos y en sus formas masivas de lobo se alzaba por encima de él, listos para matar. Una cambiante yacía muerta en el suelo, revertida de vuelta a su forma humana. Las incrustadas marcas de garras barrían su cuerpo. Jeongin había intentado luchar contra el resto lo mejor que podía, pero no era rival para ellos mientras estaba desarmado e impedido de cambiar de forma.

Al ver a Jeongin golpeado y quebrado en el suelo, Hyunjin se enfureció. Él fue implacable en sus ataques mostrándoles misericordia, desgarrando a los cambia formas con sus lar- gas garras. Trabajaban como una manada, flanqueándolo, pero cada lobo que se abalanzó cerca terminó muerto. Algunos lograron morderlo, pero ignoró el dolor y siguió hasta que él

se mantuvo victorioso sobre sus cuerpos. Cuando el intercambio terminó, Hyunjin presionó al poder para que sanara sus heridas y se limpió la sangre de la barbilla. La palpitante sensación que había sentido en su brazo derecho comenzó a morir. No tenía idea de qué causaba que doliera así, tal vez su cuerpo finalmente lo estaba castigando por el constante abuso que él le hizo. Se paró frente a Jeongin, quien lo miró. Jeongin intentó hablar, pero solo se escapó un sonido gorgoteante y sofocante.

Incapaz de olvidar su forma de vampiro, la sangre en todo el lugar era demasiado seductora, Hyunjin tuvo que ser extremadamente cuidadoso de no cortar a Jeongin con sus garras lo reco- gió y lo llevó a la cama dentro de la celda abierta. Otro sonido de gorgoteo salió de la boca de Jeongin. Hyunjin lo acostó y movió suavemente sus nudillos por la cara de Jeongin.

-Shhh- dijo, luego se inclinó y lo besó. Sacó energía dorada de su soavik y usó el beso para enviarla a Jeongin. Al principio, Jeongin no respondió, pero Hyunjin no se rindió. Entonces, Jeongin comenzó a sanar.

Hyunjin sintió el abrazo de Jeongin alrededor de él. Fue como un cálido abrazo influenciando sus emociones. Los íncubos colocan presas instintivamente cuando están gravemente heridos, por lo que Hyunjin no luchó contra eso. Su beso se hizo más profundo: Jeongin se alimentaba con codicia desesperada, y Hyunjin no se resistió, dejándolo tomar lo que sea que necesitara. La piel y los músculos heridos de Jeongin se reformaron, tejiendo todo. Él deslizó sus brazos alrededor de Hyunjin, su piel presionada, el arnés frío cavando en ambos.

Las manos de Hyunjin comenzaron a vagar por el costado del cuerpo de Jeongin, evitando las heridas curadas. La piel se sentía cálida y acogedora bajo su toque. Jeongin dejó de alimentar- se, pero sus labios se mantuvieron cerrados, su beso era eléctrico con deseo, disparando cada nervio que Hyunjin tenía. Su soavik estaba casi vacío ahora gracias a la alimentación, apreta- do por el dolor, pero no era nada en comparación con el conflicto emocional que le oprimía las entrañas. El deseo de poder simplemente alejar sus sentimientos; añoranza por el íncubo que le había traído nada más que dolor a su corazón. Él retrocedió. Cuando bajó la vista, su mandí- bula cayó: cicatrices llenaban el cuerpo de Jeongin, y no solo las de hoy... estas cicatrices eran viejas. Él nunca las había visto antes; La piel de Jeongin siempre había sido impecable y suave. El hombre que estaba mirando ahora tenía la piel de un guerrero.

Sire (Beautiful Monster)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora