xxxii. the indomitable human spirit

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EL INDOMABLE ESPÍRITU HUMANO

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EL INDOMABLE ESPÍRITU HUMANO

Es humano tener una tendencia a dudar de las propias capacidades antes de mostrar las mismas ante un gran grupo de personas, así como también es humano confiar (incluso de sobremanera) en ellas y mantener un estado de aparente calma que solo prentende encubrir un deseo de ser halagado.

Lo que no es humano es simplemente caminar casi sin rumbo, mirando a ningún lugar en específico, pensando en nada, pareciendo un muerto de la dimensión.

La cabeza de Kegavie era un horno, ella por si misma no pensaba, pero las conciencias que habitaban en ella si lo hacían y eso la estaba volviendo loca, era un debate en el que todos hablaban al mismo tiempo. Munia era quién lideraba ese debate y era la más enfocada en atacarla. Cuestionaba sus decisiones y criticaba todo lo que había hecho desde que ella había muerto.

──Vamos demuéstrales que eres exactamente igual que yo── la mujer le gritó, le dolió la cabeza──. Que todos somos intrínsicamente malos.

Le dolía todo el cuerpo y en especial sus pies, el sur tenía superficies pedrosas y afiladas para las que su destiltraje no estaba adaptado, sentía sus plantas húmedas, magulladas y estaba casi segura de que le habían provocado cortes porque el aire estaba circulando en partes en las que el traje, en buen estado, no se lo permitía. No quería mirar a sus pies, no quería ver sangre.

Su cabeza estaba caliente y su cuerpo demasiado frío, Paul no se había girado a mirarla durante toda la caminata, la última vez que sintió su mirada encima suyo fue cuando desmontaron al gusano de arena. Tenía la vaga sensación de que el sentía que si la miraba arruinaría alguna parte de sus planes.

Al frente se encontraba un grupo de un número similar al de un regimiento. Los miraban con recelo y con cada paso que se acercaban se mostraban más y más a la defensiva.

Lo cierto era que no todas las tribus del sur los aceptaban aún y que a ellos los seguían viendo como extranjeros. Fue en el instante en que comenzaron a hacerse paso entre los fundamentalistas que Paul le extendió su mano, aunque sin girarse, ella, la tomó sin pensarlo dos veces, estaba mareada y no se sentía bien.

Los fremen observaban con bastante frialdad a Paul, luego pasaban sus ojos a ella (quien iba justo detrás) y la examinaban con una curiosidad oculta en sus expresiones serias, paseban sus miradas por toda su cara y luego bajaban hasta la parte del destiltraje que cubría sus pies, que con cada paso se veía más ensangrentada y le dolía más.

¿Por qué la miraban tanto? Tenía el cabello cubierto con el aba tejido por Caliópe, sus ojos tenían la peculiaridad de ser verdes sobre azul, pero no dejaban de ser ojos de ibad, quizá sus rasgos eran demasiado puntiagudos en comparación a los del resto, era más delgada que ellos, aunque era un poco más alta, quizá era por sus manos, características de la nobleza del imperio, pero si ella pasaba por fremen, era descendiente de fremen, era una fremen. ¿¡Por qué la miraban tanto!?

DARK RED ━━ atreidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora