Un año después. Chicago.
Tres días. Durante tres jodidos días, Hyunjin había estado merodeando en territorio de los íncubos, esquivando patrullas de cazadores, e intentando rastrear a un vampiro que quizá podía tener algo de información acerca de su Señor.
No estaría sorprendido si su pista a seguir terminará en nada. Por un año ya, Hyunjin había estado en búsqueda de información —cualquier pieza de esta— que lo llevará hasta su Señor, o sus padres de nacimiento, pero cada una de las pistas que había encontrado habían terminado en un frustrante callejón sin salida
Desde la oscuridad de las sombras de un callejón, Hyunjin observó como un equipo de cazadores barrió la cuadra. Un bajo gruñido llamó su atención. A su lado un enorme Rottweiler encorvó su espalda y descubrió sus dientes hacia los cazadores.
Hyunjin se acuclilló y dio palmaditas a la cabeza del perro.
—Silencio, Kkami. No vamos a matar a estos cazadores—. A Kkami pareció no importarle. El Rottweiler embistió hacia adelante, sólo para ser tirado hacia atrás por la piel de su cuello.
—Dije, no.
El perro de colores negro y marrón intentó morder a Hyunjin, quien únicamente apretó su agarre sobre la piel de Jet.
—¿Quieres desafiarme? ¿Justo ahora?— Kkami dejo de gruñir.
—Sí—, dijo Hyunjin, soltándolo. —Eso pensé.
El colosal animal resopló y merodeo por los alrededores, desapareciendo entre las sombras.
—Aw, vamos—. Hyunjin se levantó. —Lo siento, pero asesinar cazadores sólo traerá atención sobre nosotros que justo ahora no necesitamos—. Pero era demasiado tarde, Kkami se había marchado.
Hyunjin frunció el entrecejo. El último año había sido duro para él, pero la presencia de Kkami lo había hecho un poco más tolerable. Después de escapar de su cautiverio, Hyunjin se quedó con los vampiros por cuatro meses hasta que no pudo soportarlos más. La mayoría lo odiaban y expresaban su opinión en cada ocasión que se les presentaba, a pesar de la resolución de Nayeon de que lo dejaran en paz.
Desde entonces, Hyunjin viajó a través del país en busca de cualquier indicio que lo ayudase a descubrir quién lo había creado, o la identidad de sus padres. Hasta el momento su búsqueda había resultado infructuosa. Casi todas las pistas resultaban en nada y cada criatura sobrenatural a la que había interrogado sólo le respondía con mierdas incoherentes.
Había escuchado rumores acerca de vampiros ancestrales que dormían bajo tierra por miles de años y que decían ser incluso más viejos que la Reina. Nayeon creía que existía la posibilidad de que él hubiese sido transformado por uno de ellos, pero —si es que existían—era improbable que algo tan antiguo y poderoso se mantuviese oculto.
Hyunjin observó cómo los cazadores se comunicaban mediante radios indicando que el área se encontraba despejada y después continuaron avanzando. Odiaba estar en territorio de los íncubos y después de no encontrar nada, estaba considerando marcharse.
No era el alto número de patrullas de cazadores lo que odiaba, —para un vampiro tan poderoso como lo era él, era demasiado fácil esconderse de ellos— era que cada vez que atrapaba un vistazo de un incubo, un profundo, anhelado deseo de hablar con ellos emergía. Quería estar rodeado de su gente. Lo ansiaba.
Era terrible y el hecho de que recientemente no se había alimentado de sexo no lo ayudaba. Dentro de él su vacío soavik se contraía hambriento.
Gracias a su suerte de mierda, había obtenido todos los inconvenientes de ser un incubo sin haber adquirido muchos de los beneficios. No tenía alas ni cuernos, y si no se alimentaba un dolor punzante lo paralizaba. Al menos podía manipular levemente las emociones y evocar placer con su toque. Y era capaz de exudar lubricante desde su piel... lo cual, por supuesto no era para nada desagradable.
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Sire (Beautiful Monster)
Bilim Kurgu"Por qué el amor es la forma más fácil de controlar a alguien y necesitaba una forma de controlarte" Todavía reparando un corazón roto, Hyunjin ha pasado un año evitando a los íncubos y su ejército de cazadores. Ahora tiene un nuevo objetivo: levant...