Epílogo

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Salí de la estación de tren lo más rápido que pude. Sentía el hormigueo en todo mi cuerpo y no sabía si era por haber estado sentado por horas o por la emoción que sentía en cada extremidad.

Tomé mis maletas aún más fuerte mientras salía del lugar, casi desesperado. Había sido un maldito golpe de mala suerte el que mi auto tuviera que haberse quedado en el taller por una fuga de aceite y un maldito problema en los rulemanes de las ruedas traseras. Aún así no dudé en guardar el próximo billete del próximo tren. Busan quedaba lejos de la capital, pero no me importó.

Mi pequeño tenía vacaciones luego de haber aprobado los exámenes, por lo que no podía esperar en verle. Jimin no sabía que estaba yendo a visitarle, por lo que antes de dirigirme al pequeño apartamento que alquilaba con sus compañeros de cuarto, procuré pasar por un par de tiendas.

No había podido traer todo lo que me hubiese gustado porque estaba prohibido y no estaba seguro si las esposas o pequeñas varas de electricidad pasarían el chequeo en seguridad, así que no me arriesgué.
Mi negocio había quedado en manos de Yugyeom, por lo que no me preocupaba mucho. Habíamos logrado forjar esa confianza con los años, por lo que sabía que la empresa que habíamos comenzado a construir estaba en un buen manejo mientras me ausentaba unas semanas. Casi que me había obligado a irme cuando supo que Jimin tenía tiempo libre.

Aún teníamos que reunirnos con Choi y sus socios, para consolidar la pequeña sucursal en Busan de la organización que había comenzado a construir con el dinero que había obtenido de mi herencia para la Universidad y las ventas, en las cuales YoonGi seguía operando. Mi pequeña organización en protección hacia la comunidad BDSM de Corea había comenzado como una idea, pero cuando sentí el apoyo crecer, rápidamente se consolidó.

No sólo me encargaba de cerciorarme de la seguridad y condiciones de los bares de cuero, sino que habíamos logrado crear una sociedad en la cual cada persona se registraba con un número de serie.

Aún así, la parte más pesada eran las denuncias. Teníamos un fuerte contacto con los centros policiales por lo que cuando algún incidente sucedía, rápidamente nos poníamos en contacto con ellos. También habíamos logrado clausurar bares clandestinos, y el número de asaltos disfrazados de sesiones habían disminuido en su mayoría, por lo que me alegraba.

Mi pequeño Brat estaba persiguiendo su segunda carrera universitaria, por lo que supe de inmediato qué es lo que debía conseguir.

Entré a la tienda y comencé a tomar todos los objetos sin esperar que algún empleado se acercara.

Corbatas, fustas, collares con correa y esposas de cuero color marrón.

Jimin amaba usar trajes de aquel color cuando se dirigía al Consejo.

_¿Señor?

Aquel nombre me hizo eco detrás de la cabeza. Me acerqué a la caja y coloqué todo. Ni me molesté en tomar mi teléfono celular que había sonado con la notificación personalizada de Losing It.

_¿...para regalo?- preguntó la cajera, lo que negué mientras entregaba mi tarjeta de crédito y comenzaba a guardar todo en la maleta, firmé el recibo y coloqué mi huella. No esperé que se despidiera que ya estaba saliendo y pagando un taxi.

Aún era de mañana.

Minie

Buenos días, ¿Todo bien en el trabajo?

Sonreí, porque por más que estuviera lleno de exámenes mi novio siempre se molestaba en mandarme mensajes. Hacia poco había terminado su último año en la Universidad e ingresado de inmediato a ejercer en el Consejo Estudiantil de Busan. Luego, había decidido especializarse en el Área Pedagógica Alternativa por lo que ahora estaba al final de su primer año.

Losing It    [PJM × JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora