Sire (Beautiful Monster)

CAPITULO CATORCE

La noche de la mascarada estaba sobre ellos y Hyunjin sintió a Yuna despertar en el momento en que se puso el sol, que fue lo primero para ella. Ella ya estaba alimentándose cuando él abrió los ojos. Su cabello estaba lleno de rulos. Bebió rápido, luego se fue para ir a prepararse.

En su mayor parte, parecía haber perdonado a Hyunjin por no querer acostarse con ella, pero cada vez que trataba de explicar algo, lo evitaba.

No queriendo lidiar con una adolescente malhumorada, Hyunjin abandonó el asunto. Como ofrenda de paz, él le enseñó a bailar. Solo lo básico, trabajando bajo el supuesto de que los vampiros bailaban igual que los incu... las dos especies estaban más cerca de lo que ninguno de los dos quería admitir, así que se arriesgó. Lo captó extraordinariamente rápido. Hyunjin se sorprendió gratamente al saber que era mejor que él. Le tomó semanas dominar los pasos y recibió meses de entrenamiento de Changbin antes de ir a su primer baile.

Felix, desde que le contó su historia a Hyunjin, parecía estar mejor de todos modos, como si le hubieran quitado una carga. Hyunjin lo vio sonreír una o dos veces al día, lo cual fue una gran mejora. Felix se alimentó de Hyunjin mientras Yuna se duchaba y cuando el guardián terminó, sacó su esmoquin del armario y se fue. Hyunjin se sintió decepcionado de que Felix no se hubiera cambiado frente a él. Quería ver todo el hermoso cuerpo del hombre, y se preguntó cómo sería tener a una criatura tan poderosa retorciéndose bajo su placer... tomando todo de Hyunjin en él ...

Empujando el pensamiento con un gruñido, Hyunjin ignoró el íncubo rascándose bajo su piel; famélico. Había salido a comer ayer y ya estaba hambriento de nuevo. Ajustó su miembro y frunció el ceño.

—¿Te mataría estar duro mientras estaba follando con alguien? Sabes que soy un incubus, ¿no?— Le preguntó, y luego se dispuso a prepararse. Veinte minutos después, tanto Felix como Hyunjin estaban vestidos y esperando en la sala de estar a Yuna. Ambos llevaban corbata rosa claro que combinaban con el color del vestido de Yuna, ella había insistido. Y Hyunjin era una presa fácil cuando se trataba de ella. Al menos les dejó tener chalecos grises, no rosados. La corbata de Felix parecía como si un mono se la hubiera puesto. Sin pensarlo, Hyunjin se la arrancó y comenzó el proceso de volver a hacerla. Ir a todas esas fiestas íncubos lo había convertido en un profesional.

Casi había terminado cuando notó lo cerca que estaban de pie el uno al otro. Felix permaneció congelado en su lugar, dejando que Hyunjin lo maltratara. Hyunjin terminó y dio un paso atrás.

—Lo siento— Él no estaba realmente seguro de lamentarlo, pero parecía que era lo correcto para decir.

—No hay nada por lo que disculparse. Nunca nadie me enseñó a atar una. Lo he estado evitando durante años—. Hyunjin se rio entre dientes.

—¿Qué? ¿No hay corbatas en el cielo? —. Bueno, de donde sea que vengas. —Hyunjin iba a pensar en un cielo de vampiros hasta que alguien le dijera algo diferente.

—Algo así—

Finalmente, Yuna bajó. Hyunjin se quedó boquiabierto. Parecía completamente diferente a la noche en que la vio por primera vez en el club.

La mujer promedio, poco excitante, había desaparecido y había sido reemplazada por una visión de belleza. Su vestido complementaba su piel lisa y sin manchas. Sus rizos marrones caían en cascada por su cuello, un lado de su pelo recogido por gemas blancas. Llevaba pendientes largos enjoyados que llamaban la atención sobre su delicado cuello. Era la primera vez que Hyunjin la veía usar maquillaje. No fue mucho, pero fue halagador. Ella había añadido sonrojo a sus mejillas y delineó sus ojos con kohl. Una pequeña máscara blanca, hecha de encaje, se sentó elegantemente en su rostro. No cubría gran parte de su identidad, pero no necesitaban ocultarlo, nadie sabría quién era. Se detuvo frente a Hyunjin.