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ENTRENAMIENTO SARDAUKAR
Kegavie dio un cauteloso paso en dirección al estrado que se encontraba a 20 metros de distancia, el sonido que generó la suela de su bota al impactar con el suelo se expandió por las altas murallas.
A medida que avanzaba por el delgado corredor notaba que habían muchos asientos, uno al lado del otro, ocupando gran parte de la sala de conferencias.
Aceleró su caminata con cada paso generando eco entre el silencio, comenzó a ver siluetas sentadas en los asientos, exclusivamente iluminadas con la tenue luz que entraba por unas rendijas.
Justo detrás del estrado reconoció tres estandartes, los tres con el mismo diseño.
El fénix representativo de los Atyer con color azul claro de fondo. Alguien apareció en el estrado, se posicionó tras él.
La ojiverde escudriñó entre los asientos, buscando uno libre, para su mala suerte no había ninguno, todos ocupados. Analizó los rostros de las personas en los asientos, Leto, Jessica, Paul, Killian, Rahul, Shaddam, Munia, Caliópe, Emperadores que habían fallecido, sus esposas y concubinas, Reverendas Madres, Bene Gesserit, Fremen, Jamis, Stilgar, Chani, los rostros que no reconocía se le hacían vagamente familiares.
Nadie parecía reconocerla o darle atención, al parecer ninguno notaba su presencia.
La cara de la persona tras el estrado se iluminó, el cerebro de la caoba analizó todos los rasgos visibles y lanzó un patrón de reconocimiento.
Pestañeó repetidas veces sin creer lo que veía, negó con rapidez y volvió a mirar al estrado. El patrón de reconocimiento fue exactamente el mismo, la persona tras el estrado era ella.
Se estaba viendo a sí misma, aunque con ciertos cambios físicos, la Kegavie del estrado tenía el cabello pelirrojo, los ojos de un azul intenso, la piel muy delgada, los pómulos y mandíbula marcados.
──Estimados Fremen, Sardaukar, Bene Gesserit y Nobles Nacidos── la Kegavie del estrado comenzó a hablar. Su voz era serena, pero tenía un pequeño destello de impotencia y orgullo──. Sabemos que el Universo Conocido no será el mismo, los cambios son inminentes e imparables──. Hizo una pausa──. Un nuevo gobierno cae tan palpable como una tela sobre las galaxias que forman parte de este imperio── El tono de voz se intensificó──. Ustedes, quienes están presentes aquí y ahora serán los primeros testigos del comienzo de este reinado──. Tomó una última pausa──. Aquel que se oponga a nosotros no volverá a ver la luz del día──. Sus manos se alzaron en dirección al techo──. ¡Yo, Zahida Atyer, me corono como la Padishah, la gran y única Emperatriz del Universo Conocido, la ascendida al Trono del Fénix Dorado! Nada ni nadie anulará mis órdenes, reinaré por siempre. ¡Soy la destructora de mundos!
──Reinará por los siglos de los siglos y cuando la humanidad se extinga, será la última en caer── el resto murmuró en un perfecto coro. Se arrodillaron en simultáneo.
