xxxiv. fueled with the terror of becoming prey

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ALIMENTADOS CON EL TERROR A CONVERTIRNOS EN PRESA

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ALIMENTADOS CON EL TERROR A CONVERTIRNOS EN PRESA


En una esquinita de los nuevos aposentos de Kegavie guardaban un comunicador de código binario, del tamaño de un naipe común, cuya señal no podía ser rastreada. Hacía un tiempo los fremen habían logrado contactar con Fénix y durante los últimos días, había pasado atardeceres y noches hablando con el General Kudar y la mentat Hypatia.

──Tenga por seguro que nos encontraremos, miladi── le dijo el general, su voz sonaba distorsionada. El comunicador convertía los sonidos a código binario y no siempre podía reconstruir el timbre propio de la voz.

──Eso espero, General── ella respondió. A pesar de todo el misticismo de su condición, una pequeña parte suya necesitaba imperantemente volver a Fénix, esa parte despertaba en las noches donde podía volver a ser ella.

──El sol renacerá sobre su cabeza, miladi. Es cuestión de tiempo. Apenas requiera la presencia de nuestras fuerzas en Arrakis, infórmeme y las haré llegar, las lideraré yo mismo si así lo desea── la cueva estaba iluminada por tres velas de cera──. ¿Cómo se encuentra el Maestro Killian?

Por el comunicador del General se oyó un bufido. Kegavie se pasó una mano por el rostro antes de hablar.

──No estoy segura── antes de que el hombre pudiese pronunciar una palabra, se adelantó──. Extraña Fénix, quiere volver a Caladan y a su vida allí.

──No comprendo. El fue quién realizó la avanzada entre los fremen.

──Me encantaría entenderlo. Supongo que mi hermano nunca previó nada de esto, a pesar de las sospechas del Duque Rojo, se adaptó a una forma de vida nueva sabiendo que volvería a aquella de confort── sintió un nudo formarse en su garganta. Era una sensación vieja, que no ocurría hacía dos años en ella, parecía una sensación nueva, aunque la conocía perfectamente. Estaba a punto de llorar──. Sospecho que se encuentra en un conflicto interno sin precedentes, que sumado al duelo...── tragó. Una lágrima resbaló por su mejilla, los ojos comenzaron a arderle, sintió que poco a poco volvía a llenarse de emociones que había desconocido por un largo tiempo, se sentía como un desierto que poco a poco se convertía en un vergel──. Quiero paz.

La interferencia de la tormenta Coriolis que ocurría fuera del sietch deformó las palabras de Kudar.

──La tendrá, miladi── él repitió──. Daré mi vida por ello si así lo desea.

Sollozó con fuerza, aunque la interferencia en las ondas no permitió la tranducción del sonido.

──No debe, General.

──Si debo, miladi. La vida debe acabar en algún punto y será un honor caer defendiendo a la familia que he servido durante toda mi vida. Trabajé con sus abuelos, sus padres, su hermano, con usted... y quizá espera que sirva a sus hijos con Lord Paul también, pero lo cierto es que los años pasan la cuenta y pesan más de lo que me gustaría── ocurrió otra interferencia, esta vez mayor, sin embargo, Kegavie logró oír tres palabras entre todo el ruido──: estoy cansado, miladi──. Tres palabras que le bajaron la moral de inmediato.

DARK RED ━━ atreidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora