Capítulo 49

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Bien. Era el cielo, porque nuestras plegarias se habían hecho oir.

Cuando la medianoche llegó y Choi apareció de la mano de su mujer, bajando por las enormes escaleras, todo el mundo aplaudió y vitoreo. Se veían hermosos y vestidos totalmente a juego con un traje bordó cada uno. El de su esposa, ajustado a la cintura con un corset y pantalones de vestir tiro altos. Zapatos de taco y su característico cabello ondulado. Choi por otro lado, era el sujeto mas elegante de la sala.

Sirvieron el pastel y la música comenzó a sonar mas fuerte. No era de discoteca, pero si parecian las que colocaban en los bares sofisticados, en un volumen no tan alto para que se pudiera hablar con claridad.

Entocnes, en nuestro segundo daikiri de durazno, un grupo de personas se concentró en una esquina del salón. Por lo que pude ver, un sumiso estaba siendo puesto a prueba con una pequeña bala vibradora.

_Sí no vamos allí voy a explotar.

No hizo falta decir mas para acercarnos con nuestro trago. Conocía a esas personas, habían comentado un par de mis publicaciones y eran bastante famosos. El Dominante tenía el control remoto en su mano, mientras el pequeño joven con arneses por todo su cuerpo mantenía una copa llena de agua en sus manos, piernas levemente cruzadas y rostro enrojecido.

_Recuerda tu castigo, sub. Derramas agua, y te pondré un anillo.

_¡Sí, maestro!

Su rostro estaba enrojecido y los labios reunidos. Unas diez personas miraban junto a nosotros, cada una mas entretenida que la otra. El placer se mostraba vivo en sus expresiones. Pequeños jadeos llenaban el rincón mientras su Dominante alternaba las vibraciones con su am No derecha.
Era excitante. Sumamente entretenido de ver. Recordaba la sensación de ese pequeño juguete dentro mio y se me húmedecía ma entrepierna. Podia nltar varios bultos de los allí presentes y como algunas sumisas cerraban las piernas.

_Esto es tan excitante.- murmuró mi mejor amigo y yo asentí en su dirección, tragando cuando el sujeto al mando se acercó, tocando suavemente su pecho. El sumiso se sobresaltó un poco y pequeñas gotas dejaron la copa. Ágiles dedos tocaban sus pezones, retorciendolos y apregandolos.

_Maestro...

_Cuenta hasta diez, sub.

Y el sumbido se hizo más fuerte. Y mi respiración se entrecorstaba aún mas.

_Uno...

Casi no pude escuchar con atención el resto. Todo el mundo había comenzado a removerde porque el pequeño no paraba de temblar y suspirar fuertemente. No sabía si sería capaz de soportarlo. Aún así, siguió con ello. Frotaba sus piernas cerradas, apretaba la mano libre y sus ojos se abrían con fervor. Estaba llorando.

_Ocho...

Su dominante se acercó a su cuello, besándose. Suspiró, llegando al nueve.

Cuando la lengua ágil tocó su botón rosado, girándolo y saboreándolo, escuchamos un gemido salir de sus belfos entreabiertos. Había parado de contar, entreabriendo los ojos y sacudiéndose. La mano en alto se había mantenido firme y el ruido había parado.

La humedad se hizo presente en su pantalón

_Diez, maestro.-murmuró, rojo y lleno de vergüenza. Mirando al suelo, mientras el más alto le quitaba la copa de la mano y la dejaba en una pequeña mesa. Se acercó a su sumiso y besó sus cabellos, para luego besar su frente.

_Eres un buen chico. Vamos al baño a limpiarte.

_Sí, maestro.

Se escucharon un par de suspiros y aplausos mientras la ronda se desintegraba. Las personas se alejaban poco a poco mientras la pareja se iba, entrelazando sus manos. Los anillos rojos a juego.

Losing It    [PJM × JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora