CAPÍTULO VEINTITRES

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Una vez que regresaron al refugio subterráneo, Hyunjin ordenó a Yuna que se diera una ducha mientras él se dirigía a la sala de comandos. En su paso se topó con Beomgyu. El vampiro ruso golpeó su hombro afectivamente y le dijo cuánta diversión había tenido jugando con los cazadores.

Cuando Hyunjin finalmente llegó a la sala de comando,se dio un momento para estudiarla. Era más pequeña que la que había enWashington, pero tenía todo el equipamiento necesario. Woojin, en pantalones devestir oscuros y camisa blanca abotonada que contrastaba contra su pielnegra-grisácea, era todo sonrisas. Demonios, incluso Jae-beom se veía feliz.

—¿Salió bien? —preguntó Hyunjin, sabiendo de antemano la respuesta debido a las expresiones de sus rostros.

Woojin levantó la vista de un mapa.

—Los íncubos no tuvieron idea de qué los golpeó. Destruimos casi trescientas piedras de ley y nuestras bajas fueron mínimas. Esto es realmente bueno para nosotros; pasarán años antes de que puedan reemplazarlas todas ¿Qué tal todo en tu lado?

—Funcionó. Sabemos dónde estará Jeongin en dos días.

Felix no había vuelto aún, pero Hyunjin no estaba demasiado preocupado.

—¿Estás seguro que quieres hacerlo sin refuerzos? Puedo conseguir cambia-formas... Hyunjin sacudió su mano.

—Estoy seguro. Solo, apeguémonos al plan.

Los cambia-formas mercenarios trabajaban principalmente para los vampiros, pero Hyunjin no confiaba en que ellos no fueran a delatarlos.

Woojin asintió y volvió al trabajo. Ninguno echó a Hyunjin, por lo que él cruzó sus brazos sobre su pecho y se inclinó contra una pared, observando al general hacer su trabajo. Woojin se arremangó la camisa mientras emitía órdenes a los vampiros alrededor del mundo. Mientras la noche transcurría y los vampiros finalizaban sus ataques, la habitación se fue acallando.

—¿Tus runas de cazador aún funcionan? —le preguntó Hyunjin a Woojin durante un momento de calma. Sabía casi nada acerca del general y tenía preguntas rebotando en su cabeza.

Woojin levantó la mirada de su trabajo.

—No realmente. Cada un par de semanas, si me concentro, puedo activar una por unos momentos.

—¿Qué tan viejo eres?

—Treinta y tres —dijo. Hyunjin no estaba seguro si se refería a sus años como vampiro o si estaba incluyendo a los humanos también. Abrió su boca para preguntar, pero Woojin le ganó de mano—. Tenía veintinueve cuando me convirtieron. Así que, sesenta y dos. Provengo de una familia de cazadores. —El general suspiró. Hyunjin sabía que probablemente los habría matado a todos después de su transformación. —Estoy seguro que sabes que mi progenitor está muerto.

Hyunjin asintió.

—¿Crees que los íncubos saben quién eres ahora? Woojin rio y bajó una carpeta.

—Nunca me imaginé que hablarías tanto. Pensé que serías del tipo callado y misterioso. Pero claro, a los íncubos les encanta hablar.

Hyunjin sonrió.

—Sí, nos encanta.

Ninguno de los otros vampiros en la habitación pareció muy contento al recordar que Hyunjin era un íncubo, especialmente Jae-beom, quien fruncía profundamente el ceño. Pero ninguno expresó su opinión en voz alta.

—No estoy seguro que sepan quién soy. Ninguno me vio durante la batalla, pero es solo una cuestión de tiempo antes que Jeongin logre quebrar a un vampiro y averigüe la verdad. Estoy harto de esconderme —Colocó sus manos detrás de su espalda—. Despeja la habitación.

Sire (Beautiful Monster)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora